17

92 17 1
                                    


Nishinoya cayó desmayado aún en su nueva media forma animal, acostado en el pecho de Atsushi.

— Ya está, Dazai-san.

El castaño se acercó hacia los tres y sacó ambas manos de los bolsillos. Con el dedo índice tocó la frente de Nishinoya, cancelando su habilidad.

— Bien hecho, chicos -el orgullo en sus ojos fue visible tanto para Atsushi, que se sintió feliz y para Akutagawa, que se sentía por desmayar.

— Este era el objetivo de la organización. Como siempre, Rampo tenía razón.

— ¿Lo predijiste hasta aquí también, cierto idiota?

Dazai sonrió.

— Predije un poco más. Ya está por empezar.

— ¿A qué se refiere, Dazai-san?

— ¿Alguien puede cargarlo?

Asahi se acercó despacio.

— Yo.

— ¿Estás bien? Te golpearon.

— Sí, puedo hacerlo.

— Perfecto.

Atsushi pasó a Nishinoya hacia los brazos de Asahi. Shimizu se acercó y apartó algunos cabellos de su rostro, limpiándolo con un pañuelo.

Por la pared rota entraron los equipos de Rampo y Poe junto al de Kouyou y Yosano. Un momento después, aparecieron los grupos de Gin y Maki acompañados del de Kyoka y Q.

— ¡Waaaa! ¡¿El gran rey está aquí?!

— ¡Sano y salvo, chibi-chan! ¡Auch! ¡Iwa-chan! -el pelinefro le había dado un zape en el cuello.

— No te vuelvas a apartar de mi lado, Trashtykawa.

— ¡Noya-san! ¡¿Qué pasó?!

— ¡Noya!

— ¡Asahi, Shimizu! ¡¿Están bien?!

Antes de que pudieran volver a estar juntos, una explosión de aire los chocó.

Nuevamente, quedaron separados, al menos esperaba que la formación principal se mantuviera intacta.

— ¿Entonces tú eres Kageyama? -notó que a su lado sólo había una persona.

El azabache asintió.

— ¿Conoces a Maki-san desde hace tiempo?

— Prácticamente nos criamos juntos.

— Oh, ya. Eso... Es bueno.

— Siempre esperé molestar a algún pretendiente suyo -se detuvo-, pero esta vez hablaré con sinceridad. Aléjate de ella.

Kageyama miró a Dazai de manera determinada.

— No.

A penas estaba descubriendo sus sentimientos, no podía dejarlos ir.

— No eres una mala persona, pero eres débil. Ella y yo decidimos caminar por el mismo camino y es peligroso -se acercó-. No sobrevivirías.

— Yo-

— No -lavantó la mano, negando con el dedo-. No me digas que la protegerás. Deberías pensar en aprender a defenderte primero, porque ella no estará siempre para hacerlo.

— Pero yo la quiero. Ella es la primera persona que me hace sentir así, quiero estar con ella. Haré lo que sea.

—Por más que dediquemos nuestro corazón a una persona, no siempre podemos estar ahí para ella.

— Y no hay nadie mejor que tú para expresarlo, ¿cierto?

Dazai se congeló ante esa voz, Kageyama se giró hacia la dirección de donde provenía. El castaño también se volteó y sonrió.

— ¿Qué te trae por aquí, viejo amigo? No sabía que hacías amistades con organizaciones tan patéticas.

Frente a ellos se encontraba un hombre alto, castaño y con lentes redondos.

— Sabes por qué vine.

— Refescame la memoria.

— Debo llevarme a Mak-

Un cuchillo pasó a milímetros de su cien, interrumpiéndolo.

— ¡No te atrevas a decir su nombre, no eres nadie para hacerlo! -la sonrisa burlona de Dazai había desparecido.

— Creí que tenías prohibido tener objetos punzantes.

— Te haré sentir en la cara la manera en la que convierto tus lentes en objetos punzantes si no te largas ahora.

— Sólo dame a la Tormenta Roja y todo estará bien.

— Ella es lo único que tengo de Oda, ni pienses que la tocarás, Ango.

— Siempre dices lo mismo. ¿Sabes lo que hicieron aquí para atraparla?

Dazai titubeó, desde un inicio le pareció extraño.

— Kageyama, mantente atrás y no te acerques.

Kageyama decidió obedecer y no moverse. No quería ser un estorbo.

— Hay un ilusionista, igual que en tu equipo. ¿Te imaginas qué le mostró?

— Cállate y vete, ahora.

— Le mostró la decepción de Odasaku.

Dazai sacó el arma que anteriormente le había pedido a Kunikida y apuntó a Ango con ella.

Ango hizo lo mismo.

— ¿Será este nuestro final, Dazai?

— Te aseguro que cuando muera será con la persona que ame, tú definitivamente no entras en esa categoría.

Estaban cerca, un sólo movimiento y cualquiera dispararía.

— Ella cree que sólo decidiste cuidarla por él. ¿No es eso cierto?

Sin decir nada más, ambos dispararon. Ambas balas chocaron, desviándose.

Dazai lanzó su pistola hacia la mano de Ango, el cual la soltó y salió volando.

El cuerpo de Kageyama simplemente reaccionó solo.

Levantó el arma hacia Dazai como levantaba el balón hacia Hinata.

Dazai lo atrapó y disparó.

(~~~)

— Algunos de tus hombres dañaron a un amigo y le apuntaron un arma a la cabeza de otro -jaló con fuerza sus cabellos-... Lo hicieron llorar. ¿Qué crees que le haré al idiota que los mandó?

— ¿Ma matarás? -Maki rió y golpeó nuevamente la cabeza del líder contra la mesa.

— Oh, claro que no. ¿No has escuchado los rumores sobre mí? -el hombre tragó saliva pesadamente cuando sintió el ardor caliente de un fierro en su sien, regalo de Tachihara al lado-. Te haré sufrir de mil y un maneras, porque con mis chicos nadie se mete.

— Tú serás la prueba viviente de eso.

Chuuya, al otro lado, sonreía nostálgico.

Aún recordaba cuando la acompañó a castigar al tipo que había golpeado a Akutagawa en sus inicios.

Oh, fue su primer tortura, Dazai y el estuvieron presentes como padres orgullosos.

(~~~)

Sacrificio [BSD x Haikyuu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora