Teletranspórtame

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–Jongin – Susurró Kyungsoo recostado en su cama mientras jugaba con un amuleto.
La historia de cómo llegó aquel amuleto a su vida es...un tanto curiosa.

*Flashback*

Kyungsoo volvía del trabajo un día de nieve; cuando nevaba le gustaba irse lentamente y, por alguna razón, ese día iba con prisa.
El suelo estaba congelado y resbaloso, por lo que resbaló y cayó muy fuerte golpeándose en el suelo.

–¿Estás bien?– Dijo una dulce voz. Kyungsoo alzó la vista y se encontró con una mano que le ofrecía ayuda. La aceptó.
–Estoy bien, muchas gracias. – Dijo sacudiendo su ropa con una cara de dolor interminable.
–¿Seguro? –
– Sí, no te preocupes. –
–Bien, adiós. – Dijo el extraño.

El pequeño se dio vuelta para agradecer nuevamente, pero vio caer un pequeño collar detrás del chico. Quería decirle y entregárselo, pero algo lo dejó hipnotizado en el amuleto y no pudo reaccionar.

Cuando ya pudo salir de su trance, el chico ya había desaparecido.

*Fin Flashback*

Kyungsoo por alguna razón había olvidado el rostro de esa persona y, aunque trataba de recordar, no lo conseguía. Era algo extraño y podía sentir una gran conexión con ese símbolo, como si siempre le hubiese pertenecido.

–¿Cuándo te podré recordar?– Suspiró.

En medio de su preocupación se escuchó el sonido de su computadora, le había llegado un correo. Se levantó de la cama perezosamente y se sentó frente al escritorio. El correo era de parte de la universidad.
Decía:
"Asunto: Resultados de beca.
Sr. Do Kyung Soo deseamos informarle que su solicitud de beca ha sido aprobada. Le solicitamos que se dirija a nuestras oficinas para su confirmación. Su plazo es de una semana, si usted no se presenta, su beca será anulada.
Atentamente, Dpto. de Beneficios Estudiantiles."

No podía creerlo, luego de confirmar su beca podría estudiar gratuitamente. Estaba más que feliz y ya comenzaba a imaginarse las cosas que haría con el dinero extra.

Era su día libre, quería aprovecharlo, le habían dado su sueldo así que pensaba darse unos gustos. Ahora con un gasto menos, todo se hacía más fácil al menos un poco pues, para mantener su beca, debía obtener buenas calificaciones.
No le costaba mucho trabajo, estaba dentro de los cinco mejores estudiantes de su clase y diez en su carrera. Era una de las razones por la cual le habían dado la beca.

En sus tiempos libres le gustaba leer historias de asesinatos, por lo que fue a la librería y caminó directamente a la sección de horror.

– ¿Otra vez buscando cómo asesinar a tus víctimas con estilo?– Dijo un chico desde lejos.
–Calla, Chanyeol – Respondió.

Park Chan Yeol trabajaba en la librería hace mucho tiempo, la había heredado de su abuelo y quiso pasar todo el tiempo que pudiera ahí. Por esto se conocían con Kyungsoo y habían alcanzado un grado mayor de confianza luego de pasar tardes juntos hablando de libros y otras cosas.

La librería era muy acogedora, tenía un espacio que funcionaba como biblioteca para que aquellos que no podían comprar los libros, los leyeran también. Ese espacio tenía sillones y mesas, y era muy iluminado, en las mañanas y tardes por luz natural y por las noches con luces especiales para la comodidad del lector. Ahí fue el lugar donde pudo conocer a uno de sus amigos: Chanyeol, y aprender mucho de él. Era alto, de orejas un tanto grandes y una sonrisa muy cálida; tenía la capacidad de abrazarte con la sonrisa.
El chico conocía muy bien sus gustos literarios y algunos aspectos de su vida y siempre podía hacerlo sonreír, hasta en los momentos más oscuros. Era un don que tenía ese gigante, podía hacer sonreír a cualquier persona sin importar qué.

–¿Qué lees ahora, pequeño? – Preguntó acercándose por detrás.
– Nada aún, estoy en busca de un libro. Terminé antes de ayer el último que compré y ahora no sé qué leer. – Dijo con una expresión que demostraba un poco de frustración.
– Creo que tengo algo por aquí, iré a ver. – Se retiró en busca de el libro que, próximamente, amenazaría la soberanía del libro favorito de Kyungsoo.

