Y luego de tantos rezos, a pesar de no ser muy creyente, por fin mi compañerade cuarto se había marchado, la habitación era toda para mí, por fin podría andar en ropa interior sin que nadie me estuviera gritando o quejándose sobre mi comportamiento poco femenino.
Encendí el estéreo y puse a sonar mi banda favorita. Sí, estaba celebrando la partida de mi gritona y quejona compañera, o ¿debería decir ex-compañera?Luego de varias horas de baile en ropa interior estaba agotaba y sudada... Y esa era la mejor parte, no había compañera que me gritase cerda por decidir no tomar un baño.
Había ganado, en realidad lo había hecho, quizá canté victoria antes de tiempo, porque a solo tres días de mi supuesta victoria la asesora de habitaciones se apareció frente a mi puerta con una chica, que sería mi nueva compañera.
—Reglas son reglas, no puedes quedarte sola en la habitación, a menos que, pagues doble y ambas sabemos que no puedes hacerlo.
— ¡Adiós! —Dijo antes de irse y dejar aquella chica en MI habitación—
— ¡Hol...! — intentó decir ella—.
— ¡Bah! ¡Bah! —La interrumpí groseramente como solía ser—, solo no toques mis cosas y de ser posible ¡NO RESPIRES!
— ¡Pero que genio! —Dijo antes de azotar la puerta y salir por ella—.
Sí, de nuevo había ganado. O eso creía....
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Mejillas
Short StoryCuando me di cuenta, ya era demasiado tarde. ¿Te atreves a descubrir mi historia?