XV

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¡Feliz viernes! Que paséis buen fin de semana y disfrutad la lectura =]
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 Al fin, un día de inflexión, mientras nos adentrábamos en los parajes recónditos de las dimensiones extrasensoriales, Aedus me confesó que me amaba. Yo huí de él, aterrorizado. Sin su guía, me perdí durante lo que pareció una eternidad. Acabé deambulando en una oscuridad perpetua, sin ninguna forma difusa a la vista, sin ninguna sensación. El silencio era tan terrible que grité hacia todas partes y me golpeé el cuerpo con tal de sentir algo que no fuera el palpitar de mi corazón en mis oídos. Tum-tum. Tum-tum. Al fin, flotando a la deriva, algo me recogió. Como de costumbre, no podía discernir qué era, pero había concertado con Aedus que las otras formas que parecían móviles e inteligentes eran viajeros como nosotros. El ser me condujo y yo lo seguí mansamente, y sus palabras ininteligibles tenían un tono calmado que me fue sacando de la desesperación de la soledad absoluta. Me condujo hacia Aedus, y al reencontrarme con él, algo cambió y pude percibir por primera vez con claridad lo que ocurría

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Estoy algo ocupado últimamente (lo cual es bueno), pero sigo con el proyecto de los cuentos oscuros, estad atentos! 

AedusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora