Heart Attack

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– ¿Estás bien? – Preguntó alguien frente a él.
– Tú...– dejó de hablar.
– ¿Perdón? No pude escucharte. ¿Te encuentras bien? – Sonaba preocupado y buscaba la mirada de Kyungsoo que se desviaba al suelo producto del cansancio.
"No puede ser"
– S-sí, estoy bien. – Tartamudeó. El chico estaba muy cerca y lo tomaba por los hombros.
"Kim Jongin"
– G-gracias...– Dijo tímidamente.
"Eres tú"
Jongin sonrió.
– Me alegro – Dijo nervioso mientras quitaba sus manos de los hombros de Kyungsoo. – Lo siento.– D.O no pudo decir nada.
– Creo que...me voy. Hasta pronto. –Se despidió un poco decepcionado.
– Espera – El pequeño se arrepintió de sus palabras, el bailarín se dio vuelta con una expresión esperanzadora. –Yo... –
Todo se fue a negro.

+

Una luz molestó en los ojos de Kyungsoo, era blanca y fuerte. Se sentó en la cama y se dio cuenta de que el lugar era desconocido, pero le parecía algo familiar. Era...un hospital.
– Hasta que despertaste. – Dijo una voz extraña que sonó como música para los oídos del pequeño. Miró hacia a un lado y era él, Kim Jongin en persona.
– Soy Kim Jongin, te traje aquí. – Dijo indiferente. – He estado esperando para que despertaras, ahora que lo has hecho, me iré. – Comenzó a caminar. Tenía aires de grandeza, muy por el contrario de como lo había visto Kyungsoo hace sólo unos minutos atrás.
– Espera, dime...¿qué ocurrió?– Suplicó D.O. Tenía miedo a perder ese momento con Kai.
– Ibas caminando atrás de mí, te dio un ataque, y llamé a una ambulancia. Tuve que venir contigo. – Dijo secamente.
– Nosotros...¿no hablamos antes de eso? – Preguntó con un poco de miedo.
– No, nunca te había visto incluso ¿O acaso nos conocemos? –
– N-no – Susurró.
– Bien, me voy de aquí. Llamaré al médico, él te explicará que ocurrió. – Se fue.

Kyungsoo sintió una decepción enorme, no entendía por qué él actuaba así y mucho menos el hecho de que estaba seguro de haber hablado con él hace unos minutos antes. Era muy diferente a como se lo imaginaba, creyó que sería una persona quizás... más amable.
Llegó el doctor. Llevaba una placa que tenía grabado su nombre: Kim Joon Myeon; era joven.
– Pensé que tardarías más – Dijo alegremente.
– ¿Qué ocurrió? – Preguntó confundido.
– Mmm...esto no es fácil – Tosió – Si no me equivoco, algo te habrá contado tu amigo. –
– No es mi amigo – Interrumpió. El doctor Kim sólo siguió hablando.
– Verás, hablando de una manera muy simple...sospechamos que tienes problemas cardíacos. Sufriste un síncope por ello y te trasladaron de urgencias. Estuvimos esperando a que despertaras para poder realizarte más exámenes. Vendrá una enfermera y te dirigirá, estaré ahí. Hasta luego. – Salió de la habitación.
En seguida entró una enfermera y le pidió que se levantara para llevarlo a la sala.
Alguien entra desesperado por la puerta de la habitación. Era Chanyeol.
– ¿Estás bien? ¿Te hiciste daño? ¿Te hicieron daño? ¡Habla! –
– Entonces déjame hablar – Dijo con mirada de asesino en serie. Chanyeol entendió y se calmó dejando que Kyungsoo hablara al fin. – Realmente no tengo idea qué pasó, sólo desperté aquí, una persona que pasaba por ahí me trajo. – Dijo pensando en Jongin. Para él Kai no era ningún desconocido, aunque prefería pensar en él como uno, sin embargo, para Kai lo había sido todo este tiempo, pensó tristemente.

"¿Qué estoy pensando?" Se percató de que se estaba sintiendo mal por...alguien que ni siquiera conocía.

– Disculpe – interrumpió la enfermera – debo llevar al señor Do a la sala de exámenes, le ruego espere afuera, no demorará mucho. – Concluyó educádamente. A Chanyeol no le gustaban mucho las formalidades e iba a hacerle un comentario a la enfermera pero decidió callarse y esperar.
Kyungsoo entró a la sala y pudo ver muchos equipos y máquinas que, probablemente, estaban destinadas a hacerle los exámenes. Le hicieron un cuestionario.
– ¿Qué hizo durante la semana? ¿Se esforzó mucho mentalmente o físicamente? –
– No...– Respondió Kyungsoo, pero no se había percatado de que últimamente se había estado esforzando demasiado en sus estudios y perdió muchas horas de sueño.
Terminaron los exámenes, Kyungsoo salió de la sala y Chanyeol fue hacia él lo mas rápido que le permitieron sus largas piernas.
– Dime, ¿te diagnosticaron algo? – Preguntó preocupado.
– No aún, debo esperar los resultados, los tendrán listos en tres días, según ellos. Me dijeron que como estaba en mejores condiciones podía irme a casa, así que...ayúdame. – Ordenó. Se notaba que estaba molesto y no podía disimular.
– ¡Aish!  Si estás molesto entonces no te descargues conmigo, no tengo la culpa. Agradece que vine. – Reprochó haciendo un pequeño puchero.
– Lo siento...yo...– No pudo terminar la oración.
– No te preocupes creo que entiendo un poco de lo que está pasando. Además, cuando estés listo puedes contarme, estoy aquí para ti, soy tu amigo no lo olvides. – Hizo que el pequeño se calmara y le dedicó una sonrisa cálida y brillante que le subió un poco el ánimo a Kyungsoo. Chanyeol ayudó a Kyungsoo con sus pertenencias y arregló unas cuantas cosas en la habitación. De pronto, sintió un fuerte abrazo por parte del más bajo.
– ¿Q-qué...? – Notó que Kyungsoo lloraba. – ¿Qué ocurre contigo, pequeño? puedes contarme lo que sea, lo sabes. – Dijo en un tono muy suave mientras le acariciaba la cabeza.
– Realmente no sé qué pasa conmigo, no tengo nada claro, ni siquiera mis propios sentimientos. De pronto me sentí completamente cansado mentalmente y, al parecer, físicamente también. No sé qué hacer, no sé qué pasa. – Dijo entre sollozos.
– Calma, pequeño, luego hablaremos, salgamos de aquí primero y vamos a tu casa para que descanses. Pero antes...debemos comprar muchas cosas para comer. ¡Muchas! – Dijo alegremente.
Salieron del hospital y fueron a un pequeño almacén cerca de la casa de Kyungsoo. Caminaban lentamente en la oscuridad de la noche y las luces artificiales de los focos tenues.
– Kyungsoo...–
–¿Qué? –
– Hoy conocí a un ángel.  – Sonrió.
– ¿A-ángel?– Preguntó confundido.
– Sí, en la librería. Entró por esa puerta y hubiera deseado que no saliera jamás. – Dijo como todo un enamorado con la vista perdida en el horizonte. Kyungsoo se rió fuertemente, haciendo que la silenciosa calle se llenara de risas. –No te rías, no seas malo, si lo hubieras visto...– No concluyó su delirio.
– Si te gustó...supongo que en verdad era bonita. – Dijo un poco sorprendido.
– No, no lo era – D.O lo miró confundido. – Era hermoso. –
– Espera, tú...– Chanyeol parecía perdido.
– Eso creo, o quizás sólo es él. – Dijo encogiéndose de hombros.
Continuaron caminando por las frías calles de Seúl; esta vez no hablaron. Al llegar a casa de Kyungsoo el pequeño se recostó en su cama y Chanyeol fue a su habitación a dejar sus cosas, se quitó la chaqueta y miró por la ventana. El más alto ya sentía suya esa casa, pues el pequeño era como un hermano y había pasado mucho tiempo ahí.
– Te prohíbo quedarte dormido, enano. – Advirtió para luego irse hacia la cocina. Kyungsoo solo levantó la cabeza y pudo mirar la silueta de su amigo.
Habían comprado unos snacks y Chanyeol preparaba los aderezos. Pasaron una agradable noche hasta que se quedaron dormidos en el sillón. Ese gigante de la sonrisa brillante de verdad sabía como darles momentos de felicidad a las personas.

