CAPÍTULO DIEZ

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Inhalo y exhalo profundamente. Cuando Jasper incluyó las carreras de motos, a mi madre casi le da un infarto. La idea de subirme a una motocicleta le parecía fuera de lugar, pero nunca ha sabido negarme nada desde que estoy en el centro. Y para estos momentos, un respirar profundo en el medio exterior representa un mayor peligro que una caída en la pista. Lo cual nunca me ha sucedido.

Entro al salón 221 y ahí está, la gran pista de motocicletas.

El techo es muy alto, casi diez veces nuestra estatura. Tiene grandes láminas de aluminio y está iluminado por una serie de lámparas lineales. Las paredes son de piedra, grises y desgastadas, haciendo el cuarto muy frío. El suelo tiene losetas de cerámica color plateado opaco y está un poco desgastado por el uso.

Al entrar, percibo un olor a llantas quemadas y adrenalina entrando en mis pulmones. Hay muchas personas involucradas en los preparativos de estas competencias. Nos monitorean los niveles a través del casco, por si llegase a haber algún riesgo, cancelar la carrera en su totalidad. Tampoco ha sucedido.

Los demás chicos ya están adentro. Anne y Olivia traen puestos sus monotrajes: un traje que cubre completamente las extremidades, tanto piernas como brazos. Tiene unas rodilleras para cuando rozas el piso en las curvas y una parte dura en el pecho y hombros por si llegamos a resbalar. Luka está escogiendo el casco que va a usar, su traje es de color verde menta con blanco. La forma y el ajuste hace que se marquen ligeramente los músculos de su abdomen. Por lo menos él no aparenta ser una persona enferma. Alza la mirada y hacemos contacto visual por un par de segundos. Ya ha sido bastante drama.

Me acerco a él con lentitud, arrastrando cada uno de mis pasos. Puedo ver una pequeña sonrisa formarse en su rostro y el orgullo empieza a arder en mi interior, pero esto es ridículo. Aguanto mis ganas de decirle las noticias de Callum, pero él nos ha pedido mantenerlo en secreto y yo no quiero quebrar su confianza de esa forma. Si lo que nos dijo es verdad, probablemente no tarden mucho en contarnos a todos.

Debo de ser paciente.

—¿Estás lista para la derrota? —dice sonriendo con malicia.

—Eso no va a pasar —digo tomando un casco del estante, es de color negro brillante, puedo ver mi reflejo en él.

—Te dejé ganar el otro día. Pero creo que ya te he consentido mucho.

—¡Ja!, eso es lo que dicen los perdedores.

—Bueno, pues créeme que será un placer probarte que estás equivocada.

—Lo mismo digo —sonrío.

Él suspira y tarda un segundo en articular lo que quiere decir.

—Y...bueno, ya sabes, lo siento —si sus palabras tuvieran forma, se verían como un cable torcido.

—Lo sé. Yo también, debo de dejar de tomarme todo tan personal —bajo la mirada, decir eso me cuesta más de lo que me gustaría.

—Es un buen sistema de defensa, nadie se mete contigo.

—¿Por qué doy miedo?

—¿Quieres que te diga la verdad?

—Prefiero no.

Esboza una sonrisa malvada. Pareciera que molestarme es el deporte favorito de Luka y vaya que se ha vuelto bastante bueno en eso.

Paso la manga por el casco puliendo el visor, Luka mira por encima de mi hombro con desconfianza. Su rostro se torna serio.

Volteo con lentitud hacia dónde apunta la vista de Luka, asustada.

Liam y Cameron están entrando a la pista, se acercan a dónde estamos. Su presencia se siente como una diferencia de densidades.

RESOLUTIONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora