la familia que pudo hacer sido

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Perspectiva de Willyrex

Meses habían pasado desde la caída de Luzu y la restauración de Karmaland. La paz y la reconstrucción avanzaban con éxito, y todos trabajábamos juntos para reparar el daño causado. Mi pancita había crecido, y la expectativa del nacimiento de mi hija llenaba mi corazón de una mezcla de miedo y alegría.

Finalmente, el día llegó. En medio de una cálida mañana, sentí las primeras contracciones. Me encontraba en casa, descansando, cuando un dolor agudo me sacudió. "Es el momento," susurré para mí mismo, tratando de mantener la calma.

Rubius y Vegetta, que estaban cerca, se apresuraron a mi lado. "¡Willy, respira! Todo va a estar bien," dijo Rubius, su voz calmante.

Vegetta, siempre el pragmático, comenzó a organizar todo. "Llamaré a Alexby y al médico. No te preocupes, estamos aquí contigo."

Las siguientes horas fueron un torbellino de dolor y emoción. El trabajo de parto fue intenso, pero tenía a mis amigos a mi lado, dándome fuerzas. Cada vez que sentía que no podía más, escuchaba sus palabras de aliento y me aferraba a la esperanza de conocer a mi hija.

Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, Olivia nació. Su llanto llenó la habitación, un sonido hermoso y desgarrador. La sostuve en mis brazos, sintiendo una ola de amor y protección como nunca antes. "Olivia," susurré, mirando sus pequeños ojos abrirse por primera vez. "Bienvenida al mundo, pequeña."

Perspectiva de Rubius

Ver a Olivia nacer fue una experiencia increíble. Willyrex, exhausto pero radiante, sostenía a su hija con una mezcla de ternura y asombro. Nos quedamos en silencio por un momento, maravillados por la nueva vida que acababa de unirse a nuestra comunidad.

"Es hermosa, Willy," dije, sintiendo una profunda emoción. "Tienes una hija maravillosa."

Vegetta, con una sonrisa llena de orgullo, añadió: "Olivia será una gran parte de Karmaland. Haremos todo lo posible para asegurar su futuro."

**Días después del nacimiento**

Los primeros días con Olivia fueron un reto, pero también una bendición. Cada día que pasaba, mi amor por ella crecía. A pesar de todo lo que había pasado, su presencia me daba una nueva razón para luchar y proteger Karmaland.

Mis amigos estaban siempre cerca, apoyándome y ayudándome en todo lo que podían. Rubius y Vegetta se turnaban para cuidar a Olivia, dándome tiempo para descansar y recuperar fuerzas. Alexby, siempre el bromista, traía regalos y cuentos para hacerla reír.

Una noche, mientras acunaba a Olivia para dormir, pensé en todo lo que habíamos pasado. "Vamos a estar bien, pequeña," le susurré. "Tienes a mucha gente que te ama y que hará todo lo posible para que crezcas en un mundo mejor."

Perspectiva de Luzu

Desde mi celda, observaba los cambios en Karmaland. A pesar de mi derrota, no podía evitar sentir un extraño orgullo al ver la fortaleza de sus habitantes. Había intentado destruirlos, pero en lugar de eso, los había hecho más fuertes.

A veces, pensaba en Willy y en nuestra hija. Olivia. Saber que había traído una nueva vida a este mundo me daba una extraña sensación de redención. Aunque sabía que no podía cambiar el pasado, deseaba que algún día, Olivia pudiera conocerme y entender que, a pesar de todo, siempre quise lo mejor para ella.

Karmaland había sobrevivido a la tormenta, y ahora, con Olivia entre nosotros, el futuro parecía más brillante que nunca.

11 años después

En medio de la noche, mientras Karmaland dormía en calma, una figura solitaria se deslizaba por las sombras, buscando el camino hacia la casa donde residía la pequeña Olivia. Era Luzu, su corazón lleno de una mezcla de esperanza y temor.

Al acercarse a la casa, Luzu escuchó el suave murmullo de la brisa nocturna y el ligero crujir de las hojas bajo sus pies. Inhaló profundamente, tratando de calmarse mientras se preparaba para enfrentar la realidad de su situación.

Mientras tanto, en el interior de la casa, Olivia yacía despierta en su cama, con la luz de la luna filtrándose por la ventana. Su corazón latía con fuerza mientras esperaba el encuentro con su padre, una experiencia llena de incertidumbre pero también de un profundo deseo de conexión.

De repente, una sombra se proyectó sobre el suelo de su habitación, y Olivia levantó la mirada para encontrarse con la figura de Luzu parado en el umbral de su puerta. Sus ojos se encontraron en un silencio tenso, cada uno evaluando al otro en busca de señales de confianza o peligro.

—Olivia... —susurró Luzu, su voz apenas un murmullo en la oscuridad—. Soy yo, tu padre. Vine a verte.

Olivia se quedó sin aliento ante la revelación, sintiendo una oleada de emociones abrumadoras inundar su ser. Por un lado, estaba emocionada de finalmente conocer a su padre, pero por otro, estaba llena de dudas y miedos sobre lo que esta reunión podría significar.

—¿Por qué viniste? —preguntó Olivia, su voz temblorosa mientras luchaba por contener sus emociones—. ¿Qué quieres de mí?

Luzu dio un paso adelante, sus ojos brillando con una mezcla de tristeza y determinación.

—Solo quiero tener la oportunidad de conocerte, de ser parte de tu vida. Sé que he cometido errores en el pasado, pero quiero hacer las cosas bien esta vez. Quiero ser tu padre, Olivia.

Las palabras de Luzu resonaron en el silencio de la habitación, llenando el aire con una sensación de esperanza y posibilidad. Olivia miró a su padre con atención, viendo la sinceridad en sus ojos y sintiendo una chispa de conexión entre ellos.

—No sé qué decir... —murmuró Olivia, sus emociones luchando por encontrar un equilibrio—. Todo esto es tan abrumador.

Luzu extendió una mano hacia ella, ofreciéndole un gesto de paz y comprensión.

—No tienes que decidir ahora mismo, Olivia. Solo quiero que sepas que estoy aquí, que siempre estaré aquí para ti. Y si decides darme una oportunidad, estaré eternamente agradecido.

Olivia contempló la oferta de su padre, sintiendo la intensidad de sus emociones mientras luchaba por encontrar una respuesta. Finalmente, asintió lentamente, una sonrisa temblorosa curvando sus labios.

—Gracias, papá —susurró, permitiendo que una sensación de esperanza y reconciliación llenara su corazón.

En ese momento, padre e hija se abrazaron, envueltos en el amor y la posibilidad de un nuevo comienzo. Aunque el camino hacia la reconciliación sería largo y lleno de desafíos, estaban dispuestos a enfrentarlo juntos, unidos por el vínculo indestructible del amor familiar.

The end .

Bueno, vi que muchas personitas leyeron esta historia y, en serio, jaja, me sorprende. Supuestamente, el libro solo iba a ser para mi entretenimiento, pero aprovechando que ha crecido, ¿os gustaría una segunda parte o no? Os leo en privado.

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