Corazon de Hielo {4}

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🍷Encuentro.🍷



Aquella misma tarde se escucharía el viento soplando con ligereza entre los arbustos y árboles que danzan con calma, peinando sus hojas las cuales poco a poco caen alrededor de ti llegando a rozar el faldon que se arrastra un poco en el suelo. En el jardín privado dentro de los muros del palacio, al aire donde las antiguas reinas tomaban el té con sus amistades más personales, entre pequeñas flores acompañando el aroma de los frutos como manzanas o duraznos que cuelgan de los árboles en temporada, te encuentras en compañía de Izuku quien se mantiene en pie con los brazos detrás de él mientras te mira a ti sentada en una silla de madera blanca bien decorada con terciopelo rosa pastel en las almohadillas.

Madame, me gustaría... Amh. — Con un tono un tanto nervioso, Izuku lleva su diestra cerrada en puño a sus labios para aclarar su voz desde su garganta y frunciendo ligeramente el ceño avergonzado. — Es decir, ¿Me concede un momento de su valioso tiempo para hablar de cierto tema con usted? —

— Toma asiento. — Con una voz dulce levantas tu diestra apuntando con la palma abierta mirando al cielo el asiento desocupado frente a ti con la mesa de cristal aún vacía. Por lo tanto, el varón peliverde asiente con un poco de seguridad en sus facciones, toma la silla para arrastrarla un poco y tomar asiento con un suspiro algo profundo, llevando ambas manos sobre sus piernas como si de una señorita tímida se tratara provocando que sueltes una pequeña risita frente a él. — Habla por favor. —

— Es respecto al barón Keigo. — Empezando a flaquear en aquella voz profunda, aprieta sus manos por debajo. — Su relación. —

— Mi relación con keigo no es más que amistosa. — Respondes lo más rápido posible con un poco de firmeza aunque sin dejar de ser gentil para que tus palabras no impacten de mala manera a tu acompañante. — Está claro que se ha llegado a mirar con malas interpretaciones que nos frecuentemos tanto, pero no es más que un asunto de hermandad y admiración. —

— No ha pensando en que tal vez... ¿Podría ser su esposa? — Izuku intentando llegar a cierto punto de la conversación y animar las cosas en tu vida personal como el amigo de años que es para ti, hace la pregunta sin rodeos , llegando incluso a abrir más sus ojos para que sus iris esmeralda brillen junto a la pequeña sonrisa de boca cerrada que se anida en él. Sin embargo, aquella sonrisa no duraría ni 2 segundos al mirar poniéndote de pie y caminando un poco dejando que tus pisadas se escuchen por el pastizal, apartandote un poco.

No. — Dándole la espalda a tu contrario, te quedas quieta mirando un poco el árbol de tamaño medio frente a ti con pequeñas flores de cerezo aún en capullo. — Cuando mi amado padre falleció, pude haberme casado con muchos pretendientes. — Tu andar nuevamente empezaría a escucharse por el pastizal dando lentos pero seguros pasos acercandote a Izuku. — De Portugal, Dinamarca, Suecia, los rechace a todos. — Colocas ambas manos detrás de ti mirando con firmeza al joven sentado quien te presta toda su atención. — Así como no permitiré que se me imponga un matrimonio político, yo no le impondre un destino incierto a todos mis súbditos. —

— Pero a usted solamente se le presentan pretendientes con intenciones claras y una palabra firme mi señora. — Responde buscando acreditar sus palabras mientras te sostiene la mirada aunque temblando un poco y empezando a sudar por su frente.

Cualquier pretendiente aspira al trono y a su poder. — Al observar al nervioso varón decides soltar un suspiro y apartar la mirada con cuidado suavizando tus palabras. — No quiero poner en riesgo a mi pueblo, aún si el barón Keigo tiene toda mi confianza. —

Tu forma tan jodida de ser. {Bakugō x Lectora} (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora