Capítulo 22

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Una vez que el padre de Maia, Aleksander se fue, me dio una breve guía de como contactarlo medían Tyr, al parecer bastaba que yo le dijera "Tyr tomemos el té, hoy al mediodía, hace un buen clima, mi querido pajarillo", de ese modo el sabría que mi decisión estaba tomada.
Le pedí a Oliver que enviara un mensaje al príncipe Cassian, esta vez cariño bastara el lenguaje de mi cuerpo para seducirte, depende a lo que digas esta noche, determinará nuestra futura relación y nuestros futuros destinos, elegiré si entregarte mi lealtad o...traicionarte.
Espero que hagas tu elección sabiamente. Pasaron algunas horas del día en el que disfrute de una agradable y deliciosa merienda junto a Ofelia, Anthe y Ariel, al parecer las dos chicas sabían que algo me pasaba, no quise revelarles la verdad, por lo que le pedí a Céline y Jolie que llevará a Ariel a jugar en los jardines, cuando estuvimos solas, decidí que lo mejor sería tener a mi falsa familia de mi lado, pasará lo que pasará.

-Parece ser que el príncipe ha estado engañándome, no puedo aclararles todo por el momento, pero...según como salgan las cosas esta noche, decidiré nuestro futuro...es por eso que nuestro hermano Rigel no esta aquí por el momento...no se preocupen hermanas...estaremos bien pase lo que pase...siempre estarán a salvo...les prometo que mañana les contare la verdad, así que por ahora no pregunten nada, ¿está bien?

Ofelia y Anthe eran mas maduras de lo que pensaba su semblante mostraba madurez y confianza, se limitaron a simplemente sonreír y tomar su té.
Anthe que estaba junto a mi lado, sujetó mi mano con fuerza, mostrándome su apoyo sonrió con determinación.

-Pase lo que pase esta noche, estaremos contigo.

Ofelia, Anthe...aún no lo saben, pero...ustedes también podrían ser unas mujeres muy poderosas en el futuro, ningún hombre se atrevería a tocarlas, nadie.

–Gracias hermanas, descuiden tengo un plan para ustedes dos, solo puedo decir que mi deseo es volverlas intocables.

                                   ...

La noche tan esperada llegó, Anthe y Ofelia dormirían junto con Ariel, de repente estuvo muy inquieto diciendo que quería dormir con su hermana mayor, al menos ellas lograron calmarlo. Bien, esta noche parecía ser una ocasión perfecta para pasarla junto a su majestad, no obstante...ahora esa idea solo me producía repulsión. Céline y Jolie me prepararon un baño de pétalos de rosas, quería que toda la habitación incluso yo, embriagarán hasta hacer vomitar, embriagaran hasta que codicien mi cuerpo, mi cuerpo estaba cubierto por un fino, delgado y seductor camisón lencero, adornado con hermosos encajes y fina tela, me cubrí con la bata que hacía juego para hacerlo caer tan rápido.

-Oh vaya, imaginé que el sueño te había vencido, señorita Floveree acaso busca acaparar toda mi atención esta noche, si es así no tiene que esforzarse mucho. Tan solo su seductora voz me hacía querer saltar encima de él y golpearlo hasta que probablemente me vuelva loca.

Cálmate, no te alteres, tengo que actuar normal. Sus deseables y perversos brazos rodearon seductoramente mi cintura, mi espalda chocó con su duro y fuerte pecho, la imagen desnuda de este precioso cuerpo jugueteando con Charlize no salía de mis pensamientos, alto lágrimas...no se atrevan a salir, sus labios comenzaron a humedecer mi desnudo cuello, haciendo pequeñas marcas de besos, me limite a preguntar tranquila.

-Dígame alteza... ¿se divirtió el día de hoy?

Mas que curiosamente divertida, mi voz parecía sarcásticamente descarada, fue entonces cuando sus abominables manos se adentraron entre mis desnudas piernas, la camisola fue lentamente subiendo ante cada caricia, así que nuevamente solo tu cuerpo hablará, estoy cansada esta vez, otra noche sin un final, por favor sálvenme.
Los desagradables besos de Cass seguían cada vez reclamando cada parte de mi cuerpo, mi bata a este ritmo ya está por debajo de nuestros pies, esta vez no pude evitar soltar varias lagrimas silenciosas. Con un profundo descaro y un eterno tormento me hizo suya nuevamente, ha probado que puede hacerme suya cuando quiera, y en el lugar que desee, así como esta noche, encima de cualquier mueble, en la comodidad del balcón o en la eterna y sucia cama. Cuanto el largo acto terminó, Cassian parecía inocentemente feliz a mi lado, acarició mi cabello con sumo cuidado, como si alguna parte de mi cabello fuera a quebrarse, que hipócritamente falso, asqueada de tanto teatro, me levanté desnudamente de la cama, cogí la bata que Cassian declaró innecesaria para nuestro encuentro. Y una vez puesta y amarrada sobre mí, me quedé mirando el vasto cielo, oscuro, pero a la vez brillante, esto es tan injusto.

La extra robo la primera noche del príncipe fantasmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora