Capítulo 5

52 7 0
                                    

Entró en un estado de sueño, sin recordar nada. Todo a su alrededor era nuevo, pero el fuerte dolor de cabeza y los dolores en el cuello le hicieron recordar lo que pasó.

Ya no tenía memoria, se había vuelto una simple muñeca que obedecía las órdenes de Luzu sin dudarlo. Sintió asco de sí mismo y abrió los ojos. Lo vio ahí, sonriendo de nuevo con aquella puta sonrisa de victoria. Qué rabia le dio en ese momento, suficiente para querer golpearlo. ¿Cómo pudo su mejor amigo convertirse en eso? Las lágrimas de impotencia por no poder defenderse se hicieron presentes. Quería que reaccionara, quería volver a ver a ese Luzu que siempre fue su amigo, aquel que le decía que era una "sopa de veneno". Extrañaba eso, lo que no daría por volver a tener a ese Luzu.

—Pareces perdido. ¿Pasa algo, Willferd? —sonrió con cinismo, ocultando una sonrisa maligna y un sentimiento de victoria.

—Nada que te importe, traidor —tal vez hablar de esa manera le causaría problemas, pero vamos, era parte de la hermandad oscura, ¿cómo podía dejarse vencer por algo así?—. ¿Qué planeas ahora, usarme de cebo para Auron? Créeme, no funcionará.

—No —negó, tomando un tono serio—. Lo que yo planeo va más allá de lo que te he hecho creer... ¿Auron? Willy, él ya no me importa —soltó un murmullo que denotaba su enojo, y volvió a su sonrisa—. Si no lo has notado, te doy una pista: tú eres quien va a darme lo que me han arrebatado, mis amigos, mi mejor amigo y lo más importante, la familia que necesito para no volver a caer en esas estupideces de los traidores que dicen ser nuestros amigos. Inteligente, ¿verdad? Y todo lo tendremos si tú me apoyas.

Willy quedó meditando, para después explotar finalmente esa tarde.

—¡¿Qué te pasa?! Amigos, Luzu, reacciona. Ya tienes todo lo que dices, ¿para qué carajos te serviría que yo esté aquí? Exacto, yo no te sirvo de nada. Tú ya tienes todo lo que quieres, y esto es algo sin sentido. ¡Míralo tú!

Ese grito derramó el vaso y Luzu golpeó con fuerza la pared, haciendo que la sangre recorriera sus venas.

—¿De qué? —rio—. ¿Por qué lo perdí, lloré, sufrí y a nadie más que a ti le importó? Esos traidores siguieron sus vidas sin importarles si yo moría. No sabes lo que se siente esperar un puto abrazo y que te digan un traidor... Pero —suspiró—, tú me hiciste ver que había algo que yo necesitaba para no caer otra vez, y eso que necesito lo tendré, así me odies toda tu vida. Será mío, quiero eso, lo anhelo, y sé que no volveré a caer.

—¿Qué quieres de mí? —dijo ya desesperado, cansado de tantos acertijos, quería llegar a un punto—. Por favor, dime y te lo daré, solo quiero ser libre, te lo ruego.

Esto ya lo estaba destruyendo, quería ser fuerte, pero joder, cómo dolía verlo así de destrozado. Ya lo sabía, pero no creía que Luzu guardara tanto. Lloró en silencio y a Luzu solo le despertaron su verdadero ser.

—Willferd, yo lo siento —lloró como un niño llorando por su madre. Se acercó a él y colocó su cabeza en sus piernas, triste—. Perdóname, yo...

No pudo evitarlo, pero mostró frialdad. Lo que sea que tuviera Luzu debía pararlo.

—¿Quieres remediarlo? Sácame de aquí y lo haremos. No te escondas así, lucha, y si Auron y Lolito hicieron lo que quisieron, que no te importe, porque tú eres alguien amable, de corazón honesto. No destruyas esto.

—Yo lo haré, yo... —cayó desmayado.

Decir que casi intenta huir sería una mentira. Soltó sus manos y se alejó de la silla. Cuando iba a subir, una alarma sonó. No le importó, rompió la puerta que lo ataba a su libertad y huyó. Bajando la montaña, encontró su mochila. La tomó y fue en busca de la policía. Por mucho que quisiera a Luzu, lo que había hecho estaba mal. En el camino, vio a Luzu. Su cuerpo tembló de miedo, pero huyó. Sintió la adrenalina de correr hasta llegar con Vegetta. Cómo lo había extrañado. Lloró y lo abrazó, mientras Luzu planeaba con una inmensa rabia y se sentía la calidez por primera vez.

Appearances  || luzurex Donde viven las historias. Descúbrelo ahora