ɪᴍᴘᴜʀᴏ; ɪᴢᴜᴋᴜ ᴍɪᴅᴏʀɪʏᴀ.

Premisa

[...] - (Nombre), ¿podrías terminar de arreglar las dos últimas cajas que llegaron? Es que mi suegra me acaba de avisar que Naomi se enfermó y la llevaron al hospital - te dijo Serena mientras tomaba su bolso.

- Está bien. Vete con cuidado - le respondiste.

- Muchas gracias. Te veo mañana.

Serena salió volando de la tienda. Se perdió fácilmente entre la multitud de personas, a pesar de llevar esa falda floreada de color rosa mexicano que era difícil de ignorar.

De cualquier forma, la señora Miriam llegaría pronto y debías apresurarte si es que no querías un regaño de tu parte.
Comenzaste abriendo las cajas que a Serena le faltaron. La mayoría de las cosas que contenían era ropa vieja, artículos de porcelana fina, algunas estatuillas y libros. Decidiste empezar con la ropa, colgándola en los percheros de madera vieja que tenían a la izquierda de la tienda junto con las estanterías de zapatos. Luego seguiste con lo demás y finalmente terminaste.

Limpiaste la estantería de los productos de porcelana con sumo cuidado, después seguiste con las estatuas y al final decidiste que era hora de acomodar los libros. Los ordenaste en orden alfabético, siendo una Biblia versión ilimitada la primera que encabezaba la lista. Le seguiste con algunas novelas y unas que otras enciclopedias.
Le pasaste un trapo húmedo a la tapa dura de algunos libros. Mientras hacías eso, hubo un ruido algo singular detrás de ti que te hizo girar la cabeza hacia esa dirección.
Uno de los libros estaba abierto de par en par.
Estabas segura que habías cerrado todos los libros. Te pareció extraño, por eso mismo te acercaste a revisar.
El libro estaba abierto en una página exacta. Era la 571.
Tenía una especie de jeroglíficos extrañas junto con algunas ilustraciones y los textos estaban en un idioma que realmente desconocías. No tenías ni idea de que genero era libro porque usualmente nunca la dabas esa importancia, pero en esta ocasión la curiosidad te ganó. Intentaste mirar el título del libro desde su pasta dura, sin embargo, tus dedos rozaron con las páginas amarillentas y por alguna razón, lograron cortarte.
Algunas gotas de sangre salieron de tu dedos, otras marcharon el papel del libro. Te llevaste tu índice a la boca para calmar la herida con tu saliva.
Tus ojos observaron el pequeño desastre la sangre había caído encima de un dibujo. Era sobre una especie de chico de cabello verde revoltoso y con pecas sobre sus pómulos. Dos pequeños cuerpos negros ascendían desde su cabeza y detrás de su espalda, dos grandes alas negras parecidas a un halcón sobre salían de ahí. Subiste la mirada y arriba de la página podías leer en letras cursivas y grandes el nombre de "Deku".
No sabias que significaba, ni tampoco te importaba.
No obstante, comenzó a darte miedo cuando las gotas de sangre comenzaron a desaparecer sobre el papel. Salió un humo negro, como si estuvieran quemando las hojas aunque claramente no había ni un inicio de fuego.
La sangre desapareció por completo junto con ese humo extraño.
Te atreviste a mirar la imagen del chico, solo para encontrarte con sus ojos brillando en una aura verde extraña casi llegando a sobrenatural y fijamente sobre ti.

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Próximamente...

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