21- Soledad

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Sábado 3 de marzo, 21:30 hs, llegaba la fiesta de cumpleaños de Kevin.

¿Mala noticia? Mi hermana y su novio irían a la fiesta. ¿Buena noticia? Mañana por la noche se volvían a Bristol.

No es que estuviera muerta de ganas porque se fueran, pero no me enojaba si el momento llegaba rápido.

Mi hermana estaba enloquecida con la fiesta de cumpleaños de Kevin, a la que Kelly la había invitado, y aún no entiendo la razón. Llegó a mi habitación temprano, y estaba obligándome a vestirme y maquillarme como ella quería. La dejé, era su último día, le daría un pequeño gusto antes de que se fuera. Francisco había conocido a Brendon, Chad y Noah; así que estaban los cuatro en una habitación hablando de cosas de chicos, supongo... Le propuse a Des y Tania que vinieran aquí, pero Tania insistió en dejarme tiempo a solas con mi gemela. A la tonta le incomodaba lo borde que Cassie era con ella, lo cual me causaba gracia porque mi hermana no intimidaba ni a una mosca. Pero bueno, no podía obligarlas a convivir y llevarse bien.

Mi hermana buscaba en mi placar, ropa de la que me había elegido en nuestro día de shopping.

-Vestido no, porfavor.- supliqué, al ver a mi hermana tomar uno celeste brilloso.

-Ok, falda entonces...-

-¡Es lo mismo!- me quejé

-Claro que no.- dijo obvia, buscando como combinar las prendas.

Luego de varias pruebas y cambios, terminé llevando una falda negra de cuero al cuerpo, un top dorado que parecía más un sostén que un top, y mis botas negras. Me insistió en que usara unos zapatos suyos de diseñador cómo de 15 cm, pero no hubo forma, mis botas eran sagradas. Y tenían al menos 8 cm de tacón, suficiente para mí.

-¿Si sabes que soy vegetariana? No uso cuero.- me quejé de la falda.

-¿Y qué de tus botas?- pregunto incrédula.

-Son símil, no es cuero real.-

-Es sólo una falda. No mataste a ningún animal.- dijo mientras retocaba su maquillaje.

-Pero siento que soy parte del delito, la quemaré luego.- mi hermana me miró espantada.

-¡Pero es de colección!-

-Sábes que la quemaré de todos modos.- le constaba, a los trece le prendí fuego en el patio a dos de sus bolsos.

-Eso sería sacrilegio, al menos regálasela a alguien que lo aprecie... cómo Kelly por ejemplo.-

-Otro motivo para quemarla.-

Me hermana rodó los ojos y terminó su maquillaje en silencio, mientras yo ataba mi cabello en una cola alta, y dejaba dos pequeños mechones de mi flequillo fuera. Luego fue mi turno de maquillarme, que por suerte me dejó hacerlo a mí.

-Algo que nunca podré negar, es tu talento para el maquillaje.- me dijo mi hermana al apreciar mi arte.

No era mucho la verdad, pero si lo justo y necesario para lucir el color de mis ojos, y hacer que mis labios se vean bien. Me gustaba maquillarme, pero sin exagerar. A mi hermana le gustaba ponerse pequeñas piedras brillantes, le quedaban geniales, pero yo pasaba.
Una vez estuvimos listas, tomé un abrigo y salimos del edificio, ya todos esperaban allí para dividirnos en los autos.

-¡Al fin mujeres!- dijo Brendon.

-Lo siento, tuve problemas para vestir a mi hermana como se me diera la gana... pero al final lo logré.- dijo Cass, haciendo que todos dirijan su mirada a mí. Una en especial me quemó desde el pelo hasta la punta de los pies.

(Des)Afortunados Amigos #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora