Yo te lo prometí

213 16 0
                                    

Aquí estamos, nuevamente viajando sin rumbo, sin llegar a un lugar dónde nos esperen, sin poder hacer una vida en la cual podamos quedarnos, sabíamos que sería así desde que comenzó, al menos podría considerarme con algo de suerte, pues viajo al lado de la persona que me prometí proteger y que sin saberlo o planearlo... amo... sin embargo el mocoso a mi lado no puede estar con la persona más importante para el, realmente no sé cómo puede soportarlo; soy un guerrero, fuerte, determinado y valiente, no soy modesto, me conozco lo suficiente para decirlo, aún así, sigo siendo un ser humano que realmente me podría afectar si me llegará a hacer falta su escandalosa risa, sus estúpidos nombres, sus ridículos chistes, su voz y su presencia.

Casi ví mi mundo caer cuando creí haberlo perdido en el país de Outo, no dude en salvarlo y convertirme en su presa al haberle ofrecido mi sangre, también cuando corte mi brazo para sacarlo del lugar al que más temía, no iba a abandonarlo en Celes, no cuando... me prometí que sería yo quién lo alejaría de aquella obscuridad que lo perseguía.

-¡Puuu!, hemos llegado- menciono ese bollo parlante

-¿Y dónde estamos?- pregunto el mocoso

-No lo sé, pero parece un lugar tranquilo y bonito, verdad Kurooscuro

-Me da igual, de cualquier forma nos tendremos que ir- dije un tanto cansado

Si bien, viajaba con mi rubio idiota, aún así era un fastidio viajar sin rumbo sin poder tener una vida, me gustaría poder vivir con el en un solo lugar al que pueda llamar hogar.

-Bien, este viaje ha sido un tanto largo, prepararé algo para la cena- dijo el rubio motivado

-¡Yo ayudaré!

-Muchas gracias Mokona

Parecía que habíamos llegado casi al momento de atardecer y comenzaba después de poco tiempo a oscurecer.
Nos recostamos alrededor de una fogata o eso intentamos, al verlo sentado recargado bajo un árbol mirando al cielo, sin sonrisa; me hacer que a él.

-Realmente Syaoran es muy fuerte- giro a verlo desde donde estaba dormido aquel niño

-Lo es- dije simple sentándose a un lado de el

La fuerza, que era realmente, antes hubiera dicho que ser el más fuerte era ser quien siempre derrote a sus enemigos, estar en la cima, ser temido y acabar con todos; pero conforme viajamos entendí a qué se refería la princesa Tomoyo cuando me mandó a esa tienda frente a esa bruja, ese mocoso me enseñó un poco y lo termine de comprender cuando ese mago molesto se convirtió en lo más valioso, cuando ví su verdadero ser, aquel que aprendió a sonreír con un poco más de verdad, a no ocultarse tras un muro de falsedades, si el mocoso es realmente fuerte pues aún tiene la esperanza de volverse a encontrar con ella, lo más valioso para el.

Sentí un peso en mi hombro cuando ese mago recargo su cabeza en mi, yo solo me dedique a acariciar un poco esa cabellera rubia.

-Realmente esperaba que este mundo fuera así de tranquilo, así podríamos respirar un poco

-Se te cumplió

-Pero... también espero caer dónde se encuentre ella

-¿No crees que sería aún peor?

-...- solo suspiro y nego con su cabeza aún recargada, ahora en mi pecho- Pese a no quedarse, estoy seguro que Syaoran sería muy feliz tan solo verla por unos momentos y saber que ella aún sonríe, el lo supo desde que tomo la decisión de hacer este nuevo viaje y solo está esperando que llegue ese momento

Tal vez tenía razón, el mocoso siempre vio primero por ella, cómo dije... realmente no sé si yo podría hacerlo.

Fye acariciaba mi mano mientras yo su cabeza, en un momento la movió solo para subirla un poco y depositarme un suave beso dedicándome una sonrisa, y yo, apenas visible también le daría una, realmente me gustaba hacerlo besar sus labios y que me mostrará esa sonrisa verdadera, que ya no ocultara su tristeza y su dolor.

Aún recuerdo lo que dijo el en aquel bar del país de Outo, "Yo llevo mucho tiempo esperando a alguien que me lleve más allá"... y por eso hice aquello, dar mi sangre, dar mi brazo, y dar todo, "supongo que con decirte esto, solo lograre que me odies un poco más"... Lo entendí sin mencionarlo; cuando pensé que habías muerto por culpa de ese Oni no podía creerlo, quería destruir todo lo que me en encontrará a mi paso, pero sobretodo al Oni que creí que te había apartado de mi lado y yo no había podido hacer nada, al saber que estabas vivo fue cuando me hice la promesa y a ti sin que lo supieras, que tome esa decisión; tus palabras no quedaron en el aire, porque de verdad te escuché, no te odie, y no puedo hacerlo, fue en ese momento.

Sus ojos se abrieron mostrando su color azul, había recuperado su color después de derrotar al clon, y de verdad me agradaba verlos.

Nos quedamos unos momentos viendo el cielo, hasta que su respiración se volvió suave, había caído rendido por el sueño, solo lo atraje más hacia mi con un brazo, casi formando un abrazo protector para que estuviera más cómodo.

Me quedé un poco más de tiempo despierto, velando su sueño, ya no tenía pesadillas de su pasado atormentando lo, ahora podía dormir más en paz.

Después, yo también dormí aunque aún en guardia.

Sentí los rayos del sol sobre mis ojos, así que desperté, aún con mi rubio en brazos aunque esté aún más recostado en mi, después de un rato el mocoso, Fye y ese bollo con patas también, el rubio se encargó del desayuno y casi de inmediato cuando habíamos limpiado todo, el pendiente de la cosa redonda empezó a brillar, lo cual significaba que era hora de irnos.

No sé a qué mundo iremos ahora, nunca lo sabemos, si es peligroso pelearemos por nuestra vida, aquel rubio ya lo hacía, ya no quería morir y si pensaba en hacerlo, bueno siempre estaría yo cerca para detenerlo, cómo dije... protegerlo aún de si mismo; espero poder llegar a un mundo igual de tranquilo que este, pese a ser un guerrero también me gusta la tranquilidad si es ahí donde Fye pueda dormir, admirar el cielo y junto a mi.

Sentí una mano entrelazarse con la mi ví de reojo a Fye sonrojarse un poco, aún le da un poco de pena nuestra cercanía y relación, a mi también admito, pero me hace sentir más fuerte al tenerte a mi lado, no te soltaré y no te dejare ir.

Te amo mago torpe, gracias supongo, por dejarme ser quien te lleve más allá.

Los viajeros Donde viven las historias. Descúbrelo ahora