𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓'𝐒 ; D.M

THOSE INNOCENT EYES

Draco no podía creerlo. Nunca había creído en el amor a primera vista, pensaba que sólo los tontos podían caer bajo el hechizo de alguien sin siquiera dirigirle la palabra. 

Pero allí estaba él, completamente hechizado por la mirada de una chica con la que nunca antes  había siquiera hablado.

El ni siquiera sabía su nombre, con exactitud.

Pero la primera vez que se encontró con la mirada de aquella misteriosa chica pelinegra, Draco sintió que el mundo entero desaparecía: — Ella se reía despreocupadamente con sus amigos, mientras los ojos de ella se transformaban en lunas crecientes al curvar sus delicados labios. 

Porque todo lo que dejaba ver ella, era eso, delicadeza.

Sus movimientos, su forma de reír y su caminar.

Cada pequeño detalle la hacía tan delicada y perfecta que aquel chico temía destrozar aquello con siquiera acercarse a ella.

Pero aún así, en ese momento, él comprendió que haría cualquier cosa para evitar que cayera alguna lágrima de sus hermosos ojos.

Fue un juramento silencioso, que se había hecho a sí mismo, y juró jamás romperlo.

— ¿Pero qué podía decir él de aquellos ojos? —

Draco podría escribir un libro de más de un millón de páginas enteras sobre la forma en que la mirada de aquella chica conseguía que él se arrodillará ante ella. 

Aquellos orbes que poseía ella parecían contener todas las constelaciones del universo y draco formaba parte de ellas.

— Draco, — ¿me estás escuchando? — Blaise agitó la mano delante de los ojos de su amigo para sacarlo de su ensoñación.

Draco sacudió la cabeza para despertarse de su nube de delirio, y entonces tomó conciencia de su entorno: Estaba en uno de los muchos pasillos de Hogwarts, discutiendo con Blaise y Theodore.

Para alimentar aún más la confusión de sus amigos sobre su comportamiento, Draco se alejó repentinamente de sus amigos para caminar hacia ella, que conversaba con entusiasmo acerca de un tema que parecía provocar carcajadas entre sus amigos.

En cuanto Draco se paró junto a ella, las risas se apagaron y sus amigos lo miraron con curiosidad. 

Al preguntarse ella por qué sus amigos habían dejado de reír, se dio la vuelta y se encontró ella con los ojos grises del famoso chico de Slytherin.

Los ojos son las puertas del alma, o eso es lo que draco había escuchado; y en el momento en el que ella se encontró con los ojos de el, por primera vez él supo que era un alma inocente. 

En aquel momento, lo único que Draco anhelaba era simplemente arruinarla, aquello era lo que hacía con las almas como ella, su oscuro corazón sólo ansiaba hacerlo pero sólo de una manera delicada tal y como ella era, él planeaba adorarla hasta sus últimos suspiros.

— Haría cualquier cosa por ti, reflexionó para sus adentros, o al menos eso pensó, porque ella lo miró confundida. Para después que soltara ella una dulce y delicada risa con confusión. 

Draco quería golpearse la cabeza contra la pared en ese momento, pero al mismo tiempo quería siempre escucharla reír, quería esa dulce risa pero solo para el, — ¿Seria muy egoísta pensar o siquiera desear aquello?. —

— Nunca te había visto por aquí, — ¿Eres nueva?, Una voluntad de confianza floreció en el mientras ella asentía con su cabeza.

— Mi nombre es Cass Cassidy, y sí, me han transferido de durmstrang. Le sonrió ella amablemente.

Joder su nombre era igual que ella.. dulce, delicado, hermoso.

— ¿Y tú? — Ella preguntó. 

— Soy Draco Malfoy y he estado aquí desde siempre, tan pronto como Draco terminó de hablar, se le escapó una risita tonta y llena de nerviosismo, al tiempo que experimentaba como sus mejillas comenzaban a arder desprendiendo un color rosa intenso.

A medida que sus delicados ojos volvían a brillar de nuevo junto a su hermosa sonrisa, draco sentía que su oscuro corazón empezaba a ablandarse con una intensidad mas de la que le gustaría admitir.

— Encantado de conocerte Draco. Antes de que draco pudiera abrir la boca, la campanilla de la colegio resonó señalando el final del receso.

— Me tengo que ir draco, tengo clase ahora mismo, ella habló. 

Draco se encontraba tan absorto como para responder algo coherente, y como ella no sabía qué más hacer, sonrió torpemente antes de comenzar a irse con sus amigos a su próxima clase.

Draco salió de sus pensamientos al darse cuenta de que ella ya no estaba frente a él, dirigiendo rápidamente su mirada hacia la dirección a la que se dirigía.

— ¡Adiós cass! — Espero verte pronto, Draco agitó su mano con emoción. 

Ella se dio la vuelta para mirarlo y le devolvió el saludo. — Adiós draco, le sonrió ella con delicadeza.

( . . . )

— Bueno, eso fue muy interesante, Blaise apoyó su mano en el hombro de Draco. 

— Y un poco vergonzoso no te voy a mentir, agregó Theodore haciendo que el rubio lo fulminara con la mirada por el reciente comentario.

— Cállate Nott, respondió draco.

— Vámonos, estamos a punto de llegar tarde a la clase de Snape, Blaise se río de sus amigos.