Resurgent (Pausada)

Capitulo 2

Me quedo dormido sentado en una silla de la terraza. Me despierto con los primeros rayos de sol y entro a la cocina, preparo un café y me visto. Hoy voy a ir a ver a Evelyn. Hace ya demasiado tiempo que no veo a ninguno de mis amigos y tampoco a mi madre.

Cojo carrerilla, salto y me agarro. Lo de siempre. Entro al vagón y me quedo de pie para que el aire frío me de en la cara. Es una rutina ya. Cuando llego a la sede de lo que antes era erudición vuelvo a saltar y corro unos metros más para no caerme.

Avanzo tranquilo por las calles, viendo a gran variedad de personas, antes por esta zona solo paseaban eruditos con sus trajes y ropas azules y sus aires de superioridad, ahora todo tipo de personas pasean, hay una gran variedad de colores, ropa rosa, verde, azul, naranga, rojo, negro... Y todo mezclado, ya no estamos categorizados, se podría decir que por fin la raza humana es libre, pero por desgracia no es el caso. Evelyn impide que esto llegue a ser cierto. Sí, hay mas libertad que antes pero la sociedad sigue encadenandonos a sus leyes no siempre justas. Llego y en la entrada me reciben varios guardias saludandome muy simpáticos. Parece que ser Tobías Eaton es importante.

-Tobías cielo ¿que tal estás? Hace un siglo que no te veo hijo- Evelyn me besa y me mira y me abraza y me atosiga.

La aparto con cuidado y le dedico una pequeña sonrisa falsa.

-He venido para avisar que voy a salir de la ciudad. Voy a ir a hablar con David y a ver que tal está Peter.

-Oh, pero ¿Por qué? No sé por qué quieres salir, todo esta bien en Chicago ahora...

-Porque quiero. -me doy cuenta de lo borde que he sido por la cara con la que me mira Evelyn- Madre, no te preocupes, necesito salir... Mi vida es muy monótona y quiero- quiero recordar aquellos últimos días que viví con Tris, quiero pensar que lleva estos seis años esperándome allí, en la que era nuestra habitación- quiero salir como la gente normal Madre...

-De acuerdo, ¿Por cuánto tiempo Tobías?

-No lo sé, no mucho, volveré pronto Evelyn.

-De acuerdo, si necesitaras algo ya sabes como encontrarme. Cuidate hijo.- y me abraza

Salgo sin mirar atrás. En realidad no sé si volveré.

Voy a casa de Christina, siento que debo de contarle mis planes.

Cuando llego me abre la puerta en seguida y me regala un gran abrazo

-¿Que tal Cuatro? Te he echado de menos, hace mucho que no nos vemos.

-Hola Christina, quería hablar contigo.

-Claro pasa.

Me guía por un pasillo hasta un pequeño saloncito.

-¿Quieres algo? ¿Un café?

-Vale.

Cuesta creer que ahora vivamos tan tranquilos. Después de todo lo que hemos vivido sigo sin acostumbrarme a preguntas de la vida diaria normal, ya estaba acostumbrado a las locuras de osadía y sobre todo, estaba demasiado acostumbrado a Tris, ella era como una droga para mi y ahora todo mi organismo necesita una buena dosis de ella, que desgraciadamente no obtendré.

Christina vuelve con dos tazas de café y se sienta en frente mía.

-Tu dirás Tobias- me dice tomando un trago.

-Voy a salir, de la ciudad. Voy a volver a ver a David y Peter

-¿Que? Estas loco, Cuatro. No deberías ir.

-Necesito ir Chris. No vengo a pedirte permiso, vengo a ofrecerte acompañarme.

-No sé, Cuatro, no sé...

-Tengo prisa. Me voy ya, pero volveré pronto.

Ella no habla solo asiente.

Yo agacho para estar a su altura y le doy un beso en la megilla.

-Adiós Christina.

Me alejo y cierro la puerta tras de mi al salir de la casa. Camino unos cuantos metros y entonces oigo el chasquido de una cerradura.

-¡Tobias!- me giro- Me apunto a la excursión.