Los amantes eternos

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-No voy a dejarte...

-No te dejare ir...

La luna, los árboles y ese ojo de agua eran los únicos testigos de que esas palabras eran más que verdad, eso ojos azules y rojos se decían más que mil palabras y esos labios se unían por pequeños lapsos de tiempo, no solo se tocaban con el cuerpo ellos se tocaban con el alma, juraban todas las noches ante ellos mirándose tan profundo que jamás se alejaría del otro; pero por caprichos de una cruel realidad se mostraban en esas miradas desesperación y anhelo de querer cumplirlo.

Tuvieron que ir por caminos diferentes al casi amanecer no queriendo y perdiéndose en esos sentimientos, aquel reino rojo donde yacía el poder del fuego y el guerrero más poderoso de grande estatura y ojos desafiantes con una katana siempre a su lado, podría derrotar sin esfuerzo a una gran cantidad de guerreros que quisieran invadir su reino... Kurogane honorario guerrero un gran samurai temible y respetado hijo del rey.

Al otro lado del enorme río el reino blanco, reino de enormes campos de nieve estar ahí podría congelarte pero no a los que nacieron ahí, en especial al más poderoso... un hermoso mago, de delicado rostro y figura, su gran poder era capaz de destruir aldeas completas llevándolas a la perdición total, el mago hijo del rey blanco, su palacio de hielo y bellos acabados en el.

Durante años estuvieron en guerra, una guerra que en cada batalla los separaba aún más, pero ellos solo sentían el deseo de estar juntos, tal vez huir olvidar sus responsabilidades que se les habían obligado a cumplir, algún día ellos llegarían al trono a gobernar sus reinos, uno podría pensar que ellos al llegar al poder acabarían con la estúpida idea de la batalla, pero las cosas no eran tan fácil, todo ese tiempo hizo crecer el odio en sus pobladores hacia los contrarios, ellos no aceptarían la paz. Los amantes no querían pelear contra el otro jamás se harían daño, no se lo dijeron pero se lo prometieron en pensamiento silencioso.

La noche se hacía presente y como siempre frente al ojo de agua se encontraron...

-Kurosama- acariciaba con delicadeza el rostro de su amante sintiendo la calidez de su piel en sus manos sintiendo como sonreía ante su tacto

-Fye- respondía el contrario colocando su mano sobre la de este besándola y acercando su frente al delicado rostro del mago sintiendo así mismo la suave piel de este, posicionando su mano restante a la cintura de su amante

No hacían falta muchas palabras, se besaron con tanto amor y pasión como lo hacían desde hace tiempo, cada día con más intensidad ellos sabían perfectamente su situación y temían perderse pues aunque sean poderosos el control sobre ellos que tenían tercero era aún más grande que su poder, ¿Por qué?... No querían que ellos les hiciera daño, se protegían sin saberlo y algunas veces en batalla solo buscaban sus ojos que siguieran con vida, sus miradas decían todo pero eran ignoradas por el resto.

-Te amo Kuro- dijo al finalizar el beso

-Te amo Fye- volviendo a besarlo

Esa noche fue una más donde se entregaron en la naturaleza, el lugar donde se conocieron, donde no estaba cerca de sus reinos y dónde su secreto estaba a salvo. La mañana se volvió a hacer presente y la realidad volvió a ellos.

-Quiero irme contigo- abrazo a su samurai no quería dejarlo ir y para ser honestos el samurai tampoco quería separarse

-Te llevaré, algún día tu y yo estaremos juntos como debería ser

-Yo... ¿De verdad, nos iremos juntos?

-Juntos siempre Fye, te prometo que seremos felices

-Felices- repitió el mago porque era lo que quería, ser feliz junto a la persona que más amaba

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