𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓'𝐒 ; D.M

BATTLE OF HEARTS

TW: CONTENIDO MADURO.

En un mundo devastado por la guerra mágica, Draco y Isobel eran dos almas perdidas en un torbellino de emociones y pasiones prohibidas. Como dos estrellas que chocan en el firmamento, su amor estaba destinado a ser tumultuoso y efímero.

Draco, un joven sangre pura marcado por la oscuridad, y Isobel, una valiente guerrera con un pasado lleno de tragedias, se encontraban en el epicentro de la batalla entre las fuerzas de la luz y la oscuridad. Sus vidas se entrelazaron en un encuentro fortuito, donde los secretos se tejieron en cada palabra susurrada y el peligro se palpaba en el aire.

A medida que la guerra se intensificaba, Draco y Juliette se volvían inseparables. Su amor era una amalgama de pasión y desesperación, una lucha constante entre el deseo y la autoconservación. Mientras exploraban los límites de su relación, se adentraban en terrenos peligrosos, sabiendo que su final sería tan violento como su propio amor.

Durante meses ellos habían estado bordeando la línea del enemigo y el amigo. Ambos sabían quiénes eran en realidad, pero ninguno estaba dispuesto a admitirlo abiertamente. Ambos buscaban algo en esa extraña relación, pero no tenían cuidado, se dejaban llevar siempre sin darse cuenta de lo que vendría con ello.

Las noches se llenaban de encuentros clandestinos, en los que Draco y Juliette compartían vino y secretos, mezclando la dulzura del amor con el veneno que amenazaba con destruirlos. Cada caricia era una declaración de guerra, cada beso un acto de rebelión contra el destino que les había sido impuesto.

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Draco quería gritar y enfurecerse. Quería gritarle a Isobel hasta quedarse afónico. Sólo él sabía que si gritaba — te odio — Lo que realmente quería decir era — Aun te quiero conmigo.

Y aún te amo tanto, que por eso te odio.

Draco, atormentado por su propia oscuridad, sabía que su camino no tenía redención. Sus ojos grises, llenos de tristeza y cansancio, reflejaban el peso de sus acciones y el sacrificio que se avecinaba. Con el corazón desgarrado, le susurró a Isobel en la oscuridad de la noche

— Estos placeres violentos tienen finales violentos, Isobel, susurró Draco. Pero siempre lo has sabido, — ¿No es así, amor? — Él alzó la cabeza hacia ella, mientras la ligera brisa soplaba en su rostro pálido y cansado, picando sus ojos grises con maleza. Draco sabía que lo que tenían era peligroso, pero también sabía que Isobel siempre lo había sabido.

Isobel, con lágrimas en los ojos y el corazón hecho pedazos, asintió con dolorosa aceptación. Sabía que el destino que habían elegido estaba lleno de peligro y que el final sería devastador. Sin embargo, su amor por Draco era más fuerte que el miedo y la incertidumbre.

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Su amor era prohibido, y eso los excitaba. La lujuria de lo oculto, la adrenalina de ser descubiertos, alimentaba su pasión. Pero nunca planearon perderse. Para ellos, era solo un juego, una manera de escapar de la realidad, pero se engañaban a sí mismos cada vez.

— Siempre nos esforzamos por lograr lo que está prohibido, y codiciamos lo que se nos niega, murmuró Draco, mirando fijamente a Isobel. Para él ella era otra debilidad humana de él, una tentación irresistible. Y ella lo entendía, porque ella misma era parte de eso.