Viesins ; KookTae

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La clemencia que tú y yo tuvimos el día de ayer se convirtió en la dictadura que escribió las normas bajo las que nuestra alma se va a regir en el presente. Bendito el momento en el que los pecados ardieron y maldito el segundo en el que el pecado se coló entre mis manos.

⠀La teoría que yo tenía a cerca de cómo funcionaba el mundo se alejaba de las cosas, se distanciaba engreída de lo que su mera existencia pretendía y se mostraba distante del inicio del todo. Me importaba poco el cómo había sido proclamada nuestra existencia y me resultaba alejado de lo inquietante el mero hecho de lo que debía significar el que estemos vivos.

⠀"¿Quién soy y para qué lo soy?"

⠀No estaba dentro de los parámetros de lo que me importaba. Si ya estaba aquí sin mi debida petición, ¿quién me decía que tenía el derecho de responder aquellas preguntas?, ¿quién me decía siquiera que podía responderlas y estas serían escuchadas por alguien que no fuera mi propia consciencia?

⠀Los que portaban vida le buscaban significado a la misma y a lo que esta constituía; a las acciones cometidas y a los acontecimientos que aquellas acciones desbordaban.

⠀Mi duda de vida se basaba en lo que habría sucedido si aquel día me hubiera obligado a mi mismo a seguir las dictaduras que mi propio padre imponía sobre mí, su hijo. "Cualquier lugar en el que tus pies se posen debe tener el mismo nivel que tienes tú. Eres un Jeon, Alfa además y para mí gratitud. Cuida lo que haces". Un basurero no lucía como el lugar adecuado para que mi presencia se luciera firme.

⠀Pero poco me había importado y poco lo seguía haciendo.

⠀Sin Yoongi yo no sería nada. Y la nada para mí no se resumía en el sentimiento de no tener, se reducía al sentimiento de anhelar lo que no se tenía pero se podía.

⠀"No es tu cachorro y nunca lo será, deja de buscar cosas que no puedes tener en la basura de los que sí pudieron pero no lo quisieron".

⠀Cuando aquellas palabras habían abandonado la boca de mi madre al yo cumplir los veinte años y Yoongi diez, nada había pasado en mi interior. Sus palabras para mi valían menos que poco. El sentimiento había sido distinto cuando Oon en plena madrugada había pronunciado con claridad ; ¿Soy la basura de alguien más?.

⠀No.

⠀Esa había sido mi respuesta. No, porque para mí, la sola existencia de aquel cachorro de ojos pequeños se convertía en mi propia teoría de lo que era la felicidad y el mero disfrute de estar vivo. No, porque el que hubiera estado entre los desechos de los demás, el prospecto de desecho ideal era lo que se volvía la definición de quienes lo habían dejado a su suerte. Suerte buena, suerte mala, tal vez ninguna, solo suerte.

⠀No, porque Yoongi me había otorgado todo e incluso más que la nada.

⠀Aquel cachorro era como una breve definición de lo que el ser humano nacía sabiendo y la perfecta sincronía de lo que una buena educación elaboraba. La combinación exacta de lo que alguien necesitaba para sentirse completo. O por lo menos no tan disparejo.

⠀Ya la felicidad dependía de lo que él escogiera ser después de la palabra educación.

⠀"¿Sabes qué leí el otro día?"