Siete años habían pasado desde el final de la guerra mágica, siete largos años en lo que lo único que quería hacer era tirarse un avada así mismo, siete años en lo que solo había hecho lo que se esperaba de el y no lo que le gustaba realmente, bueno pero eso no es nada nuevo porque si vemos en que se había convertido su vida todos pensarían en lo genial que era. Si era genial ser el niño de oro y ser alabado por todos, maravillosamente genial; su vida luego de la guerra habían sido como si solo fuese un títere, vaya hora en la que se da cuenta el muy idiota, había hablado con la prensa, había ido a todas las festividades y cenas en su honor, había recibido la orden de merlín primera clase, y dos asientos en el Wizengamot, su noviazgo con Ginny Weasley iba viento en popa........ si supiera la muy maldita que para lo único que servía era para ser la puta mas grande del mundo no se hubiese molestado en fingir tanto tiempo, con solo mirarla sentía asco y ni hablemos de si tenían que tener relaciones, pensaba en todas las personas menos en ella, cuando le daba una mamada se le venia a la cabeza todo tipo de personas, Draco Malfoy, Lucius Malfoy, Severus Snape, Barty Crounch jr, Fenrir Greyback, Billy Weasley y hasta el Tom Riddle de dieciséis años que había visto en su segundo año, el Voldemort con cara de serpiente tampoco se quedaba atrás, esta bien que era feo, pero el no podía explicar la forma en la que lo excitaba cada vez que decía su nombre o cada vez que el lo veía en sus visiones torturando a alguien, era tan excitante; hasta lo resucitaría para echarse un polvo con el solo por el hecho de que le diga en Parsel su nombre, cosa de la que estaba seguro saldría demente de tanto placer, lo llevaría a un orgasmo inigualable. Su primer orgasmo lo había tenido pensando en Snape a los 11 años, el hombre se veía tan lindo cuando se enojaba y le hacia sentir una sensación extraña, claro a sus 11 años no sabia que era excitarse pero luego lo supo y sus pelos se ponían de punta cada vez que el hombre hablaba con su voz monótona, fría como el hielo y sarcástica como ninguna, cuando se enojaba el se olvidaba de todo y pensaba en lo maravillosos que seria torturar a alguien junto a Severus, solo por el hecho de verlo enojado y ardiente.
Había regresado a Hogwarts para terminar sus estudios, les había dejado de hablar a Ron y Hermione solo para sacar en su ultimo año excelentes notas, cosas que había logrado, hasta en pociones y con ayuda de Snape fuera de clase había logrado ser el segundo mejor, luego de Draco con quien también se había arreglado y cosa que Ron no aprobaba, Hermione tampoco aprobaba que fuese mejor que ella, no sabia como ellos habían sido sus amigos por siete años seguidos, Merlín se apiade de su bendita alma eran insoportables y al parecer no les había quedado claro que no quería verlos ni en figurita, pues seguían visitándolo como si nada hubiese pasado, Ginny estaba todo el día pidiéndole cosas y cuando se enojaba y le decía que no entonces el terminaba durmiendo en el sillón, cuando esa era SU CASA, cosa que ella no había ni tampoco entendía aun. La carrera de Auror había durado un año y medio, la había realizado porque era lo que se esperaba de el, no porque realmente lo deseara si hubiese sido por el hubiese hecho una Maestría en pociones, materia que al final fue su favorita, no es que no le gustara DCAO, pero no lo convencía y si no tenia a Snape soplándole la nuca podía ser mas que excelente en esa materia.
Obvio que a Ginny y al resto del clan Weasley a excepción de los gemelos y los otros tres mas grandes no le parecía correcto que hablara con el " Grasiento murciélago de las Mazmorras ", según Ron, pero al parecer no se dieron cuenta que el jamás había pedido su maldita opinión y que Sev, porque así lo llamaba cuando estaban a solas, podía ser una persona muy amable y atenta cuando se lo proponía, además claro de otras cosas.
