Coristas; una imagen de belleza y delicadeza. Una mujer que cualquier hombre tendría la suerte de llevarse a casa. Alice Black es una mujer completamente diferente cuando se pone el maquillaje y el disfraz, pero es quien es cuando está fuera de luga...
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Esa noche Elsa nos había dicho que empezáramos a descolgar las grandes pancartas que bordeaban el camino a la gran carpa; específicamente, los que pertenecían a los monstruos que ya no estaban con nosotros. En cada pancarta mostraba a un artista del espectáculo, publicitando lo que teníamos para ofrecer. "¿Qué estáis haciendo?" Jimmy chilló mientras caminaba hacia nosotros, "¿Elsa os puso en esto? ¡Dejarlo dónde estaba!"
"Jimmy," advirtió Eve.
Jimmy dejó su cerveza y agarró la cuerda que subía y bajaba las pancartas. "Lo haré yo mismo." Resopló mientras levantaba el estandarte de que Eve y yo habíamos bajado hasta la cima. Ese estandarte resultó ser el que pertenecía a la gran dama barbuda, Ethel.
"Jimmy." Di un paso hacia él.
"¡Déjame en paz!" Él gritó. Antes de que lo subiera incluso a la mitad, salió corriendo de nuevo.
"¡Jimmy, detente!" Lo llamé mientras lo seguía, pero solo me ignoró mientras se precipitaba hacia su caravana.
Suspirando, volví a mi caravana. Una vez dentro, vi la bolsa y la jeringa. Ahora era casi una rutina. Entrar, poner una inyección rápida, irse a dormir. Después de empujar los químicos por mis venas por otra vez, escuché sirenas de policía. Caminando afuera, llegué justo a tiempo para ver a Jimmy salir a trompicones de su remolque y los coches de policía patinar hasta detenerse frente a él. "¿Qué diablos queréis?" Espetó Jimmy mientras los oficiales salían de sus coches.
"Jimmy Darling", dijo el mismo oficial que me había secuestrado. "Estás bajo arresto".
"¿Qué?" preguntó Jimmy cuando empezaron a esposarlo.
El oficial asintió, "Por los asesinatos de Sylvia Mills, Myrna Austen, Joanne Gallagher-"
"¿Qué?" Jimmy trató de luchar. "Ni siquiera conozco a ninguna de esas mujeres".
"Tenemos pruebas". El oficial le dijo mientras la gente se reunía alrededor y Maggie corrió hacia Jimmy. "Te olvidaste el guante en la escena del crimen, Chico Langosta. ¿Qué clase de psicópata persigue a un grupo de dulces amas de casa que solo buscan comprar algunos Tupperware?"
"Espera, lo entendiste todo mal". Jimmy argumentó mientras lo empujaban hacia el asiento trasero de la patrulla de policía: "¡Yo no hice nada!".
"¡No!" Maggie gritó: "¡Ha estado aquí todo el día conmigo!".
Otro oficial empujó a Maggie. "¡Atrás!"
"¡No la toques!" Jimmy gritó desde el interior del vehículo.
"¡No puedes llevártelo!" Maggie apresuró el coche cuando los oficiales entraron. "¡Él no hizo nada!"
"¡Yo no hice nada! ¡Vamos!" Jimmy gritó cuando el coche arrancó y comenzó a alejarse. "¡Maggie! ¡Alice! ¡Yo no hice nada!"
Había un pequeño grupo de nosotros reunidos cuando el coche se perdió de vista, dejando polvo a su paso. "Mierda." Suspiré cuando Paul apoyó una mano en el hombro de Maggie. Poco a poco nos estaban sacando uno por uno... ¿cuándo sería mi turno?
