Amigas

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-Aaaahhhhh... Míralo Erii...

-Lo estoy viendo Freya...

-Me ahogaría en el mar a propósito con tal de que viniera a salvarme...

Erii y Freya eran las mejores amigas, no podían decir que se conocían de toda la vida, apenas unos tres años; pero desde el momento en que Freya se mudó a Santorini, hubo una conexión entre ellas. Tenían varias cosas en común, y cada vez que estaban juntas se carcajeaban hasta que les doliera el estómago y el tiempo pasaba volando; y entre todas esas cosas que disfrutaban hacer, había un pasatiempo en particular que ambas amaban y el cuál era su favorito: Hyoga, el salvavidas local.

Hyoga era dos años mayor que ellas, y cuando el verano terminara, entraría a la universidad. Mientras tanto, para ahorrar un poco de dinero, había decidido entrar a trabajar como salvavidas local en la playa. No era la primera vez que lo hacía, ya era el tercer verano en el que desempeñaba aquella función; y a su vez, el tercer verano en el que las chicas gozaban de verlo trabajar.

El chico era sin duda atractivo, tenía el cabello largo y rubio, unos ojos azules hermosos, un cuerpo perfectamente definido y bronceado, y una sonrisa encantadora. No sólo Erii y Freya se desvivían por él, todas las chicas de la zona lo hacían. Incluso Artemis, uno de los encargados de la playa, podría jurar que el turismo en aquel litoral había aumentado desde que Hyoga trabajaba ahí.

Pero, para desgracia del par de amigas, Hyoga no les prestaba mucha atención. La competencia era gigante, y las chicas no eran ni las más populares, ni las más atractivas, al menos en comparación con las demás muchachas, cuyos cuerpos parecían salir de una revista de modelos. Y el principal enemigo era Ami Mizuno.

Ami era una chica bastante inteligente, y encima de todo, muy hermosa. Tenía la misma edad que Erii y Freya, e iban a la misma escuela. La única diferencia era que mientras el par era callado y reservado, Ami y su pandilla eran populares y sin miedo al éxito. Por lo que en el momento en el que Mizuno posó su mirada sobre Hyoga, esta se acercó a hablarle y a platicar con él regularmente, acercándose mucho más de lo que Erii y Freya jamás pudieron.

Así que, mientras reunían el valor suficiente para hablarle al guapo salvavidas, las amigas se limitaban a observarlo detrás de una gran sombrilla en la arena, mientras platicaban de lo lindo que era y se enriquecían con el último conocimiento sobre chicos, brindado por una infalible y leal fuente: una revista.

-¡Mira! Esto es interesante, por no decir útil: Cómo saber si le gustas al chico que tienes enfrente.- exclamó Erii mientras señalaba el título del artículo en la revista que sostenía.

-Uuuuhhh... ¿qué dice?- Freya se acomodó en la arena. Erii se aclaró la garganta y comenzó a leer.

-Además de las atenciones y detalles que un chico pueda tener contigo, hay algunas señales, muy arraigadas en el instinto animal de los hombres, que te ayudarán a saber inmediatamente si le gustas a un chico.

-Uuuyy, me agrada, continúa.

-Es importante señalar que esto sólo denota el interés de un muchacho por la apariencia física de una persona, no por la personalidad ni atributos abstractos.

-Sí sí sí, pero que te encuentren atractiva es sin duda un buen inicio para continuar una relación más sólida, ¿no crees?

-Tengo mis reservas sobre esto...- Erii se quitó las gafas que usaba para leer.

-¡Es una revista Erii!- le reprochó Freya. -Te harán creer que la apariencia lo es todo para que compres los productos que aparecen en la contraportada. Pero igual quiero saber que dice, sigue leyendo.

Pez Fuera del AguaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora