Desperté y estaba confundida, a un lado de mi cama estaba mi compañera Pegy. Vaya, esto se ve realmente mal, yo despertando con una chica en mi cama y sin tener alguna idea de cómo llegó aquí. Me siento como un chico, —dije mientras reía—. Pegy abrió los ojos y salió de mi cama de un brinco.
—¿Qué haces en mi cama? —Gritó—.
Esto me confundió aún más.
— Esto... es realmente vergonzoso, noté como sus mejillas se tornaban rosadas.
—¡Mejillas Rosadas! —Le grité—
Tocó sus mejillas y cubrió su rostro con las manos.
—Esto es... ¡Muy vergonzoso! —Gritó—-¿De que hablas? Le pregunté
— ¡Vete! ¡Vete por favor!
—Pero...
Me empujó y sacó de la habitación.
—¿Podrías siquiera dejar que me cambie para ir a clases?
—Lo harás, solo espera que yo lo haga, gritó a través de la puerta.
— ¡Se me hará tarde!
Lo último que escuché fue el ruido de la regadera, minutos después Pegy apareció por la puerta cubriendo su rostro con un cuaderno.
—¡Adiós! — Fue lo único que dijo.
Entré, tomé una ducha y fui a clases. Realmente me preocupaba la actitud que había tomado Pegy esa mañana. Al terminar la segunda clase, fui a la cafetería y vaya sorpresa encontrarla ahí. Me acerqué para saludarla y ella, me evitó
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Mejillas
Short StoryCuando me di cuenta, ya era demasiado tarde. ¿Te atreves a descubrir mi historia?