La extra robo la primera noche del príncipe fantasma

Capítulo 19

Crearemos una orden de caballeros, que vivía solo por ti, que te proteja aún cuando crezcas. Este mundo es tuyo, tú perteneces aquí, si ese idiota decide irse junto con ella, podrías no estar seguro. Carajo, no pensé que un futuro emperador se dejara llevar por una simples palabras como el amor. Es ridículo, aún incluso en un mundo como este, se dejan llevar por sueños infantiles, porque aún en este mundo, la realidad es que existe el peligro y la crueldad, al menos si eres un extra como yo, la regla mas importante que hay que aprender es, que nada de la historia será beneficioso para un extra, a cada paso que dé, buscaran una manera de silenciarme, perjudicarme y borrar la falla que se entromete. Así es esto. Bien, aunque no vaya a quedarme aquí por mucho tiempo, me preocupa este niño, me preocupa la familia que he robado y las amigas que he conocido.

- ¡Señorita!, espere, ¿Qué le ocurre?

Ni siquiera fui consciente de la velocidad de mi caminar, la pobre Eleanor corría lo que su cuerpo le permitiera, no era tan vieja pero tampoco es una jovencita, Céline y Jolie se detuvieron haciendo una corta reverencia, las miré de reojo sin entender de que se trataba hasta que.

- ¡Auch!, ¡Ay!

Mi cuerpo chocó contra un no tan duro muro, a decir verdad, era un muro muy suave y pequeño en mi perspectiva, cuando mi cuerpo estuvo a punto de caer al suelo, Céline y Jolie se interpusieron haciendo que las tres cayéramos al suelo, solo que, para mí, el impacto fue leve. Me acaricié mis brazo derecho, que se había torcido un poco al momento de caer. Siendo consiente de lo que había pasado giré mi cabeza a mis dos costados, inspeccionando que las dos chicas estuvieran bien, sujeté las manos de cada una y preguntando si no había lesión alguna. Las chicas sonrieron avergonzadas.

-Pero... ¡¿Por qué hicieron algo tan peligroso?!, ¿Qué pasaría si se hubieran golpeado la cabeza?, cielos...de verdad me preocuparon.

Las dos chicas comenzaron a balbucear palabrerías sin sentido, "señorita estamos bien", "mi preocupación era que mi señorita se golpeara", "mi señorita que haríamos si se lastimara", "Claro, nosotras siempre defenderemos a mi señorita". Cielos, mi señorita, mi señorita... ¿por qué harían eso por una extraña como yo?, ¿qué, no me digan que fue solo porque las traté de una forma amable?, los estatus son tan malos por lo que veo.

-Pero que descortesía y mal educación es esa, ¿no debería disculparse con mi madre?

Ladró una voz sexy pero increíblemente irritante, el tono con el que me sermoneaba era hartante en este momento de mi día, además de eso, ¿disculparme?, ¿descortés?, ¿mala educación?, también golpeo mi cuerpo, ¿no sé supone que la disculpa debería ser de ambas?

-O...oiga, ¿cómo se atreven ustedes a recriminarme?, si también su madre fue la que...

Cuando mi boca parecíaquerer vomitarles muchas descortesías, me giré rápidamente al dueño de aquella agradablepero molesta voz. Sin embargo, su inimaginable belleza no fue lo que me dejosin habla, si es cierto que en otras circunstancias mis hormonas hubieran saltado de aquí para allá, no obstante...en este momento...lo que palpitaba con gran velocidad era mi pecho, la sorpresa en mis ojos, preocupaban a Céline, Jolie y Eleanor que seguramente sabían lo que en este momento estaba ocurriendo.

La mirada de aquella mujer de bellísima cabellera y mejillas rosadas, piel de porcelana y unos ojos que simbolizaban el fuego abrazador, me miraban con tanto sentimiento melancólico, que podría decirse que era desgarrador.

-Son...son tan parecidas.

Exclamó sorprendida la ingenua Jolie, Céline cubrió la boca de la sorprendida chica con ambas manos.

-U...usted es...la mujer de la foto.

Susurré apenas para mí, la mujer a punto de soltar lágrimas, empujo su elegante cuerpo hasta quedar frente a mí de rodillas, inquieta comenzó a tocar mis rodillas, luego mi cintura, mis brazos, mis hombros para por fin terminar acariciando mi rostro. Verdaderamente era como estar viéndome en un espejo, pero con un par de años más, es cierto que se veía joven y bien conservada, pero si la veías detenidamente se podía ver que era alguien adulto.