90

772 137 3
                                    

Al día siguiente, la señora Kanawut los despertó temprano para que prepararan sus cosas rápido, ya que irían a ver al médico de Gulf a Chiang Mai.

Había conseguido turno ese mismo día debido al sorpresivo regreso de su voz, y debía revisarlo urgentemente.

La idea era ir y volver el mismo día, pero, por si acaso, debían llevar una muda de ropa por si se les hacía muy tarde.

Mew se encargó de guardar la ropa de ambos, mientras Gulf se vestía, aún algo adormecido, el rubio pudo notar su nerviosismo.

Mew enganchó la mochila de un lado a su hombro, se sentó junto a Gulf, tomando su mano para que el pelinegro lo mirara.

— ¿Estás bien? — preguntó con suavidad.

Gulf asintió automáticamente, pero no convenció del todo a su novio.

Mew pasó un brazo sobre los hombros del chico, abrazándolo.

— Estoy contigo, no te preocupes— habló cerca de su oído—. Ven, desayunemos.

Bajaron las escaleras juntos, incluso cuando estaban tomando su café, por parte de Mew, y su chocolatada fría, por parte de Gulf, el rubio no dejó de sostener su mano.

Ya en el auto, compartieron auriculares, Gulf se acomodó sobre su hombro con intenciones de seguir durmiendo, nadie se lo impidió, ni siquiera Momoland con su alegre canción Baam sonando a todo volumen

Mute (MewGulf)¹ FINALIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora