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Una de las tres personas que se encontraban en esa cama individual se removia con cansancio, aspirando fuertemente antes de sentarse y voltear a todos lados.
—Midoriya...—shoto susurro, buscando aquel dulce omega.
Sus ojos brillaron al ver que no sólo estaba con el omega bonito, si no que también estaba con el rubio alfa, quien por cierto lo tenía abrazado sujetando le para que no callera de la orilla de la cama.
—Vuelve a dormir mocoso...—Bakugo hablo, atrayendo más al niño contra su pecho.—Todavía no son las seis de la mañana, dame un respiro.
Se quejo soltando un gruñido. Shoto no dijo nada y se dejó hacer, el alfa lo abrazaba con protección y Shoto se sentía cálido, así que le devolvió el abrazo.
—Buenos días Bakugo-San, normalmente despierto a esta hora por qué papá me obliga a entrenar. —murmuró el infante sobre el pecho del alfa, algo inseguro.
—mmh, tu maldito padre no está aquí, duerme otro rato más cachorro asustadiso. —con agilidad cambio de lugares con el niño, moviendo a Shoto al centro de la cama.—Deku esta cansado, dale un abrazo seguro que le gustara verte al despertar.
Shoto asintió aliviado de no tener a su padre allí y miró al omega frente a él, quien tenía rastos de lágrimas y ojeras.
—Le pasó algo a Deku-san?—el niño pregunta con inocencia, poniendo sus manitas en las mejillas pecosas.
Bakugo suspira, parece que Shoto no se acuerda de lo sucedido.
—se pego en la frente con la pared que está detrás de él, es un llorón no te preocupes.
Shoto frunce su ceño y ve con furia la pared detrás del peliverde. Sin pensar deja un besito en la frente "golpeada" del omega.
—pared mala.
Izuku sonríe levemente, se había despertado apenas Shoto lo hizo, pero no quizo moverse por que pensaba que Shoto volvería a dormir pero no fue así.
—Buenos días cachorro,—Izuku sujeta las manitas que estaban en sus mejillas y las lleva a sus labios, dándoles pequeños besitos.—¿todo bien?
Pregunta con calma y con la mirada llena de amor y preocupación. Shoto ladea la cabeza confundido, pero responde con un asentimiento.
—son las cinco de la mañana, aprovechen una hora más para dormir, tontos. —Bakugo los atrajo a su pecho, envolviendo al omega y al niño en sus brazos.— déjenme dormir, aún tengo un desayuno que prepararles y si lo hago de mal humor, le echaré extra picante a sus omelets.
El omega ríe suavemente pero asiente.
—bien, dormiremos un rato más alfa gruñón. —se acurrucó más contra los dos chicos frente a él. —durmamos otro rato Shoto, nadie te llevara a entrenar hoy.
