PARADOXICAL

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TW: CONTENIDO MADURO.

Los destellos de luz de neón parpadeaban sobre sus rasgos, pero aquellos fríos bordes de plata permanecían intactos, sus ojos parecían haberse pintado con sus comportamientos posesivos y obsesivos.

Había una parte dentro de ella que deseaba hacer el clásico acto de arrojar su ropa a su ex y esta otra parte que anhelaba el antagonismo de ese acto.

Tal vez había captado su comportamiento paradójico: — La manzana nunca cae demasiado lejos de su árbol.

— Cariño, — ¿Quieres irte? — susurró Hermione, mirándola con simpatía.

— Por supuesto que no. El le había mandado provocaciones en silencio una y mil veces, y no podía haber un momento en el que no estuviera ella preparada para una guerra. 

Tal como en los viejos tiempos.

— Creo que me quedaré. La voz de ella no tenía fisuras ni grietas, y mantuvo su fría y dura mirada en Draco mientras le respondía a su amiga.

— ¿Estás segura?— Volvió a preguntar, mirando entre ella y Draco, y ella simplemente dio un asentimiento.

Draco sonrió y sus ojos se encontraron con los de ella. En el momento en que lo hicieron, sus manos quitaron el polvo de su abrigo y no tardó en salir a trompicones de la multitud hacia ella.

Sus movimientos eran más agraciados que los de los bailarines, aunque simplemente el caminaba, siempre encontraba la manera de causar un efecto de belleza.

— Hola, cariño. Dijo secamente, con una voz profunda y suave.

— Vete a la mierda. Ella le contestó inmediatamente, y sus ojos se abrieron de par en par ante su respuesta. Su mano cayó sobre su pecho dramáticamente como si las palabras de ella lo hirieran.

— Eso no es muy agradable, esperaba una respuesta mucho más dulce.

— Bueno, eres mi ex esposo.

— Seamos civilizados, — ¿sí? — Me sigues gustando mucho ángel.

Ella expulsó un resoplido, con los ojos en blanco y él captó exactamente ese movimiento. Ella volteó a mirar a Hermione, que parecía tan incómoda como siempre, moviéndose en su asiento para estar un tanto más cómoda.

— Lo entiendo Hermione, puedes irte. Ella se inclinó hacia adelante en un susurró.

Hermione lanzó una mirada escéptica y ella enseguida la tranquilizó con una sonrisa. Por lo que su amiga dedujo, que seguro que ellos dos no pasarían la noche sin pelear o follar. 

No le apetecía ser una frontera esta noche, así que con un pequeño beso en la mejilla de ella y con una pequeña despedida, se fue a buscar a Ron y a Harry.

— Bueno. Dijo Draco, mirando al frente mientras Hermione se alejaba, — Ahora que se ha ido, podemos hablar mejor..

— No tengo nada que decirte.

Se rio, pasando el pulgar por la comisura de los labios mientras daba un sorbo a su bebida, con los anillos brillando y sus venas prominentes.

Draco siempre había tenido las manos más hermosas que jamás ella había visto. Y hace un tiempo, pudo tener la bendición de tener esas mismas manos dándote placer en el más pecaminoso de los lugares, aquel privilegio que ahora ella había perdido.

— Veo que todavía tienes la manía de las manos. Su voz interrumpió la concentración de ella, y se quedó en silencio durante varios segundos sacudiendo la cabeza y burlándose.

𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓'𝐒 ; D.MDonde viven las historias. Descúbrelo ahora