VENGANZA (Snarry)

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-Aquí estamos- Dijo Harry mirando el extraño parque en las afueras del Londres Muggle, con el viento que corría, las hamacas se movían solas, la calesita giraba lentamente de un lado a otro y las hojas caían sin cesar de las ramas de los árboles, y los visitantes de apretaban los abrigos que llevaban puestos más contra su cuerpo, pues el frío era infernal; los dos hombres y los dos vampiros, miraron al rededor suyo, el mas joven de todos miraba bastante inquieto a su alrededor, pues podía sentir algo extraño alrededor de esa plaza y no negaba por nada del mundo que su padre tuviese que ver con eso

-Donde creen que está- Dijo Lucius casi en un susurro, a su lado Corvus y Severus fruncieron los hombros en respuesta, si él no sabía porque tendrían que saber ellos; Harry acarició el colgante que Tom le había dejado cuando murió, corrección, cuando lo mató, era una piedra tan roja como la sangre, y el joven Vampiro no dudaba ni por un segundo que realmente tuviese sangre dentro, pues el líquido rojo se podía divisar fácilmente si movías el collar de un lado a otro; Harry comenzó a caminar sin rumbo alguna por el parque, así estuvo por unos minutos, minutos en los que los otros tres adultos también se habían puesto a recorrer el parque sin saber siquiera el sentido de ello; el más joven de todos sintió un tirón y una intrusión en su cuerpo, y así como esa intrusión ingresó de rápido, el joven cayó al suelo desmayado, los tres adultos al ver esto corrieron a socorrer al más pequeño, Severus se arrodilló a su lado y vio que estaba más blanco que un papel, lo agarró en brazos y sin decir más se aparecieron nuevamente en Malfoy Manor

-Cissy -Dijo Lucius cuando entraron casi corriendo, dejando al heredero del señor oscuro en el sillón, Severus se mantuvo al lado del joven acariciando suavemente su mano- Trae una poción para la fiebre- Dijo Lucius al notar que las mejillas del vampiro más joven tomaban un color rojizo, la rubia asintió y camino rápidamente hacia el Laboratorio a buscar la poción que le habían pedido, minutos después regreso con el pedido y le dieron la poción al joven desmayado

-Que pudo haber ocasionado esto - Dijo Corvus lanzando algunos hechizos para ver si su ahijado se encontraba bien

-No lo sé- Dijo Severus acariciando la mejilla de su marcado -Pero lo averiguaremos cuando despierte -Suspirando, al ver que Corvus ya había terminado de lanzarle los hechizos de diagnóstico y asentía con la cabeza en forma de que el joven no tenía ninguna herida, lo levanto suavemente del sillón

-Luc, podrías prestarnos un cuarto por favor -Dijo casi en un susurro, Lucius asintió antes de dirigirse escaleras arriba con Severus detrás suyo cargando el cuerpo de su pareja, Lucius camino hasta el final del pasillo y abrió una puerta por la que Severus entró para depositar a Harry suavemente en la cama que estaba cubierta de Sabanas negras de Seda, Lucius salió del cuarto dejando a la pareja a solas, Severus se sentó al lado de su marcado y le acarició la mejilla dulcemente notando que había levantado algo de fiebre, pues los vampiros eran inmortales pero eso no significaba que no se enfermasen, lo cubrió suavemente con las sábanas y espero pacientemente a un lado de se cama a que su joven compañero se despertase. La noche había llegado y Harry aún no había abierto los ojos, la fiebre había bajado considerablemente pero aun sus mejillas estaban teñidas de un suave rojo, Severus no se había separado de el ni un segundo, Corvus y Lucius habían intentado de todo para que el joven pelinegro saliese a respirar aire fresco fuera de ese cuarto, aun así el vampiro se negó rotundamente a dejar solo a su joven amante, por otro lado Draco lo había ido a ver tres veces en lo que iba del día y no había notado ni un cambio en cuerpo del menor ni en la posición que estaba el mayor sentado a su lado en un pequeño sillón; Severus velo el sueño de su compañero toda la noche, mantuvo la fiebre a flote con un paño húmedo, pues el joven prácticamente deliraba de fiebre y se removía bajo las sabanas debido a la alta temperatura que tenía su cuerpo. El amanecer llego con Severus aun observando el cuerpo del menor, quien no se había despertado en toda la noche, dos golpes suaves en la puerta lo saco al adulto de sus pensamientos.