Capítulo 4. El Bosque de Weide D'Arcy

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Capítulo dedicado a Danna_Beta

Gracias por ser siempre de las primeras en leerme en cada actualización. <33

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Capítulo 4.

La música retumba más de lo normal y mi cabeza es un torbellino en estos momentos, no me para de dar vueltas desde hace un rato en el callejón.

—¡Oye Allison! —chilla Lies mientras agita su mano delante de mi cara.

—¿Eh? —pestañeo rápidamente.

—Wilhelm ha ido a por bebidas otra vez, le he dicho que te traiga algún refresco, como has dicho que no bebes alcohol —bebe de un solo trago el alcohol que queda en su vaso.

Abro mucho los ojos y ella me sonríe como si nada.

—Alguien que conozco no podrá saltar la puerta de regreso por su estado de ebriedad —le miro con los ojos entornados.

—Mhn, no podré saltarla eso es seguro, pero regresaremos por otro lugar donde no hay que brincar nada —me guiña un ojo mientras saca la lengua.

Suelto una risita de entre los labios, es inevitable no reírse con esta loca.

Estoy a punto de hablar pero me contengo cuando veo a Wilhelm acercase con las manos llenas de vasos plásticos rojos. Llega hasta la mesa y los coloca encima con torpeza, ya hay una enorme cantidad de ellos apilonados, pero todos vacíos, excepto los que acaba de traer.

—Me estas diciendo que me hiciste saltar esa puerta llena de óxido cuando había otro lugar por donde llegar —le reclamo a Lies.

—No te habría gustado venir por el bosque, ¿o sí? —me sonríe jocosa.

Alzo las cejas y entreabro los labios.

¿Me está tomando el pelo, verdad?

Nuevamente estoy a nada de mencionar algo, cuando Wilhelm coloca un vaso con un absorbente dentro delante de mí.

—Te he traído una coca cola — señala. Luego abre la botella y vierte un poco en el vaso para después dejarla sobre la mesa—. ¿Te puedo llamar Allis?

Asiento con la cabeza y me coloco un mechón de pelo tras la oreja.

—Claro, llámame como más te guste —le sonrío tímidamente—. Oye y muchas gracias por el refresco —le doy un pequeño sorbo—. Está muy bueno.

Se queda mirándome con cara de tonto, cosa que me da algo de risa.

—Eres una monada —me dice sonriente—. ¿No lo crees Lies? —le pregunta a la rubia sin apartar los ojos de mí.

—¿Ehh? —Lies frunce el ceño.

—Que Allis es una monada. Mírala ¿no la ves? Es linda y ni siquiera bebe alcohol, es perfecta.

Me sonrojo sutilmente por su comentario y Lies me mira picaresca.

—Oh, sí lo es, pero ¿Qué crees? No le molan los borrachos, y tú lo estás Wilhelm —la rubia me dedica una sonrisita cómplice de la que me hago partícipe.

—¡Oye! Ahora lo estoy pero mañana ya no lo estaré —toma asiento a mi lado enfurruñado como un niño pequeño cuando no le dan permiso de ir a jugar.

Es adorable.

—Lies, ¿entonces nos iremos por el bosque? —pregunto retomando lo de hace un rato—. ¿Solas?

Danger ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora