Tres días

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-¡¡¡Corre Erii!!!

-Ahí voy... ¡espera! ¡Ay!

Las chicas corrían frenéticamente escaleras abajo, antes de que Artemis, Hyoga, o alguno de los tíos fueran a la piscina a seguir con su mantenimiento.

-¡Despertarás a los tíos con todo ese escándalo!

Cuando llegaron al lugar en cuestión, escucharon un ruido fuerte y constante, y cuando desviaron sus miradas a la alberca observaron a un hombre parado en la orilla, con una enrome bomba de agua, vaciando la piscina por completo.

-¡¡¡¡Noooooo!!!!- gritó Erii al ver las acciones de aquel hombre.

-¿¡Qué hizo!?- le reprochó Freya, furiosa.

El sujeto las miró un poco confundido y asustado por la reacción de las jóvenes.

-Vacié la piscina...

Freya observó que la alberca estaba casi vacía, y su joven amigo de la noche anterior ya no se encontraba donde lo habían dejado.

-Ya no está...- comentó en voz baja, pero fue suficiente para que el hombre la escuchara.

-¿Quién?- preguntó el tipo, aún sin entender muy bien lo que estaba ocurriendo.

-Nada... jaja, olvídelo...- agregó Freya, mientras jalaba a Erii para salir de ahí.

-¡Gran trabajo señor! ¡Siga así!- continuó Erii, alzando los pulgares hacia arriba.

Las amigas salieron del recinto, preguntándose a donde podría haber ido el joven tritón.

-No pudo llegar muy lejos... ¡es un pescado!- exclamó Erii, volteando a todas partes por si lo alcanzaba a ver por ahí.

-¿Qué tal que Artemis lo descubrió anoche y...?- Freya quedó atónita ante la perspectiva que su mente le ofrecía y no se atrevió a completar su frase.

-¿Y....?

-Pues... ya sabes... lo...

-¡Lo mató!

-Tal vez sólo lo sacó del agua...

-De nuevo, Freya, ¡es un pez! ¡Si lo sacas del agua, muere!

Antes de que Freya pudiera refutar la teoría de su amiga, escucharon unos golpes y grititos graciosos que provenían de una caseta donde se rentaban tablas de surf.

-¿Qué es eso?- inquirió Freya, curiosa.

-Tal vez Seiya olvidó las llaves; con lo despistado que es, me sorprende que su negocio siga en pie.

-Ven...

Freya jaló nuevamente a su amiga en dirección a la caseta; esta estaba cerrada, pero el candado que la mantenía de esa forma estaba abierto, Erii tenía razón, Seiya siempre tenía la cabeza en otro lado, y si bien no había olvidado colocar el candado, no había hecho un buen trabajo para recordar que tenía que cerrarlo.

Freya quitó el candado con cautela y abrió la caseta, cuando...

-¡¡¡¡AAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHH!!!!- Shun salió de entre las tablas con un flotador inflable en la mano, dispuesto a golpear con este a quien se acercara.

-¡Ah! Son ustedes...- suspiró aliviado el príncipe. -Creí que era ese hombre con su máquina de succión...

Las chicas soltaron algunas carcajadas, Shun no era para nada amenazador, mucho menos con aquel flotador en forma de langosta en su mano.

-¿Qué estás haciendo?- preguntó Freya entre risas.

-Espera... más importante aún... ¿cómo llegaste aquí?- interrumpió Erii.

Pez Fuera del AguaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora