Ser un buen novio

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—Hikaru…

Una voz resonaba entre sueños para el pequeño peli azul que dormía plácidamente en su cama. No sabía exactamente de dónde provenía, ni de quién era, lo que sí sabía, es que era molesto a morir, por ende, un reflejo común fue taparse hasta la cabeza con las sábanas y apretar una almohada en sus oídos cuando está vocecita continuó hablando.

—¡Hikaru…!—exclamó un poco más fuerte, a lo cual, el ojí esmeralda formó una mueca en su rostro, mientras abría sus ojos lentamente—. ¡Hasta que despiertas…! ¡Te he estado llamando por siglos…!

—¿Qué mierda, Hyuga?—se quejó el mayor de ambos, girando su cuerpo para encontrarse cara a cara con su hermano. Lo malo de compartir habitación, aunque eso, no le daba derecho al otro para irrumpir en sus preciadas horas de sueño.

Miró a su lado, en el reloj del mobiliario entre las dos camas. Un suspiro pesado hizo acto de presencia, mientras él se tallaba los ojos.

—Son las dos de la mañana… —señaló, más su hermano parecía no tener la intención de dejar de insistir. Hikaru volvió a suspirar—. ¿Qué pasa? ¿No te puedes dormir? —no había otra razón, y en su mente, Hikaru trajo a rememorar aquellas noches en que su hermanito tenía alguna pesadilla, y él, como el mayor, tenía que consolarlo y recibirlo en su cama para que pudiera descansar adecuadamente, sin tales episodios de miedo—. ¿Tuviste una pesadilla?

Hyuga negó con la cabeza. Hikaru lo observó consternado.

—¿Entonces qué pasa?

—Quiero preguntarte algo—fue la respuesta de su hermano.

—Hyuga…

—Mande.

—Vete a dormir—ordenó, dándose la vuelta para él también regresar a su siesta, claro, sería más fácil si su hermano le hubiera permitido irse.

—¡No, aguarda…!—espetó algo fuerte—, ¡Por favor, Hikaru, es urgente!

—¿Y por qué precisamente ahora? Si tan urgente es, pregúntame cuando amanezca.

—¡Pero tú siempre te vas antes porque quieres ver a-…!

—¡Bien, ya! ¡Te respondo!—bufó el chico, que apenas y se había levantado a tiempo para cubrir la boca del otro antes de que diera algo más. Tenía la cara envuelta en color rojo, y agradece la oscuridad del momento, puesto que así, era menos vergonzoso para él.

Hyuga le dedicó una mirada de superioridad, y Hikaru tenía ganas de borrarle esa sonrisa ganadora.

Un rato después de pelearse un poco, ambos se encontraban sentados a la orilla de la cama, esperando a que Hyuga escupiera su interrogante.

—¿Entonces? Si no me lo dices ya, me voy a dormir—amenazó el mayor, haciendo sudar a su hermano.

Hyuga ya tenía su pregunta bien formulada, bueno, sus dos preguntas bien formuladas; ¿Qué era el amor? ¿Cómo una persona podría enamorarse de alguien?

Sus palabras con Lane, la promesa que le había hecho, resonaban en sus oídos una y otra vez; no sé si pueda enamorarme de tí, pero lo voy a intentar. Hyuga tenía una convicción de acero desde aquella tarde, realmente quería dar lo mejor de él ahora que comprendía la seriedad en los sentimientos del otro. Sin embargo, no había contado lo difícil que sería, menos cuando las preguntas empezaron a llover sobre su persona, mismas a las que él no pudo comprender ninguna respuesta.

Su última esperanza había sido su hermano porque, aparte de que para su desgracia, Hikaru era el más cercano a él en ese momento, también era su mejor y único cómplice en las locuras que iba a hacer. Aunque no estaba enterado de todo el asunto, Hyuga no podía pensar en alguien mejor que su hermano para ayudarle.

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⏰ Última actualización: Mar 10, 2022 ⏰

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Primer Amor (LanexHyuga)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora