Victoria se encontraba sentada en la cama de su pequeña habitación, con las piernas cruzadas, después de salir, de un largo y agotador día de trabajo. Uno que no le daba tiempo a salir, así fuera para socializar, distraerse o simplemente conseguir esa relación sentimental que tanto anhelaba, aunque en parte, así ella lo prefería y agradecía, por que al ser tan tímida, se sentía torpe y tonta al no poder entablar una sencilla conversación con personas del sexo opuesto, además, así no tendría que soportar la grandísima vergüenza a que la rechazaran, suficientes humillaciones había soportado ya durante el transcurso de su vida.
Victoria es de estatura mediana, piel pálida, con el cabello largo, que cae por toda la espalda hasta la cintura, en hermosas ondas naturales en diferentes tonos de rubio. Sus ojos azul claro, como el cielo en pleno verano, le dan un aire fresco y un toque de ternura, que llama mucho la atención y cuando ella sonríe, se achican de tal forma que parecerían estar cerrados. Pero... ¿porqué pensaría que la rechazarían?
Ahhh siii, por que Victoria, a pesar de tener una belleza inusual, no tenía cuerpo de modelo de infarto, ése que tanto le gusta a los hombres, ese como el de Isabella, éso era lo que ella siempre pensaba. Sí, ella es gordita y muchas veces se odio por serlo, pensaba que quizás, si no tuviera los pechos tan grandes, las caderas tan anchas, la cintura chica o esas libras de más que la hacían parecer un elefante, alguien se fijaría en ella.
Victoria dio un gran suspiro, además de cansancio, quiso dejar ir esos pensamientos negativos que la hacían deprimir tanto. Llevaba años luchando contra esos demonios que a veces lograba vencer, otras... No tanto.
Revisó por última vez el trabajo de investigación para Isabella, no le gustaba dejar las cosas para el último momento y menos si eran para ella. Se pasó todo el fin de semana trabajando en la cafetería o más bien en la cosina de ésta, donde podía pasar desapercibida. Cuando salía de allí se quedaba hasta la madrugada adelantando trabajos... se sentía exhausta.
A penas eran las nueve de la noche y ya estaba bostezando y sus párpados se cerraban solos sin poderlo evitar, colocó todo los papeles en la mesita de noche, se dispuso a dormir, una horas más de descanso nunca vendrían mal y más si el mismo cuerpo lo pedía a gritos, pero antes de apagar la luz de la lámpara que se encontraba sobre la mesita, escuchó golpes en la puerta
- ¡Ay no puede ser!- exclamó mientras se dejaba caer de espalda a la cama, se tapó la cara con la almohada, tratando de ignorar quién quiera que fuera que estuviera molestando a esa hora pero cualquier deseo de que hubiera sido un error quedó atrapado en algún rincón del cuarto, por los gritos al otro lado de la puerta
- ¡Victoria! Abreme la puerta, se que estás ahí- seguía tocando y levantando la voz, cada vez, con más fuerza- ¡La luz aún está encendida, abreme Victoria!
Ésta se levantó resignada, Isabella no se iría de allí hasta que le abriera y era mejor abrirle a que la regañaran y fuera el centro de atención de todo el edificio, Isabella a veces daba miedo
- ¡Ya voy, ya voy, Dios! ¿no podías esperar a mañana, por los papeles?- decía mientras abría la puerta e Isa entraba al pequeño apartamento, sin ser invitada y llevándose el hombro de Vicky por el camino
- De qué hablas?- preguntó algo desconcertada pero al darse cuenta a lo que se refería se dispuso a aclarar- ... ahh no, no venía por eso...- ¿pero por qué venía? Nunca la visitaba si no era por alguna tarea y sólo le daba conversación si estaban dentro del salón, no podía permitir que la asociaran con gente de su tamaño- se quedó pensativa mientras encontraba alguna excusa pero nada que ver, era malísima para improvisar y mucho más si los nervios se apoderaban de ella
- ¿A no y entonces? -preguntó algo confundida, a veces Isabella le parecía alguien extraño
- O sea si si, a eso vengo... ¿ya lo tienes? - preguntó un poco distraída y confundida, ¿acaso lo había terminado tan pronto? Pero entonces pensó que debía seguirle la corriente y trato de distraerla, su cara parecía mortificada- Además te estuve buscando todo el fin de semana y me dijeron que estuvistes trabajando, entonces como así lo terminastes tan pronto?- decía mientras miraba alrededor de la habitación, buscando algo que necesitaba con urgencia y debía estar por alli- Victoria inhalo y exhalo cansada y contestó casi desganada, definitivamente necesitaba descansar
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Venciendo Límites
Romance6 historias que se unen para formar una sola. Unidos por el amor, la amistad y el destino tendran que vencer los limites que la vida les pone.