-Señorita me presento soy el mago Damien vengo de la torre imperial, no tenga miedo.
Un hombre de brillante túnica azul cobalto apareció a lado del príncipe, extendió su mano para ofrecérmela. -No tiene por qué temer, yo estaré con usted, la guiaré en todo momento. -El hombre retiro la capucha que cubría su rostro, un bellísimo joven aperlado de cabellera larga y color malva con unos profundos ojos negros me sonrieron tranquilamente, aún con su belleza dude en tomar su mano, aunque sabía perfectamente la respuesta de mi embarazo los nervios y el miedo en mi crecían, supongo que era como ir al doctor, el olor a hospital siempre me daba miedo. Pero pensando en las palabras de mi hermano de cierto modo tenía razón, aunque no me gustara sería la mejor manera de cortar lazos, por lo que sonriéndole débilmente, sujete con fuerza su atenta mano, el joven mago me guío hasta nuestra casa nuevamente le pidió a mi hermano guiarnos hasta mi habitación, una vez que entramos, amablemente pidió dejarnos solos a nosotros ya que tendría que hacerme unas preguntas antes de continuar. Aceptando, todos esperaron afuera de la habitación, me sentía nerviosa por lo que preguntaría, Tyr al verme dio pequeños saltitos en su ramita de manera expresando lo gustoso que estaba por venir a verlo.-Veo que pudiste hacer que la pluma evolucionara. -Dejando de mirar a mi encantador Tyr reflexione las confusas palabras del mago, ¿pluma?... el recuerdo de aquel hombre del festival chocando conmigo regreso a mi mente, una sonriente cara se dibujo en mi rostro.
- ¿Tu eres aquel hombre? ...cielos yo quería devolverte la pluma que tiraste por accidente aquel...-Haciendo énfasis en mi cerebro a sus ultimas palabras lo miré confundido. - ¿Pluma?... pero ¿a que te refieres con evolucionar? -El mago, sujetándome de mi brazo me ayudo a recostarme sobre la cama.
-Esa pluma...es un espíritu mágico...nacen con un poder especial, pero para nacer tiene que imprimarse en una persona...veo que si te eligió a ti. -Me sonrío dulcemente, no se como describir lo que siento, pero la mirada que el hombre me daba parecía tan familiar...tanto que podría confundirse con un sentimiento de nostalgia.
– Tu, ¿me lo diste a mí? ...pero ¿por qué? -El mago acomodó la almohada cómodamente debajo de mi cabeza.
-De eso no es momento para hablar...tal vez después...ahora por lo que vine primeramente...voy hacerte unas pocas preguntas, puedes ser sincera conmigo, ¿está bien? -Aún confundida por su personalidad, asentí tranquilamente a su pregunta.– Muy bien... ¿tú eras virgen cuando estuviste con el príncipe. – Mi cara enrojeció, pero desconocía si era por la indignación o la incomodidad de su pregunta.
-Si, así fue. -Fruncí el ceño con molestia.-Muy bien y después de eso... ¿no hubo nadie más verdad? – Esta vez si conocía el sentimiento era indignación, me incorporé de nuevo a mi estado original desconcertada por tales preguntas privadas, ¿cómo puede hacerme preguntas como esas si es un extraño? – Oh no me malinterprete, tengo que hacer estas clases de pregunto ya que soy un mago puedo sentir el sentimiento de la verdad y la mentira, discúlpeme si la ofendí. – Ofreciendo una disculpa el mago inclinó la cabeza dando una pequeña reverencia, aunque esto me molestara entendía que esas preguntas las hacían por ordenes del palacio imperial, tengo que relajarme no tengo nada que perder de todas maneras.
-No hubo nadie más. -Me sincere sin animo alguno, no hubo nadie ni habrá nadie mas en este mundo, no seré idiota dos veces.
-Gracias por su comprensión, entonces discúlpeme un momento.
El mago camino hasta la puerta y abriéndola solo un poco le pidió al príncipe y a mi hermano pasar. Mi hermano se arrincono junto a mí dándome su mano como apoyo, de alguna manera parecía que estuviera en cama enferma. Cassian solo se limito a observar desde lejos, el mago le susurró algo al oído, a lo que Cassian asintió ceñudo, era molesto verlo en contra de su voluntad junto a mí, para mí era igual no me hacía feliz que él pisara mi hogar. -Señorita le explicaré lo que pasará ahora pincharé su dedo un poco para colocar una gota de su sangre en esta gema de la verdad, los magos utilizamos esta gema para verificar envenenamientos, parentescos sanguíneos o embarazos, una vez que derrame la gota de sangre sobre ella la colocaré en su vientre si el resplandor de la gema es azul será positivo, pero si es rojo significa que es negativo. –Era tan solo una pequeña piedra grisácea tan lisa y reluciente como un cuarzo, algo pequeño como eso ¿puede hacer magia?, mirando a Rigel asentí nerviosa mi hermano solo se limitaba a sonreírme y sujetar mi mano.

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La extra robo la primera noche del príncipe fantasma
Romance-Cass...yo.-Miré sus penetrantes y bellos ojos aguamarina. -Si querías parar entonces no me hubieras mostrado tu escena tan obscena y lujuriosa, ¿sabes lo que fue para mi solo ver como disfrutabas de ti misma sola...conmigo en tu mente? ... Saber q...