—Pegy, me gustaría hacerte una pregunta.
—No, no te diré cuál es el ingrediente secreto de mi tarta de manzana, dijo con una pequeña sonrisa que me apareció adorable y por alguna razón, ella parecía más relajada.
—No te iba a preguntar eso, pero gracias por aclarar que no lo harás, dije con cara de pena.Ella sonrió y yo no pude evitar hacer lo mismo.
—Está bien, pregunta. —Dice— antes de darle otro bocado a el trozo de tarta que tenía en frente.— Sé que no te conozco lo suficiente pero...
—Continúa, dice de manera tranquila mientras se limpia los labios llenos detarta
—He notado que has estado actuando de manera extraña.
—Lo has notado, dice en susurro.
—Sí, —afirmé—. La verdad es que me preocupas Pegy. Dime ¿Todo anda bien? ¿Te sientes bien? ¿Tienes algún problema? Solté al fin.Ella solo se limitó a mirarme con decepción, como si esperase otras palabras y no las que acababa de soltar.
— ¿Pegy? — Dije tomando sus manos sin saber bien porqué, puedes confiaren mí.
—Estoy enamorada de ti Mejillas, —confesó al fin—.Me esperaba de todo, menos aquella confesión.
—Pegy, yo...Pero no pude terminar de decir nada, porque ella enseguida me interrumpió:
—Lo sé, no me amas, no soy de tu gusto, fui una tonta al confesarte lo que sentía, pero no te preocupes, tomaré mis cosas y me iré, no quiero hacerte sentir incómoda. Y antes de que yo pudiera decir una palabra, salió por la puerta sin saber que yo también estaba enamorada de ella.
Bien, este es el final, uno bastante abierto, pero no se preocupen, planeo una segunda parte
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Mejillas
Short StoryCuando me di cuenta, ya era demasiado tarde. ¿Te atreves a descubrir mi historia?