Ese día Harry había vuelto de una tarde muy movida en el ministerio y como siempre no esperaba nada mas que llegar a su casa y encontrarse con Ginebra Weasley gritándole porque había tardado mucho y se había pasado la cena y bla bla bla, puso los ojos en blanco ante ese pensamiento le daría una cachetada que la ubique donde debería, se apareció en el patio de la pequeña casa, todo estaba apagado, frunció el ceño ante eso es que la muy idiota se había olvidado de dejar al menos una luz prendida, suspiro y se resigno a entrar en su humilde casa, era una casa pequeña con dos cuartos y un comedor, no había comprado una casa que le hubiese gustado para que la perra de su pareja no molestara, si hubiese sido por el se hubiese comprado una mansión y viviría libre e independiente. Al entrar estaba todo silencioso, no se escuchaba ni una mosca, suspiro con fuerza, al menos Ginny ya se había ido a dormir, abrió el refrigerador y no encontró nada de comida, mejor no es que tuviese mucha hambre, haciendo poco y nada de ruido se dirigió al segundo cuarto, no dormiría con ella esta noche le faltaban las ganas y la actitud, al pasar por el cuarto principal pudo escuchar voces, entrecerró los ojos y agudizo el sentido auditivo, lo que escucho lo dejo tildado como idiota.
- ohh Dean, mas por favor, mas rápido - Se escuchaba la voz de la pelirroja
- No crees que llegue Harry, amor, si nos encuentra sabrá que tienes una doble vida y los has estado engañando desde hace rato, sin mencionar que estas embarazada y ya ...aaaa tan estrecha y linda amor - Se escucho al morocho
- No te preocupes Dean, le haré creer que es su hijo y así me tendrá que proponer matrimonio y luego de unos meses de casados aparecerá la noticia de que Harry Potter murió en un accidente haciendo esas malditas pociones que el grasiento le enseño y luego podremos hacernos con su fortuna, ya hable con mi familia y ellos están listos para actuar en el momento que sea requerido, obviamente a los cinco imbéciles no les hemos dicho nada, asique no habrá problema en que sea la futura Lady Potter - una risa histérica se escucho a través de la puerta, a Harry se le erizaron los pelos, no por miedo sino porque esa risa se podía comparar con la de su Tía Bellatrix, después de la guerra había visto su árbol genealógico y se había dado cuenta que gracias a Sirius eran tía y sobrino, lo mismo pasaba con Narcisa, Draco y Lucius, Rodolphus y Rabastan Lestrange, también Tom Riddle, en cuanto a Severus era un primo lejano, muy lejano de su familia, dado que un Prince se había casado hace décadas con un Black. Harry se quedo pasmado, una ira desconocida hasta el momento había aparecido en su interior y quería entrar al cuarto y maldecir a los dos hasta la locura, pero una mano en su hombro lo sobresalto, al girarse se encontró con Severus parado y haciéndole una señal de silencio, Harry asintió en silencio, en el fondo de su mente aun podía escuchar a Ginebra y a Dean Thomas hablar, el mayor lo acerco a un abrazo y luego se aparecieron en un lugar que Harry no pudo reconocer, Severus invoco rápidamente su mascara de mortifago que aun conservaba y se apareció nuevamente en la casa de Harry, ingreso haciendo mucho ruido, fue hasta el cuarto donde se encontraban los otros dos y tiro la puerta abajo, los gritos no se hicieron esperar, hechizos iban de aquí para aya hasta que Dean hizo aparecer a los dos y solo quedo Severus en la casa quien agarro rápidamente las cosas de Harry y se apareció nuevamente en Prince Manor para encontrar a un Harry Potter perdido en sus pensamientos cuando lo pudo sacar de allí le hablo.
- Harry debemos hablar - Dijo Seriamente y el menor asintió llevando sus pensamientos a un nivel que Severus no se imaginaba, así tampoco como se imaginaba lo excitante que era para Harry cuando el hablaba.
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VENGANZA (Snarry)
Fanfiction- ¿Lo dices en serio Harry? - Pregunto rozando lo labios rosados e hinchados de su compañero, el menor asintió seguro, Severus lo había marcado como suyo pero solo eran amantes...... hasta el momento. - Si Sev, lo digo en serio........ Todos los per...