Capítulo 4

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Sospechas

Willy no entendía la obsesión que tenía Luzu con ofrecerle agua a cada momento. Hubo algunas veces que le pidió que dejara de hacerlo porque lo incomodaba. Pero este solo contestaba con una expresión de tristeza y dolor, y esto empezaba a fastidiarlo, haciéndolo dudar realmente si la expresión era verdadera o falsa.

—Willyto, hoy fue un día muy cansado. Seguro no quieres... —No lo dejó terminar y volcó el vaso de agua. Estaba harto de ello, no comprendía su insistencia, pero no podía soportar más la situación.

—No, Luzu, no deseo. Gracias, y agradecería que dejaras de ofrecérmelo en cada ocasión que puedes. Yo... ¡Agh! —se alejó del lugar, no tenía la cabeza para pensar en ese momento, ni para hablar con alguien. Se fue hacia el árbol de su hogar y salió reflexionando en sus pensamientos.

Luzu se sentía un desastre; el enojo y la frustración empezaban a afectarlo, pero no podía dejarse llevar por ello. Tomó un respiro y recogió aquel vaso roto en el suelo, mientras veía cómo la madera debajo de él empezaba a volverse más fina y con ello más frágil, con pequeñas ramas creciendo de ella. Al ver los resultados, supo que no lo habían estafado. Una expresión de victoria se pintó en su rostro, pero si quería lograr su cometido, tenía que apresurarse. Aunque tuviera que obligar a Willy a tomar de aquella pastilla, el tiempo se le agotaba.

Ya había descubierto que Fargan sabía de la supuesta infidelidad de su esposa, pero gracias a que él andaba más ocupado en buscar al culpable de la destrucción de su hermoso amor, le dio tiempo de hacer que Willy tomara de aquel brebaje sin dudar. Sonrió para sus adentros, feliz de que su plan funcionara; solo una bebida más y podría empezar con su venganza, además de con su nuevo amor al lado y tal vez con alguien más, si todo salía bien, claro está.

Subió y vio a Willy pensando. Se calmó y le tendió el vaso de agua. Willy suspiró y lo tomó, pero cuando iba a hacerlo, se cayó de sus manos. No, era su penúltima pastilla y era el último día. No podía perder esa oportunidad. Entró en pánico y decidió tomar a Willy del mentón, obligándolo a abrir la boca. Este, sorprendido, trató de separarse y alejarse del lugar, pero con la mano en su mentón se le hacía complicado. Iba a gritar por ayuda cuando sintió algo en su boca, como una píldora. Trató de no tragarla, pues desconocía sus efectos, pero Luzu no lo dejó. Aunque intentó vomitarla, no podía.

Luzu tomó su cuello y lo dejó sin aire. Joder, si seguía así iba a morir. Con sus últimas fuerzas, Willy le dio un golpe certero en la mejilla, haciendo que lo soltara. Cuando recuperó el aire, vio que Luzu estaba por abalanzarse sobre él. Aprovechando que guardaba tierra en su bolsillo del día anterior, tomó la tierra rápidamente y se la tiró a la cara, mientras bajaba con una rapidez increíble. Corrió lo más que pudo y vio la puerta; esta tenía una clave. Apresurado, la colocó y vio "error". Tomó un respiro profundo y volvió a intentar. Justo cuando iba a poner el último dígito, Luzu lo tomó de la muñeca y lo inmovilizó, haciéndole una llave. Quería moverse, pero su cuerpo no cooperaba.

Luzu empezó a hablar mientras Willy, disimuladamente, trataba de poner el último número.

—Sabes, Willyto, pensé que esto sería más fácil, pero es grato saber que mi futura esposa es una guerrera, ¿no crees, darling? —sonrió mientras giraba a Willy con una rapidez impredecible. Sabía que si lo dejaba escapar, sería el fin de su plan maestro.

—¡¿Pero qué dices?! —bramó enojado. Gracias a que Luzu giró su cuerpo, alcanzó el número restante, y la puerta se abrió al menos por los siguientes 14 minutos. Solo esperaba la ocasión para poder salir corriendo a casa de Vegetta.

—Me refiero a que gracias a ti completé una parte formal de mi plan. Ahora solo me queda deshacerme de los demás, y seremos felices —no dijo nada más, pues sabía que hablar demasiado lo llevaría a problemas. Sacó de su bolsillo una poción de color rojo con truenos dentro de este—. Serás muy feliz, Willyto. Desde ahora planearemos esa linda familia que antes solo podías soñar.

Vio el frasco con terror. Esa era una poción de clonación. Sabía que si Luzu lograba que tomara esa cosa, nadie sospecharía que no era él; sería el reemplazo perfecto. Nadie vendría a salvarlo porque tendrían un Willy igual.

—Lo conoces, ¿eh? —rio sarcásticamente. Soltó un alarido de dolor momentos después, al sentir cómo Willy le había golpeado en la nariz con una ¿cuchara? Vio cómo se levantó y abrió la puerta. No, no, no, él no puede salir de aquí.

Corrió, corrió sin mirar atrás, y vio la casa de Vegetta a lo lejos con gran felicidad. Se acercó emocionado, pero su vista se nublaba y cayó en el pasto.

Luzu entró en pánico al ver que llegaría a su objetivo. Sin tener más opción, le lanzó la poción a la cabeza con su arco y flecha, acertando. Vio cómo Willy caía al pasto y una nube roja se hacía a su alrededor, para sacar a otro Willy desmayado a unos 15 metros del original. Se acercó y lo cargó estilo princesa. Por fin lo había cumplido y esta vez todos pagarían su traición, excepto el único que siempre fue fiel y honesto con él.

Empezamos fuerte el capítulo de hoy, no les parece galletitas <3
Solo dire que falta poco para el final, así que comenten y den una estrelló ta al quieren más capítulos.

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