𝐱𝐢𝐯. 𝐜𝐨𝐧 𝐝𝐮𝐥𝐳𝐮𝐫𝐚

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Por las obvias razones, tuvimos que salir eventualmente del armario, donde nunca pasó de un beso porque ambos sabíamos que no era el momento, ni el lugar para llevar esto más lejos

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Por las obvias razones, tuvimos que salir eventualmente del armario, donde nunca pasó de un beso porque ambos sabíamos que no era el momento, ni el lugar para llevar esto más lejos. Pero queríamos y lo habíamos admitido y eso cambiaba todo.

Estaba de lo más emocionada, feliz, y suspirando de amor toda la noche y ahora en la mañana. Fui a tomar asiento a un lado de Sarah, ya que hoy no me apetecía fingir querer estar con las otras dos y ella de inmediato supo que pasaba

- estás enamorada. - me dice mientras yo empiezo a probar de mi tazón de cereal. - y no es de Chuck.

- ¿es muy notorio?

- supongo que he llegado a conocerte bien. - Ella ríe y le sonrío. Es increíble tener a una persona la cual te conoce tan bien y te aprecia. Esto es nuevo para mi por ende, me emociona y me hace feliz. - ¿quien es el afortunado?

- um... - voltee a ver a la mesa de los profesores, y observé a Remus mientras esté estaba recargado en su silla, leyendo de su libro. No hallaba cómo explicarle a Sarah que la persona que me roba los suspiros es la misma persona que hace un mes juraba que odiaba y detestaba con todo mi corazón. Ah, dejando de lado claro el que también perdería la cabeza si le digo que es nuestro profesor. - no lo conoces.

- descuida, se entender cuando alguien no quiere contarme algo. - Ella evita el contacto visual y me di cuenta de que la hice sentir mal.

- no es eso, siento que si te digo me juzgarías mucho. - por fin voltea a verme. - no de esa manera, digo... augh. - tomé de su libreta y escribí lo que quería decir, para que nadie más escuchara y se la entregué. - créeme que te tengo mucha confianza porque... eres la única persona que lo sabe.

- oh. Oh. Oh. - cada oh sonó de una manera diferente mientras lo asimilaba. - oh.

- por favor dime que tienes más que decir que un "oh".

- ahora entiendo el porque escogiste ese color para tu suéter. - la miré con el ceño fruncido, sin entender lo que me decía. - aparte de que es el color de Gryffindor, lo representa muy bien a él.

- juro que no lo hago para el.

- inconscientemente, Meredith. - Ella ríe.

- ¿no me odias?

- ¿debería? - sonreí ante ello. - quiero pensar que es mutuo pero no quiero darlo por hecho ya que eso me diría que eres una persona con mucha suerte.

- si lo es. - me sonrojé al decir eso. - al menos eso tengo entendido.

- vaya, tú vida si que es interesante. Y a mi que me gusta escribir, pareces todo un personaje de algún libro mío.

- Gracias por escucharme, Sarah.

- Gracias por la confianza. - Ella cierra su libreta y la guarda en su bolso de tela que llevaba consigo para guardar su estambre y palillos. - ¿las otras dos lo saben?

𝐓𝐇𝐄 𝐒𝐓𝐎𝐑𝐘 𝐎𝐅 𝐔𝐒 - 𝐑𝐄𝐌𝐔𝐒 𝐋𝐔𝐏𝐈𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora