Esto es lo peor que puede pasarle a un ser humano, una mente puesta contra el mismo hombre; una mente que dibuja formas en la oscuridad, coloca manos alrededor de tu cama y todas ellas quieren atraparte, llevarte afuera de la puerta, una puerta de madera vieja y desgastada que produce temblores, movimientos del aire simulan ser pasos que rodean tu pieza, están ahí afuera buscando atraparte, quieren llevarte a ese lugar del que nadie sale, son una secta de desconocidos que llegan silbando a tu casa, caminan diariamente frente a tu habitación para que oigas esas marchas cargadas de violencia, tienen hambre, quieren saciar sus ganas de atravesar la puerta, quieren entrar, sujetar tu cien para asegurarse que los mires fijamente y veas que no tienen rostro, porque ninguno es alguien, no son personas, no son seres humanos, son seres amorfos que deambulan entre nosotros con aspectos mortales, los reconocemos por sus sonrisas, son muecas extrañas que dan vueltas en tu cabeza hasta no dejarte dormir, aparecen en las esquinas de los espejos cuando estás solo, te observan en las calles oscuras cuando se apagan las lámparas, son movimientos detrás tuyo de algo que no llegas a ver cuándo te das la vuelta; porque son veloces, golpean tu ventana, aveces repiten voces que ya conoces, simulan decir tu nombre para que salgas pero nunca tenes que abrir la puerta, la puerta tiene que permanecer cerrada durante toda la noche porque al salir afuera no volves con vida, tampoco llegas a morir porque ni la muerte te permiten estas criaturas despiadadas, se alimentan de tu transpiración, quieren hacer que tú piel tiemble al punto en el que vibre y cada bello de tus extremidades provoque sonidos parecidos a los de un arpa, son bestias grotescas sin aspectos debido a que nadie nunca pudo contar cómo se ven, solo te muestran formas humanas en los objetos que están frente a tus ojos, siempre permanecen dándote la espalda, para volverte paranoico, aveces se transforman en sombras para mirarte fijamente al lado de tu cama cuando dormís, están posadas por horas frente a tu cuerpo para únicamente observarte, por momentos algunos los escuchan o llegan a ver sus ojos en las paredes, si conectas tu mirada con ellos se acercan a tus narices para respirar en frente de tu rostro y susurran balbuceos parecidos a los de un animal para que los sientas,
Son adictos la forma de tus hombros, por eso gritan cuando te das la vuelta y ven tu espalda, comienzan a reírse de forma desaforada mientras aplauden y la saliva se les escurre entre los dientes, los ladridos los advierten, cuando un perro comienza a ladrar sin razón es cuando están entrando a tu casa, si tenés un canino juegan con el para que escuches sus voces distorsionadas en tu patio seguidas por un profundo silencio, uno muy lejano del silencio habitual, uno tan perturbador que te persigue hasta debajo de las sábanas, no estás solo, nunca vas a estarlo desde que comiences a pensar en ellos, tenes que tener mucho cuidado porque el contacto con estos espectros poco a poco se vuelve más intenso, cada vez son mas repetitivos y violentos hasta que empiezan a aparecer detrás de las pantallas o incluso en la oscuridad que sentís al cubrirte los ojos. No hay escape de ellos, no tenes salida, no hay salvación, tus piernas no pueden correr tan lejos porque incluso en la más alejada lejanía van a encontrarte. Ya no me queda mucho tiempo desde esa tarde que supe de ellos, en este momento están tratando de tirar la puerta, pensé que no eran reales hasta que comenzaron a atacar a otras personas, no hay forma de huir, ya no se como hacer para