Corazón de Hielo {5}

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🌹Fuerza.


Cierta sonrisa altanera cargada de ego y rebeldía, se coloca en pie conforme el sonido de los zapatos del varón van posandose firmemente sobre el suelo. Su ceja derecha se enarca borrando la sonrisa de sus labios, sus iris carmín se quedan firmemente fijos sobre los tuyos, sus facciones revelaban mucho más que las palabras que podría ofrecer, su respiración se torna un poco más relajada al tener frente a él la oportunidad perfecta para reprender a la gobernante de la tierra que ahora lo mantenía prisionero y con un solo parpadeo se torna su aura totalmente desafiante.

Un reino gobernado por una mujer tan desconfiada no es tolerable madame, está esclavizado y condenado. — Sin olvidar sus modales ante la mujer frente a él responde esperando con total deleite tu reacción; todos los que se encuentran alrededor de ambos se quedarían mudos mientras tú continuas firme ante la mirada ajena, con una respiración pacífica analizando sus respuestas.

Bakugō, calla. — Está vez la voz de Kirishima en un tono un tanto bajo y completamente apenado, mira al suelo hablando con su compañero, sin embargo, como respuesta solamente logro provocar más la ira del rubio cenizo ya que tenían a su compañero de rodillas como si de tratase de un simple esclavo.

Existe una sola palabra a quien le sirvo y por lo tanto una lealtad verdadera. — Levantando un poco más el tono de su voz, dentro de su garganta ligeramente ronca, levanta un poco el mentón dando a entender que tu autoridad no era nada ante él.

Deseo saber cuál es aquella palabra. — Las oraciones ajenas incitan tu curiosidad al mirar lo determinado que se observa el cautivo joven frente a ti al pronunciar lealtad en sus labios.

Mi pueblo... — La respuesta fue inmediata, los iris de las jóvenes damas a ambos lados de tu trono lo observan con alta admiración llegando a abrir un poco sus bocas y así cruzar miradas entre ellas. — Si un gobernador no hiciera su voluntad para salvar a su pueblo, sin duda enfrentaría resistencia y en su caso como toda mujer... —

— Bakubro... — Kirishima abre más los ojos quedándose completamente quieto, su respiración se corta unos cuantos segundos, pues al escuchar como las palabras de su amigo iban subiendo de tono, el ya presentía lo que se avecinaba ya que no era la primera vez que escuchaba ese tono, pero nuevamente no fue escuchado.

La ceguera es sumisión, la debilidad su fortaleza, la desconfianza su consejo, la demencia su juicio. — Cada palabra parecía una navaja que te atraviesa sin piedad una tras otra en tu pecho, la voz del varón se eleva conforme su cólera reprimida va liberandose através de su boca y todos solamente te miran fijamente esperando reacción alguna. — ¿Debemos tolerar o respetar a una gobernante que suprime a cualquiera que entra a sus dominios? —

Unos ojos en particular te observan con el ceño ligeramente fruncido expresando preocupación y miedo en sus rasgos cargados de pureza. Tus iris se apartan unos segundos de los ojos escarlata para fijarse en Eri quien se encuentra en brazos de Mina asomándose por encima de su hombro, aquella infante de quién claramente eras su mayor ejemplo, se sentía poco a poco como una muñequita de porcelana a punto de quebrarse ante la tensión del ambiente y aún más ante el miedo de saber cómo ibas a reaccionar.
En un leve suspiro que no se notaría a simple vista desde tus labios, te levantas con elegancia del trono, colocas tus manos juntas frente a ti a la altura de tu vientre, tu porte firme vuelve a enfrentarse contra el rubio cenizo, por lo tanto los caballeros que se encuentran de pie detrás de los prisioneros bajan la mirada hacia el suelo a excepción de Todoroki, quien continúa sosteniendo la poca paciencia que tiene dentro de su cuerpo por no poder reprender al estúpido rebelde que se atrevió a responderte.

Tu forma tan jodida de ser. {Bakugō x Lectora} (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora