|When you come back|

222 18 1
                                    

Los años pasaron, extrañamente su enfermedad había mejorado y estar en el hospital era algo de rutina, pero normales ya no estaba ahí y era un avance. Ganar su confianza fue una batalla que parecía pérdida. ¿Pero y eso que importaba cuando al final aceptaron que lo vea todos los día? Se notaba arrepentido y ver sonreír a su mejor amigo era lo único que buscaban. No, no había compensado aquel daño hecho, pero trataba de reemplazar malos momentos por buenos. ¿Sirvió? Claro que sí. Él ya se había vuelto parte esencial en vida de todos, pues desde que Theo se había ido hace dos años era suficientes razón para que todos cayeran en la triste realidad de que alguien faltaba entre ellos, claro que Potter jamás sería un sustituto de Theodore o algo por el estilo. Pero ayudaba bastante que él estuviera ahí junto a ellos.

En ese tiempo todo se sentía más cálido, habían aceptado el hecho de que en cualquier momento Draco se podría ir. Y dolía, claro que sí, pero eso no significaba que serían personas sin esperanzas que se aferraban a la muerte. No, con la llegada de Potter notaron que debían hacerle vivir sus mejores momentos, algo que no olvidaría ni dentro de tres vidas futuras. Claro que Pansy y Blaise creían eso, pues mientras ellos estaban con la idea de una muerte, ya sea lejana o cercana, Draco y Harry tenían su pequeña promesa que parecía hecha por niños. Viviría tanto como pudiera y quisiera, Draco solo necesitaba aferrarse a que podía deshacerse de esa tonta enfermedad y era más que suficiente. Y Harry, él estaba consciente de que sería díficil, pero jamás imposible, ya que debía quitar aquel dolor que le provocaba ver mal a su rubio, había visto tantas cosas de las que se arrepentía tanto...

Él había estado ahí cuando al rubio lo tuvieron que rapar, le dolió tanto como al mismo rubio ver su bello cabello caer poco a poco, así como estaba en todas sus noches internado después de la quimioterapia mientras se la pasaba diciendo que todo le ardía y vomitaba de forma incontrolable, ya no poder comer hasta a él lo lastimaba. Sus ojos parecían perder brillo en esos momentos, por lo que reemplazaba ese dolor con camelias y con viajes hacia tanto lugares como pudiera. Él estaba mejor que la última vez, los doctores dijeron que cura alguna ya no existía, eso no lo detendría obviamente. No se iría hasta cumplir con su promesa, pero bien sabemos que no todo es perfecto y mucho menos rosa como ellos deseaban.

- ¿Debes irte? - pregunto la pelinegra mientras presionaba sus manos con cierta fuerza.

Asintió con un deje de tristeza.

- Lo siento Pansy. Se cuanto me necesita ahora, pero es urgente. El ministerio me llamo y si se entera que falte por meses para ayudarlo con su quimio, me va a matar.

Sonrió para tratar de aligerar el ambiente, cosa que sirvió perfecto.

– Bien, Potter. Ni se te ocurra irte ni un día más, después de esto debes decirle si o si que estás siendo constante con el trabajo.

Una vez que ella le devolvió la sonrisa inconciente, vio su "error", así que de inmediato volvió a su porte serio como si un pecado cometiese. La verdad es que últimamente era más evidente que tal vez si le había agarrado cariño al azabache, al final, gracias a él su mejor amigo parecía la persona más feliz del mundo.
Y eso más que nada la ponía feliz, sabía lo díficil que era para él continuar, pero también sabía que no quería desperdiciar la vida de los demás.

El hecho de que Potter renunciará a todo por Draco era solo una prueba del gran cariño que le tenía, pero que volviera a trabajar con sus viejos amigos (pues no era un secreto que el trío de oro había terminado peor de lo que esperaban) fue uno de sus mejores sacrificios.

– Volveré en menos de una semana si es posible. Tú relájate.

Si, es díficil admitirlo. Pero básicamente ya eran amigos, hace mucho quitaron el lenguaje formal. Y hablar con él no era desagradable, lo extraño era que por un minuto si llego a creer que era un pequeño reemplazo de Theo. Jamás espero que él fuera como el agua con aceite junto a Theo, si quiera parecido existía. Y eso hacía más especial tal conexión que se tenían. Inevitablemente lo abrazo para así separarse abruptamente.

Paper .drarry.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora