VENGANZA (Snarry)

XI

30 ESTRELLAS PARA ÉL PRÓXIMO CAPÍTULO
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En el desayuno de la mañana siguiente las caras enfadadas de la gran mayoría provocó que cuando los dos vampiros ingresaron al comedor se sintieran muy culpables, obviamente con los ruidos de ambas parejas no habían podido dormir como querían.

Harry lo único que hizo fue sonreír con timidez y sentarse en el regazo de su papá como si nada pasara, o mejor dicho, como si nada hubiese pasado la noche anterior, se acurrucó en el regazo de su padre y cerró los ojos para seguir durmiendo cómodo y calentito.

Bellatrix y Rodolphus ingresaron cinco minutos después bastante felices, y las miradas de todo el resto solo empeoraron, al parecer los vampiros no habían sido los únicos que la noche anterior se habían divertido.

-Se puede saber en que mundo viven ustedes que no saben poner un maldito hechizo para dejar dormir- Les dijo Corvus muy enojado mientras miraba en especial a sus dos hijos, quienes solo se miraron entre ellos y se sonrieron como si hubiesen sido complices de un asesinato - Maldita sea, no se miren asi- Les gruño Corvus apretando fuertemente su tenedor para no matarlos- No tienen 14 años, ya estan grandes para saber que mierda tienen que hacer cuando tienen relaciones sexuales con sus parejas- Los herederos Lestrange sacaron la sonrisa y bajaron la mirada como si estuviesen realmente arrepentidos, lo que su padre sabia que no era cierto, pues no era su padre por nada - Rodolphus- Corvus miró al mayor de los dos - eres el mayor y tienes 36 años por el amor de Merlín, supuse que eras mas inteligente que eso; Severus - giró su cabeza al más pequeño de sus hijos- Hijo de verdad contigo ya hemos tenido más de una charla de estas, no están en su casa para hacer lo que hicieron anoche, así que ahora mismo le piden una disculpa a Lord Malfoy por el comportamiento que tuvieron en la noche.

-Padre, no es para tanto- Dijo Rodolphus rodando los ojos ante el evidente enojo de su padre.

-Rodo, no echemos más leña al fuego- Dijo Severus entendiendo en parte a su padre y a la vez causándole mucha gracia el escándalo que armaba su querido padre.

-Lo siento Lucius- Dijo Severus con una cara que parecía que lo decía en serio, pero Lucius sabía que lo único de lo que se arrepentía su amigo era de que no habían podido dormir, aunque era más una excusa barata que otra cosa.

-Si lo sentimos mucho Lucius- dijo Rodolphus girando sus ojos y escondiendo su sonrisa en la taza.

Corvus miró con el ceño fruncido a sus hijos, pero aun así siguió con el desayuno. Por otro lado, Barty estaba acariciando suavemente la espalda de Harry mientras este estaba dormido muy cómodamente en su regazo, o eso creía que hacía hasta que sintió como olfateaba su cuello, se tensó y trató de girar hacia su pequeño vampiro, pero la voz de Severus lo paró.

-No te muevas Barty- Le dijo casi en un susurro- Relajate, si tienes miedo él lo siente y se asusta, así que solo deja que se alimente- Le recomendó Severus mientras tomaba una copa con un líquido rojo, Barty decidió ni siquiera preguntar que era, solo atinó a respirar varias veces y relajarse cuando la lengua de su hijo comenzó a pasar por su cuello, para segundos más tarde sentir como dos pequeñas agujas eran introducidas en su cuello.

El suspiro de placer de Harry era escuchado por todos, pues era la primera vez que el vampiro se alimentaba de su padre, era otro tipo de nutrientes diferentes al que podría darle Severus, lo mismo pasaría en un humano comun y corriente, obviamente la leche materna le daría más nutrientes a un bebé que la leche de fórmula, en el caso de los vampiros pasaba exactamente lo mismo, Severus como su dominante le daba nutrientes, pero no los mismos que Tom o Barty podrían darle a Harry.

Harry comió con esmero la siguiente media hora, Barty estaba pálido y parecía que se iba a desmayar en cualquier momento, Severus se apiadó de su futuro suegro y le alcanzó una poción regeneradora de sangre, que Barty no dudó en tomar sin hacer ni una mueca.

Cuando la cría de Barty termino de comer cada uno se fue a hacer lo que le correspondía para que el ritual se llevase a cabo; Harry se pasó el resto de la tarde poniendose al dia con su papa, pues la última vez que lo había visto fue cuando tenía 14 años, luego fue de los pocos que se había enterado que en realidad Barty se había vuelto a escapar de Azkaban en vez de recibir el beso de dementor, el hombre le caía muy bien, era muy gracioso y cuando se enteró que Barty era su otro papá y que sorprendentemente estaba casado con Barty comprendió todo.

La noche llegó con un pequeño grupo un tanto raro reunido, Neville se había unido a la reunión con su pequeña panza de dos meses y medio, estaban todos muy felices por la pareja, habían superado muchos obstáculos juntos y esperaban pasar algunos más en el transcurso de su vida.

-¿Será a la media noche?- preguntó Harry mientras estaba acurrucado en el regazo de su novio al lado del fuego de su recamara.

–Si Harry, solo faltan unas dos horas y media, si le sumamos otros quince minutos tendrás a tu padre nuevamente, te lo prometo cariño- Dijo Severus besando la cabeza de su pequeño marcado mientras ambos estaban sentados en la alfombra que estaba frente al fuego de la chimenea.

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La luna había llegado a su punto máximo, en el sótano de Malfoy Manor un grupo de nueve personas se reunieron en un círculo, bajo ellos, en el suelo, había un círculo dibujado del mismo tamaño en el que estaba el grupo, la única diferencia es que había runas de diferentes tipos a su alrededor, en el centro del círculo Harry James Potter, o mejor dicho Harrison Marvolo Riddle Gaunt, estaba tirado en la fría madera de ese mugroso lugar.

Corvus al ser de los más poderosos y ser quien más experiencia tenía con la magia oscura, sería quien recitara el canto en latin Harry se quitó el collar que tenía colgado en su cuello y lo dejó en el suelo; dentro suyo podía sentir a su padre despierto totalmente para salir en cuanto el ritual acabara.

-Carissime Hades, pater tenebrarum, hac nocte coram te peto ut tui fidelis servi Tom Marvolo Riddle Gandavensis renovationem accipias, oblationes quas tibi hac nocte, duas tenebras et insanabiles animas, exhibemus suscipe. Pater tenebrarum hac nocte te rogamus, ut corpus et animam patris separas, per corpus filii, Harrison Marvolo aenigma Gandavensis- Corvus comenzó el cántico hacia Hades, rey de las tinieblas y del inframundo, pues con sus almas tan negras y tan podridas de magia oscura era lo más lógico del mundo, pues no podían hacerle ofrendas a Zeus. Una luz muy brillante inundó el sótano poco a poco hasta quedar en el centro, exactamente rodeando a un joven vampiro con ojos heterocromos-Offerimus tibi dilecti filii sanguinem spontanee donatum, os fidelissimi servi et sanguinis duorum inimicorum eius- Lucius y Severus se acercaron y colocaron dos cuerpos muertos dentro del círculo, junto a ellos había dos tarros grandes con sangre de cada uno de los muertos, Narcisa entró suavemente al círculo y con un hechizo oscuro rompió la gema con sangre del Lord que habitaba en el collar de Harry, provocando que esta se derramara como si fuese agua.

La luz se hizo cada vez más fuerte, tanto que molestaba a los individuos que estaban en el lugar, estuvo así por varios minutos, hasta que el gemido y grito de Harry sacó a todos de sus pensamientos; Severus se alarmó tanto que tenía unas ganas tan poco controlables de ir a ver a su pequeño, pero la mano de Lucius en su hombro lo detuvo al tiempo que una figura alta se iba formando en el aire.

La luz brillante se iba extinguiendo poco a poco de esa habitación, a través de ella se podía ver cómo el cuerpo humano del Lord iba tomando forma, la niebla que quedaba fue desapareciendo de a poco, cuando las velas de la habitación fueron apagadas todo quedó oscuro, lo único que se escuchaba eran las entrecortadas respiraciones de los individuos que ocupaban el lugar.

Rabastan, con un movimiento de varita prendió nuevamente las velas la mirada de todos se posó en la alta figura desnuda de un hombre de pelo negro corto, ojos rojos como la sangre, cara afilada y expresion seria.

-Mi señor- dijeron todos al unísono cayendo de rodillas al suelo, corrección todos no; el único que quedó en pie y con la boca abierta había sido Barty, su mirada de locura brillaba tanto como las estrellas y sus ganas de matar a su pareja eran tan grandes como el universo.

- Mi señor las pelotas Tom; tú y yo debemos hablar- Dijo Barty casi gruñendo, fue en ese momento que Tom no solo pensó sino que deseó haberse quedado en esa plaza tranquilo.