- "primero te la vives en mi casa buscando a mi mamá y ahora eres mi profesor ¿qué sigue?
- "tranquila, no todo es sobre ti."
Pero en efecto, todo era sobre ella.
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- ¿cómo rayos conseguiste pastelitos? - Remus me pregunta una vez que me muestro en su puerta con ambos pastelitos y le sonreí.
- consejo número uno, siempre llevarte bien con los elfos domésticos. - me acerqué a él para darle un beso pero este me toma de la mano y me lleva dentro de su oficina y cierra la puerta con llave.
- lo siento, no puedo arriesgarme a que nos vean juntos.
- válido. - me quita de las manos el plato con pasteles y lo deja sobre su escritorio, para ahora si acercarse a mi y saludarme con un beso. - linda bienvenida.
- entonces... una cita.
- tranquilo, no traigo flores, ni velas ni nada que pueda llegar a ser el momento tan forzado. Solo nosotros dos y... nadie más.
- lamento no tener flores ni nada... ni siquiera pastelitos. - se cubre el rostro y yo reí ante eso. - tengo um...café.
- Que delicia. - tomé de su mano y lo llevé al sofá que tiene en la parte de su habitación. - no te preocupes, fui yo quien te invitó a salir.
- hace una semana me odiabas, pero que diferente es todo ahora. - se recarga en su asiento y se voltea para verme.
- ¿qué? ¿Contigo era diferente? ¿Tú estabas interesado en mi desde antes? No lo creo. - pero lo único que recibo es un silencio. - estás mintiendo.
- ni siquiera hablé. - el ríe.
- ¿te gustaba de antes?
- obviamente no, pero tengo que admitir que desde que volvimos a vernos pues, no lo sé... todo fue diferente.
- bueno, admito que para mi igual. La vez que empecé a verme con Chuck de hecho, que mi mamá te pidió cuidarme y me dejaste ir a la fiesta con el.
- ¿ahí te gustaba?
- diferente, solo me llamabas la atención. - el sonríe debido a lo que dije. - quiero decir, eres guapo. Eso no es mentira.
- basta, solo estamos diciéndonos halagos y es extraño. - reí y me acerqué a él para besarlo. - ¿has pensado...?
- ¿qué vamos a hacer con esta situación? - el asiente con la cabeza. - si lo he pensado pero aún no llego a una solución. Creo que no existe. - reí.
- no quiero ser el aguafiestas pero eventualmente tendríamos que pensarlo y...
- hoy no. - me puse de pie y me pasé a su cama, tomando asiento en la orilla de esta. El me sigue y se sienta justo a mi lado. - es nuestra cita, la primera y no vamos a arruinarlo quemándonos la cabeza intentando entender que somos y como vamos a sobrellevarlo.
- okay. - Mira mis labios, se queda viéndolos mientras empieza a sonreír lentamente. Sabía que era lo que seguía, el se acerca un poco más, cierro los ojos esperando el beso y se tarda, en serio no veo cercano el momento donde me bese, entonces abro los ojos y este me miraba aún con esa tonta sonrisa.