+

Kyungsoo llegaba finalmente al trabajo, se había retrasado media hora por haberse quedado dormido. Cuando despertó no había nadie y, al ver la hora, maldijo a Chanyeol por no haberlo despertado.
Se apresuró en ir a la cafetería.
Venía agitado y la primera persona que vio fue Sehun.
– ¡Aish! la jefa debe estar furiosa. - Le dijo desesperadamente al rubio.
– Furiosa...¿por qué? – Dijo calmado mientras barría.
– ¿Qué clase de preguntas son esas? Llego tarde, ambos sabemos que si lo hacemos invocamos a un demonio. – Salió casi corriendo en dirección  a la oficina de su jefa.
Sehun quedó mirando al más bajo con una cara de preocupación, ya que su amigo estaba raro, y de risa por la manera en que Kyungsoo se refirió a su jefa.
D.O golpeó la puerta de la oficina de la mujer, quien respondió dando paso al pequeño.
– P-permiso – Dijo con miedo.
– ¿Kyungsoo? – El castaño sólo cerró los ojos esperando lo que le avecinaba. – ¿Qué haces aquí? – Preguntó preocupada. D.O no podía creerlo, no se explicaba por qué estaba tan calmada, estaba preparado para enfrentarse con el mismo demonio y no ocurría NADA.
– Perdón por llegar tarde – Susurró con el fin de aclarar las cosas.
– ¿Por qué te disculpas? ¿acaso no ibas a faltar hoy? – Dijo tocándole la frente; a pesar de ser su jefa los trataba como sus hijos.
– ¿Cómo? Claro que iba a venir, pues...no avisé nada...– dijo confusamente.
– Un amigo tuyo vino para decir que no venías al trabajo porque habías tenido un accidente ayer y estabas enfermo ¿o acaso no lo estás? te noto pálido. – Kyungsoo inmediatamente pensó en Chanyeol.
– No sabía nada sobre ello, sin embargo es verdad, ayer tuve un accidente ¡pero no es tan grave como para faltar! – Trató de convencer a su jefa.
– No te creo, se te nota que estás enfermo, de hecho tu amigo me explicó que había pasado. Ahora vete de aquí si no quieres que te regañe por llegar tarde. – Un brillo malicioso despertó en los ojos de su jefa y se esbozó una sonrisa diabólica que hizo entender a Kyungsoo que debía largarse de ahí.
El pequeño se retiró de la oficina de su jefa y caminó rápidamente a la salida despidiéndose de Sehun.
Siguió caminando rápido hasta dos cuadras más allá donde se sintió un poco cansado y cuando supo que estaba lejos del peligro. Por un momento pensó en qué iba a hacer en un día libre, ese día no tenía clases y no quería quedarse en casa solo y aburrido; finalmente se decidió a ir a la librería de Chanyeol a pasar el rato, agradecerle la llamada a su jefa y también reprocharle que no había avisado nada.
Comenzó a caminar, la librería no quedaba muy lejos. De pronto dio la vuelta en una esquina y chocó con una persona.
– L-lo lo siento – Se esforzó para decir Kyungsoo.
– Sólo ten más cuidado. – Dijo una voz con un tono molesto y esa voz...la conocía. De pronto el autor de esa voz miró a Kyungsoo y viceversa. – Otra vez tú. – dijo. Esas palabras hirieron un poco al pequeño, no quería que Kai lo tratara así, no sabía por qué era de esa forma con él o con el mundo, no lo sabía, pero en el fondo le dolía.
– Dije que lo sentía. – dijo D.O en un tono frío para luego retirarse con la frente en alto, no iba a permitir que lo trataran así.
Kai se dio vuelta para mirarlo indignado, nunca lo habían enfrentado y mucho menos lo habían dejado hablando solo. Que ese pequeño que acababa de pronunciar esa palabras tuviera la capacidad de hacerlo, lo sorprendió y lo hizo enfadarse mucho.
– Nadie me trata así – dijo Kai enfrentando a Kyungsoo que sólo se dio vuelta, lo miró con un tanto de desprecio y siguió caminando dejando atrás a un Jongin indignado y furioso.
Luego siguieron rumbos contrarios, Kai hacia la cafetería y D.O hacia la librería. Eran como mundos paralelos.
Kyungsoo por fin llegó a la librería de Chanyeol, estaba un poco enojado pero tenía un sentimiento de gloria por haber podido enfrentar al bailarín.
– ¿Día libre, enano? – Preguntó el más alto.
Kyungsoo no podía entender por qué Chanyeol le preguntaba eso ¿acaso no había sido él quien le había avisado a su jefa?
– Espera ¿no fuiste tú quien le dijo a mi jefa que faltaría? –
– Mmm...no – Negó. – ¿por qué? ¿qué  ocurrió? –preguntó confundido.
Kyungsoo salió corriendo de la librería sin siquiera despedirse de su amigo y fue camino a la cafetería, corrió unas cuantas cuadras y de pronto se detuvo en seco. Recordó a su jefa con mirada y sonrisa maliciosa como una pesadilla, sacudió su cabeza para quitarse esa imagen y decidió que esperaría a mañana para preguntarle.

Mi único alientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora