Miraba las estrellas con su único ojo, aun se preguntaba porque seguía ahi, lo continuaba haciéndolo tratando de convencerse que era una pesadilla, girando su mirada para aquel que descansaba sobre su futón aún sin despertar, se había ofrecido a cuidarlo y velar su sueño cerro la ventana para que el frio no entrara, encendió una vela y comenzó a limpiar la enorme herida del samurai, desinfectando y limpiando delicadamente, cambiando la venda y acariciando sobre ella.
Unas cuantas lagrimas silenciosas salieron cuando termino, delineo su rostro con sus delgados dedos, toco su frente confirmando que no tuviese fiebre.
- Lo siento...- dijo en un susurro silencioso que para cualquiera hubiera sido solo un suspiro, pero para un oído entrenado era la voz más clara.
Abrió sus ojos y lo observo, su rostro triste por primera vez lágrimas en él, la mano fría y pálida aún se encontraba en su rostro y con su unica mano la tomo y acaricio, sin decir nada solo se quedaron mirándose, si habían vuelto, él no se quedó su deseo fue cumplido y su promesa jamás rota.
Su mano dejo de acariciar aquella tan fría cuando sus lágrimas cesaron, fue entonces que una vez más cerro los ojos y durmió.
El sol había salido y continuo su rutina, limpiar y cambiar el vendaje, tomo un ligero desayuno seguido de una ducha rápida al entrar a la habitación estaba con una sola mano aquel samurai desayunando, solo se sentó frente a él tomando una taza de té, había mucho silencio, tomo el tazón de arroz y lo sostuvo, a él no le gustaba mucho la ayuda, pero sabia sus limitaciones y las intenciones de quien lo acompañaba.
Camino por fin por los jardines de aquel palacio del Japón feudal bajo los árboles de cerezo, el rubio lo seguía de cerca y él no se molestó.
La hora de la cena se sentía solitaria, pues, aunque no cruzaban palabras se sentía acompañado, tan acostumbrado a él, si a su ruido, pero más a su presencia.
Solo él se sabía dónde estaría. Sobre el tejado del palacio mirando una vez más las estrellas sintió una presencia ya conocida para él.
-Parecen estar muy cerca- aquel mago menciono
-Algunas veces intente tocarlas-
El solo agacho la cabeza, la levanto con su unica mano y en su ojo se reflejaban las estrellas.
-Lo he hecho- respondió el samurai
Porque tras pasar años de dolor donde lo único que querías era huir y no volver, ahora quería detener el tiempo ahi y sentir la calidez de unos ojos rojos sobre él.
Se sentía tan culpable al principio, pero porque él no le recrimino nada, era un guerrero con enorme fuerza, fuerza que había perdido al matar y perder su brazo, solo para llevárselo con él.
Después de aquella noche donde le dijo que lo sentía, no lo dijo más, el samurai no quería escuchar disculpas, tampoco agradecimientos, solo quería tenerlo frente a él vivo y si se atrevía tocar su piel y saber que de verdad era Fye.
El mago imito su acción tocando el rostro contrario acariciando su rostro, tampoco era una alucinación suya si estaba con vida cuando sintió casi perder a quien más quiso alejar.
Le sonrió de manera suave y recargo su cabeza en el pecho, sintió como su cabello rubio era acariciado con suavidad y permanecieron así. Habían sido decisiones de cada uno el quererse proteger mutuamente, eso tenían que entender, no era una decision egoísta cuando se sabían leer.
Un nuevo viaje y una nueva batalla a enfrentar pero con nuevas armas, aquellas que aprendieron e ignoraron, la verdadera finalidad del viaje nunca fue la que pensaron, huir y regresar, era otra que ahora se presentaba frente a ellos con todo su significado, que es ser verdaderamente fuerte.
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Los viajeros
FanfictionUn One-Shot de Kurogane y Fay del manga y anime Tsubasa : Reservoir Chronicle Después de recuperar las plumas, Syaoran, Kurogane, Fye y Mokona continúan viajando sin rumbo. Los personajes no me pertenecen, son propiedad de CLAMP, la historia si es m...