ME, AND & DEVIL ❪ 𝗣𝗧 𝟭 ❫

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TW: CONTENIDO MADURO.

Esto no puede estar sucediéndome a mí

Era el mantra que repetía en mi mente mientras observaba aquel vestido rojo que colgaba de forma impecable en el armario.

Hogwarts a estas alturas sólo me parecía un sueño. Un hermoso sueño que había sido destruido por la constante pesadilla en la que me encontraba.

Mi pecho latía con fuerza mientras trataba de pensar en mis amigos y en mi hermana. Tenía que haber escuchado a Potter y Hermione cuando me decían que dejara al hombre tirado en el suelo mientras se desangraba y sollozaba atormentado por el dolor, y sin embargo no fui lo suficientemente capaz.

Tuve que ayudarlo, no podía dejar que aquello fuese otra cosa que me había pasado, que fuese otra persona a quien abandonar mientras se encontraba en el abismo de la vida y la muerte. Aunque hubiera terminado siendo un movimiento más que estúpido.

Extendí mi mano y rocé la tela del vestido con los dedos. Se deslizó con facilidad entre mis dedos, la tela era sin duda lo más caro que había usado nunca.

Un escalofrío se apoderó de mi interior cuando tiré del vestido para colocármelo. Apartandome los molestos rizos castaños de mi rostro, liberando un tembloroso suspiro, me obligue a salir de la habitación.

Me restregué con nerviosismo las manos sobre aquel deslumbrante vestido rojo, conteniendo las intensas ganas de romper a llorar.

Mi mirada bailó a través de la magnífica mansión, que estaba destinada a convertirse en mi prisión.

Los muros de la mansión estaban hechos de madera rústica, decorados con pequeños detalles plasmados que le daban un distintivo de elegancia. El suelo de mármol oscuro se encontraba perfectamente pulido y parcialmente cubierto por una alfombra. En la pared colgaban unos cuantos marcos que me observaban con ojos curiosos. Sobre el techo destacaba una gran araña en forma de araña.

Continué por el pasillo, hasta que llegué a unas escaleras que conducían a un largo corredor. Deslicé los dedos a lo largo de la barandilla metálica.

Mi paso se volvió más suave, a la espera de que el golpeteo de mis pisadas no resonara sobre el suelo de mármol.

Pocos segundos después una pequeña elfa apareció saludándome al pie de las escaleras, acompañada de sus grandes ojos, una suave sonrisa se dibujó en ella al extender su mano en la dirección en la que ella me indicó que me dirigiera.

— Por aquí, señorita.

Intenté devolver el gesto con una sonrisa, pero estaba segura de que más bien parecía una mueca.

— ¿Desea algo de beber? — preguntó, deteniéndose junto a un pequeño carrito de bebidas situado a la derecha de una puerta abierta.

— Sí, gracias. Me encaminé, tropezando con mis palabras.

Necesitaba algo de alcohol para absorber todo esto.

La pequeña elfa no dijo nada y se limitó a poner en mi mano un vaso de cristal lleno de vodka.

Lo llevé a mis labios y bebí un gran trago, disfrutando de la sensación de ardor que me envolvía como un cálido manto.

Mientras acababa mi trago ella procedió a indicarme que entrara en la habitación contigua al carrito del bar y así lo hice, con mis dedos tensos sobre el cristal.

Una vez dentro, me detuve junto a la puerta para examinar la habitación y no pude ver a nadie. Tomo otro sorbo de mi vaso y avanzó lentamente hacia el interior al percibir el sonido de un movimiento proveniente del otro extremo de la sala, obstruido por la puerta.

𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓'𝐒 ; D.MDonde viven las historias. Descúbrelo ahora