De pronto, viendo hacia la puerta principal de la librería, vio pasar a Jongin.

Chanyeol volvió con el libro, Kyungsoo lo tomó y comenzó a caminar a la caja, se detuvo razonando que si lo compraba en ese instante perdería al bailarín, y le pasó al libro a su amigo y un poco de dinero.
–Lo compro, luego lo vengo a buscar.– Dicho esto salió muy rápido de la librería, desesperadamente, en siga de su objetivo.

Chanyeol, sorprendido por las acciones de D.O, se quedó unos segundos en la misma posición reflexionando lo ocurrido. No era normal que Kyungsoo actuara de esta forma, normalmente era muy calmado.

–¿Qué pasa contigo, Do Kyungsoo? – Dijo Chanyeol aún paralizado. Luego siguió en lo suyo.
–Con permiso – Dijo un chico entrando a la librería.
– Adelante, bienvenido. – Respondió Chanyeol levantando la vista y encontrándose con lo que creyó un regalo del destino.
–Gracias. –Dijo el chico con una sonrisa muy dulce y tierna.

Era delgado y tenía cara de niño, sin embargo demostraba ya ser mayor de edad. Tenía ojos pequeños, no era muy alto, lucía un cabello castaño, a simple vista sedoso, y labios finos y rosados.
Chanyeol se congeló.
Cuando quiso devolver la sonrisa el chico ya no estaba frente a él, sino que se encontraba unos dos pasillos mas allá viendo libros.
–Descubrí tus sentimientos, Kyungsoo. Al menos eso creo.– Dijo con un tanto de duda entrecerrando los ojos mientras miraba a un punto cualquiera en la habitación, de tal manera que parecía un loco.
Realmente no sabía quién lo tenía así, pero al conocer tanto a D.O sabía lo que le pasaba, no era cualquier cosa, su amigo estaba muy interesado en una persona y eso nunca había ocurrido, más bien solía alejarse de la gente e ignorarla.

Luego de la reflexión, se dispuso a observar al chico que había ingresado anteriormente y se le ocurrió una brillante idea.
Se acercó a él con la excusa de buen vendedor, cuando en realidad no se le cruzaba por la cabeza venderle ningún libro, de momento.
– Disculpa ¿buscas algo? – Preguntó acercándose.
– Uh...yo sólo...no lo sé...– Dijo rascándose la cabeza un poco avergonzado.
– No sabes lo que realmente estás buscando. –Completó Chanyeol.
–Realmente sí lo sé...pero...es un poco complicado. –
–¿Es para alguien en especial?–
– No, no es alguien en especial. Es alguien especial. – Dijo un poco tímido.

"No sé porque pensé que podía tener una mínima oportunidad" Pensó Chanyeol.

– Mi madre. – Sonrió.

Chanyeol suspiró soltando todo el aire que contuvo mientras se le cruzaban muchas cosas por la cabeza.
– Las madres son complicadas. Crees conocerlas pero cuando te preguntas acerca de sus gustos, pensamientos y sueños te das cuenta de que sólo la conociste como madre, no como persona. Me gustaría conocer lo que alguna vez soñó mi madre y lo que sueña ahora ¿acaso no sería fantástico? – Dijo mientras acomodaba unos libros.
–¿Cuál es tu nombre?– Preguntó repentinamente el chico.
– Ch-Chanyeol. – Dijo algo confundido –¿Por qué preguntas? –
– Vendré seguido, trae galletas. – Dijo descaradamente saliendo de la librería sin dejarle tiempo a Chanyeol para responder.
– P-Pero... – Tuvo que quedarse con las palabras en la boca. –Aish quién es...tsk...– Se golpeó la frente. – Su nombre...– Dijo sintiéndose tonto.
Ahí fue cuando supo que no había podido preguntar el nombre del chico. – Es un ángel, uno descarado. Me encanta. –

Kyungsoo estaba un poco más cerca del bailarín, por lo que comenzó a caminar más lento; estaba cansado. No hacía actividad física frecuentemente y eso ahora le pasaba la cuenta.
– ¿Por qué...– Se detuvo. – hago estas cosas? Soy un tonto. – Cerró los ojos y cuando los abrió...

Mi único alientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora