Deku te puso contra el espejo en un suave empujón. Sus alas se abrieron y cerraron en un aleteo.
Su mano derecha pasó por encima de tu pecho derecho, clavando sus garras sobre tu piel suave sin ser demasiado brusco para lastimarte. Dejaste salir un gemido involuntario.
— Que linda — comentó Deku.
Tus mejillas se sonrojaron ante su comentario. Su otra mano se deslizó por tu estómago hacia tus muslos, subió a tu entrepierna y comenzó a frotar.
— N-no, estoy en los vestidores — alegaste —. Alguien puede oírme.
— Entonces no hagas tanto ruido — demandó.
Una de sus piernas desnudas se colocó debajo de tu entrepierna y su mano izquierda se deslizó desde tu estómago, pasando por tu pecho hasta tu garganta y finalmente a tu mentón. Acercó tu barbilla a su rostro para estampar sus labios contra los suyos en un suave beso, que se convirtió en uno más hambriento.
Tus manos cayeron sobre sus anchos hombros, acariciándolos y detallando la texturas con las puntas de tus dedos.
Su toque era tan exquisito como delicado. Tan sensualidad y tentador.
Su respiración chocó contra la curvatura de tu cuello. Sentiste su lengua pasar por tu piel y dejar besos húmedos por toda su extensión, repitiendo el mismo trazo una y otra vez.Sus dedos se deslizaron por tu cuerpo, acariciando y apretando con fuerza. Llegó a tus muslos más rápido de lo que hubieses esperado. Acarició el interior de tus piernas con cuidado y lentitud, en una forma de tentarte.
Un jadeo salió de tu boca. Demasiado fuerte para que los demás escucharan.
Cubriste tu boca con tu propia mano, amortiguando cualquier sonido indecoroso que saliera del fondo de tu garganta.Tu ropa interior se deslizó por tus piernas hasta que llegaron al suelo. Tu entrepierna estaba expuesta totalmente a él. Tus muñecas fueron aprisionadas por una fuerza invisible que las llevó arriba de tu cabeza, incapaz de escapar.
Deku se puso en cuclillas sin despegar sus lascivos ojos de ti. Tomó tus piernas y las colocó sobre sus hombros, dejando caer tus pies sobre su espalda fornida.
Su boca se acercó lentamente a tu vulva. Sacó su lengua y con la punta, comenzó a moverla de atrás hacia adelante mientras tu cuerpo se estremecía de placer.Tus piernas se contrajeron cuando su lengua se hundió dentro de ti sin previo aviso. Su saliva inundó tus labios interiores con abundancia. La secreción te produjo miles de sensaciones tan estimulantes que te hacían agonizar.
Y solo cuando pensaste que no podías ir más allá, Deku comenzó a succionar tu pequeño botón hinchado de placer mientras su lengua se retorcía en tu interior.
Dejaste salir uno que otro gemido que tratabas de ahogar, mordiéndote los labios. Cerraste los ojos con fuerza cuando poco a poco tu clímax llegaba a la cúspide de tu centro. Un grito ahogado salió de tu boca mientras Deku seguía con su trabajo oral, saboreando el néctar que desbordaba de tus pliegues.
Sin embargo, a pesar de estar más que extasiado por tus jugos, despegó la boca de tu vagina sensible. Bajaste la mirada y sus ojos se encontraron con los tuyos.
Se relamió los labios para levantarse sobre sus pies. Tú mantuviste tus piernas abiertas. Deku acarició su creciente erección, de arriba a abajo, moviendo su prepucio para mostrar su glande reluciente y lleno de líquido pre-seminal escurriendo por todos lados.Deslizó la punta de su polla por tus pliegues sensibles mientras dejabas salir un gemido sonoro. Sus manos apretaron tus senos con delicadeza y movió su cadera para obtener más fricción para ambos.
Te humedeciste aún más por el tacto entre sus pieles tan sensibles. Deku te besó el cuello con suavidad, mientras encontraba un ángulo para comenzar a penetrarte.
Tardó unos segundos antes de que la punta de su polla golpeara tu útero con fuerza. La frialdad de su miembro endurecido se sintió por toda la extensión de tus paredes calientes. Era una combinación muy excitante.
Dejaste salir un grito de placer que Deku se encargó de callar con sus besos hambrientos sobre tus labios.Un golpeteo en la puerta de tu vestidor te sacó del placer que comenzaba a consumir tu cuerpo.
— Señorita, ¿está todo bien? — preguntó una de las encargadas. Deku movió sus caderas contra tu pelvis con fuerza, golpeando tu centro.
—Yo..mmm…eh…estoy…está…todo…¡bien! — respondiste lo mejor que pudiste.
El chapoteo de sus caderas fue un dulce sonido para el demonio que estaba más que hambriento por probarte.
Aguantar todo ese rato, observando como ese hombre acaparando tu atención, lo había dejado enojado y deseoso.Iba a comerte.
— ¿Está segura? — insistió la señorita.
— ¡Sí! ¡E-estoy bien! — gimoteaste.
Los espasmos debajo de tu vientre estaban haciéndote ver las estrellas.
Sus caderas comenzaron a hacer el vaivén que tanto necesitaban ambos. Las muecas de placer que hacías y tu inexperiencia por callar tus gemidos le dieron a Deku justo lo que quería.Te tenía a su merced.
Estabas tan mojada que su polla se resbaló algunas veces de tu interior mientras se movía con fuerza.
Sus movimientos siguieron siendo erráticos, con la misma necesidad hambrienta de hacerte gritar y hacerles saber a las demás jóvenes que estabas siendo tomada.— Por favor…por favor — suplicaste al mismo tiempo que tu orgasmo estaba a nada de explotar.
— Por favor, ¿qué? — jadeo Deku.
Tus labios se fruncieron y tus ojos miraron hacia arriba mientras la punta de su polla se resbalaba por tu vulva aún más fuerte y profundo.
— ¡No pares! ¡Sigue, por favor!
— Señorita, ¿hay alguien más dentro?
La voz de la encargada resonó en tus oídos, pero no respondiste. En cambio, te hundiste en el espiral de placer que te revolvió las entrañas.
— ¡No, señorita! ¡Es solo que…el vestido me queda muy apretado! — gritaste de placer mientras que tu orgasmo te hacía perder la cabeza.
Tu cuerpo se estremeció ante la sensación explosiva que estabas experimentado. Tus ojos se cerraron con pesadez, sintiendo todavía los estragos de tu potente clímax. El pulgar de Deku fue hacia tu clítoris palpitante y comenzó a hacer círculos, alargando así tu propio orgasmo. Pusiste los ojos en blanco y otra ola de placer te inundó el cuerpo con menos fuerza que el anterior.
Deku siguió moviendo sus caderas contra ti, disminuyendo la velocidad eventualmente. Cambió sus frenéticas embestidas por unas más lentas y sensualidad que estimulaban tu punto dulce, de nuevo aunque no con la misma agresividad.
Sus labios encontraron los tuyos para fundirse en un beso mientras dejaba libres tus manos. Exploraste su piel, envolviendo su cuello y posteriormente aferrándote a su espalda.
— ¿Desea que le cambiemos el modelo? — inquirió la encargada. Parecía estar aún más insistente que hace unos segundos.
— No, está bien. Me lo coloque mal — contestaste y Deku hundió su rostro en la línea de tus senos, inhalando el dulce olor que tu cuerpo desprendía.
Hubo unos momentos de silencio en los que ambos disfrutaron del tacto del otro antes de que un golpeteo ansioso en la puerta los interrumpiera.
— Señorita, le voy a pedir que salga del vestidor y se vaya — ordenó una encargada ajena a la anterior. Su tono era demandante y algo molesto.
— …En un momento salgo — jadeaste.
— ¡Me gustaría que fuera en este instante! — gritó. — ¡Sí no llamaré a los de seguridad!
Deku dejo salir una risilla al mismo tiempo que trataba de regularizar su respiración entrecortada. Te sonrió con una satisfacción y un brillo especial en los ojos.
Te dio un beso suave y corto, después saco su polla aún erguida de ti y te dejó sobre el suelo. Tus piernas flaquearon al tocar el piso, pero deku te sostuvo con sus fuertes brazos alrededor de tu cintura.
— Te veo más tarde — te besó la mejilla.
Parpadeaste y Deku había desaparecido.
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ɪᴍᴘᴜʀᴏ; ɪᴢᴜᴋᴜ ᴍɪᴅᴏʀɪʏᴀ.
Fanfiction❝𝑳𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒔𝒊𝒆𝒏𝒕𝒐, 𝒍𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒆𝒔𝒕𝒆 𝒑𝒐𝒃𝒓𝒆 𝒄𝒐𝒓𝒂𝒛𝒐𝒏 𝒔𝒖𝒄𝒊𝒐 𝒆 𝒊𝒏𝒉𝒖𝒎𝒂𝒏𝒐 𝒔𝒊𝒆𝒏𝒕𝒆 𝒚 𝒍𝒂𝒕𝒆 𝒂 𝒄𝒂𝒅𝒂 𝒔𝒆𝒈𝒖𝒏𝒅𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒕𝒆 𝒗𝒆, 𝒆𝒔 𝒔𝒊𝒎𝒑𝒍𝒆𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆 𝒊𝒓𝒓𝒂𝒄𝒊𝒐𝒏𝒂𝒍 𝒆 𝒊𝒎𝒑𝒖𝒓𝒐.❞ ╰► Eɴ ᴅ...