Rescate Victoria

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La noche había culminado temprano para Maya y Gabriel. Gabriel no podía quitarse de la cabeza a esa morena hermosa, que lo dejó encantado. Tenía una tristeza en sus ojos que a él le intrigaba. Estaba decidido a conocerla y esa noche no durmió pensando en ella. Al día siguiente fue a buscarla nuevamente al hotel esperando volverla a ver.

Mientras Maya aún se sentía dolida, Alejo le dejó bastante claro, con su actitud, que tratar de tener algo más con él era en vano. Hacía mucho que nadie la trataba como aquel hombre la noche anterior. Se levantó temprano y se colocó su bikini nuevamente pero esta vez se colocó ropa normal encima. Un mahón negro, una camisilla rosa y unas chanclas mete dedo.

Bajó y se fue a desayunar al restaurante del hotel

-le puedo tomar su orden?- preguntó el mesero

Maya pidió frutas, unas tostadas y un café. Se quedó esperando su orden mientras texteaba con Valeria sobre su recién hayasgo de que tendría trillizos. Vio el mensaje y sonrió, estaba felíz por su amiga.

- asi te ves aún mas hermosa de lo que ya eres- alzó la vista y ahí estaba parado él

-Gabriel, que haces aquí? -preguntó sorprendida

-vine a desayunar, al igual que tú aparentemente- dijo viendo cuando ponían su desayuno frente a ella

-puedo?- preguntó y Maya accedió, Gabriel ordenó y comenzó a platicar con ella

La conversación fluia sin problema alguno y él la hacía reír fácilmente. Por un instante Maya olvidó su tristeza y dolor a causa de Alejo

-Debo confesarte algo- ésta alzó la vista cuando escuchó sus palabras

-vine esperando verte de nuevo, me dejastes impresionado con tu belleza y personalidad- Maya se sonrojo, no estaba acostumbrada a que le fueran tan sinceros y directo- Quiero que salgas conmigo, en una cita, que me dejes conocerte mejor y que de igual forma me puedas conocer a mí.

Maya iba a negar la oferta pero Gabriel se dio cuenta y no la dejó hablar

-sólo piénsalo y luego me respondes, ok?- Maya lo miró intrigante, su personalidad y forma de ser, a ella, también le gustaban

-Está bien- confirmó luego de unos minutos, Gabriel no entendió bien de que hablaba y está se aclaro
- Saldre contigo y permitire que nos conoscamos pero debes saber que sólo lo hago por que se ve que eres persistente, y si me niego te convertiras en un dolor de cabeza- dijo en forma de broma y ambos se rieron

-ves, ya conoces una parte de mí- río- pero gracias, no te vas a arrepentir, te lo aseguro

-ok- dijo Maya y continuaron comiendo

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Al otro día en la mañana domingo

-como te sientes? -le preguntó Toro, mientras pasaba una toalla húmeda en su frente

- Que pasó? - le dijo cansada, tratando de abrir los ojos, se dio cuenta que tenía un brazo suelto de ataduras, con un suero en sus venas- Qué es esto?-dijo abriendo mucho los ojos- Me estás drogando? quitamelo! Quitaaameeelooooo!-gritaba

-No seas histérica!- le dio una bofetada para que se calmara -Cállate malagradesida!- le gritó arrancandole el suero de golpe

-Aahhh!- comenzó llorar, viendo como la sabana se llenaba de sangre

Le arrancó la sábana de un tirón, desamarro la mano que seguía atada y de un tirón la sentó, volvió a amarrar ambas mano frente a ella, le dio otra bofetada, que la dejo tumbada otra vez en la cama. Se colocó a horcajadas sobre ella, con una mano en su garganta y con la otra bajó el sujetador dejando un pecho al aire, mientras lo manoseaba

Venciendo LímitesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora