-Draco Malfoy-
Sería increíble decir que pasaron ya tres años desde que me mudé, empecé a tomar un tratamiento específico y demás cosas. Mi vida parecía ir bien... ¿Pero que tan bien me sentía yo?
Desde esa vez jamás volví a ver a Harry, puesto que el jamás me busco y yo tenía prohibido hacerlo. Fue difícil en un inicio, estaba tan acostumbrado a él, que los jueves en la tarde se sentía extraño, era un alivio y tensión al mismo tiempo. Cuatro años pasaron de eso, y sin embargo ya no había ni rastro suyo. Claro que el no era tan conocido en Italia como en Inglaterra, pero de igual forma me llenaba un sentimiento agridulce no saber si estaba bien o mal. Escuché el suave toque de la puerta, ya sabía quién era.
– Pasa, Theo. – un año después de que me mudará a otro país me encontré con Theo, se veía alterado cuando entro a mi habitación de hospital. Aquel lugar que odiaba desde que tenía memoria, pues el olor a la anestesia me mareaba constantemente, y tener una aguja en la mano mientras me pasaba suero durante días era horrible, esa fea bata me hacía sentir incomodo y jamás podía hacer nada más que ver por la ventana. Fue entonces que el me vio y se acercó de forma casi brusca.
«Escuche que estabas aquí por parte de unas colegas... Dime por favor que no es cierto todos esos rumores que he oído»
Fue difícil para mí y también para mis amigos, pero era decirle ya lo que sucedía o esperar que el también se enterará de mala forma. Si, tenía leucemia avanzada y de alguna forma u otra ellos debían acostumbrarse a vivir con el constante miedo a que un día de esos dejará de respirar. Solo asentí y note como sus llorosos ojos se veían demacrados, era injusto fingir que no dolía cuando era todo lo contrario. Casi todas las noches durante todos esos años sufrí como no imaginarían, llore hasta sentir que no podía más. Mi vida se había vuelto un revoltijo, y sin embargo ese atardecer le di un abrazo y lo console; como si para mí fuera solo algo que no me importará. Como si fue un pequeño juego que ponía mi vida en riesgo, y sin embargo me arriesgaba a caminar por la cuerda floja. Y no era cierto, estaba más que aterrado...
Pero volviendo a la actualidad y tratando de olvidar mis lamentos, escuché la puerta ser abierta. Efectivamente, era él. Siempre iba todos los atardeceres de los días martes y viernes para verme. No se cómo, pero siempre se hacía un tiempo para mí. Pansy y Blaise también lo vieron, no sabía que sentían, pero yo sentí una emoción inexplicable. Otra vez seríamos el cuarteto dorado; el mejor grupo de todos, claro está.
– Draco. ¿Que tal? ¿Todo bien? – asentí eufórico, me había llevado fresas como siempre. Al final eran mis frutas favoritas, y sabía que hoy hablaríamos bastante. Esta sería una acogedora tarde.
«Harry Potter»
Los años habían transcurrido, y mi mente no dejaba de recordarme lo idiota que llegue a ser, para nadie era un secreto que el heredero de los Malfoy había desaparecido de la nada, probablemente todos celebraron eso durante los primeros meses. Y ahora sin embargo no se mencionaba ni su nombre, sabía plenamente que algo andaba mal e investigue lo más posible. Fue entonces que, no solo supe donde estaba, supe que él tenía una enfermedad muggle. No sabía la gravedad de eso hasta que leí más y más al respecto, fue entonces que me di cuenta de mi completa idiotez e inconciencia. Mis mañanas durante las primeras semanas eran terribles, la conciencia me carcomía el alma peor que un dementor. Verme al espejo era una tortura, pues no podía creer como había hecho sufrir a una persona como él, alguien quién solo trato de enmendar sus errores conmigo. Tanto me había destrozado aquella noticia que a las semanas de lo ocurrido llegó Ginny y me dijo que lo nuestro había acabado, después de ese día ella jamás volvió a mi casa. Noté que realmente estaba muy solo, no había rastro alguno de un amigo mío ni de familia. Todo en mi vida se veía apagado, sentí que el sentido de todo se había ido.
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Paper .drarry.
Fanfiction"Como un papel"... - Intento de Angst. - Harco. - Capítulos largos.