Estoy en el caos, destrucción tras destrucción ha alarmado mi alma ya sin esperanza.
El tiempo transcurre a la velocidad que corre una lanza.
Partículas pequeñas invaden mi mundo en una encrucijada, los días se tornan de color depresivo y sin salida; la ansiedad al punto de escapar y de huir con mucha fatiga.
Se ha vuelto efímero mi día, mi semana y mi año. Las nubes de tanto observarlas me han vuelto más volátil; no sé cuánto pueda sobrevivir en este mundo paralelo al que vivía; y cada vez más lejanos a lo que existía. Mi vida se desploma, y en las noches que creo que es el fin de este suceso cuya tragedia a arrebatado lo que en algún momento fue normal, despierto lleno de parsimonia en mi ser.
Ya no hay paz, ya nada es real, la vida acaba, la luz se va, no hay claridad...
No hay claridad, no hay claridad, me digo con terquedad. Cada día que pasa en mi mente la inseguridad se aferra a mi cuerpo como un propio ser adyacente y pensante.
Entierro de oscuridad que me arrebata mi lucidez y la de todos los que sufrimos este encierro. Estado triste y delicado que este mundo nos ha condenado.
Mundo repleto de gentes con una adicción llamada ambición, y entonces me pregunto ¿quién me envenena? Si el mundo por ser mundo o la corrupción que hay en esa ambición.
Somos el cáncer de un planeta que quiere sanar o la ausencia de mi lucidez me arrebata la razón.
Fuera como fuese, no hay cronología, en esta vida ni en ninguna otra en la que yo me acostumbre a este mundo marchito y lejano.
Así un día cerré los ojos, pues mi vida, mi alma y mi mente se desploma. Porque ya no hay claridad para la humanidad.
Leo Guilar✍️
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Poemario: La Cruda Realidad
Storie d'amoreUna pregunta que todos deberíamos hacernos es: ¿Batallamos o bailamos con la vida? La vida a veces nos da muchas alegrias y otras nos llena de golpes. Sea por el motivo que sea todos tenemos la irremediable necesidad de expresar lo que sentimos, a...