Amor. Una palabra que no usaba desde hace años, el amor verdadero que sintió cuando tenía a su esposa a su lado, añorando y sonriendo por lo feliz que serían por la llegada de sus hijos.
"Si no les agrada esta pareja no lean, muchas gracias."
– Entonces... ¿Es así? – Toji trato de mostrarle las indicaciones que la niñera de Megumi le había dejando, indicaciones para la leche, los pañales, etc. Cada una de las indicaciones que tenía en sus manos y que era revisada por el ajeno.
– Para un papá primerizo es un problema, yo lo pasé cuando mi esposa me dejó.
– ¿No tienes esposa? – Preguntó con algo de duda pero por dentro estaba más que feliz que ese hombre de ojos hermosos no tuviera a alguien a su lado.– Pensé que si, digo, tienes dos hijos y es algo imposible que puedas con dos.
– ¿Tú crees?– Jin soltó una risita, mirando como sus gemelos jugaban con sus sonajas y reían al ver al pequeño niño que ese hombre aún traía en brazos.– Yuji y Sukuna son mis preciados hijos y creo que por ellos supe cómo llevarla, también gracias a mi padre que aún sigue vivo y los cuidados de las vecinas.
– Ya veo.– De igual forma observó a Megumi quien veía atentamente a los gemelos Itadori, curioso por ese par de niños.–... – No encontraba palabras para continuar su conversación, el solo mirar al ajeno le causaba una sensación de no querer despegarse de él.
– Te ayudaré.
– ¿Si? – Reaccionó.
– Si, también vengo por cosas para mis gemelos así que puedo ayudarte para que terminen tus compras, entre padres podemos ayudarnos siempre cuando lo necesitemos.
– Tienes razón... – Lo deseaba, y desde el fondo de su corazón se disculpó con su difunta esposa pues ella era, fue y sería su único amor.
Las compras pasaron lento, indicaciones de Jin, consejos y cosas que Toji no sabía, juegos con los gemelos y presentaciones que no sabía que hacían falta.
Toji aprendió en ese momento a confiar en los demás, en hacer a un lado su mal carácter y agradecer la ayuda
A medida que las compras avanzaban, Toji se sorprendía de la naturalidad con la que Jin manejaba la paternidad, algo que a él se le complicaba cada vez que Megumi lloraba, tenía que asearlo o darle de comer.
Cada consejo y cada gesto amable resonaban en su corazón de una manera que no había experimentado antes, al menos no con un hombre como Jin, al finalizar las compras ambos se encontraron afuera del supermercado, con sonrisas cómplices compartidas y bolsas llenas de pañales y alimentos para bebés.
Jin miró a Toji con un pequeño sonrojo en sus mejillas y esa sonrisa que lo caracterizaba.– Ser padre soltero puede ser abrumador al principio pero no estás solo. Puedes llamarme en cualquier momento si necesitas ayuda o simplemente alguien con quien hablar.
Toji asintió con gratitud, sintiendo una conexión única con Jin que iba más allá de la simple ayuda con las compras.– Gracias. Realmente aprecio esto.– Rascó su mejilla un tanto apenado.– No soy el tipo de hombre que pide ayuda y mucho menos a otro, no dependo de nadie pero sé que por Megumi necesito aprender.
Jin le dio una palmadita en el hombro, transmitiendo apoyo pues una vez el se vió reflejado en Toji, la vez en que su esposa dejo ese mundo.– Todos necesitamos ayuda en algún momento. Y no olvides, Megumi también tiene dos hermanitos adorables que están más que dispuestos a ser amigos.
Intercambiaron números para después despedirse con una sensación de calma que los inundó a ambos, una que solo la paternidad podía crear.
Toji miró a Megumi quien había caído completamente dormido después de un día muy movido.
Se dio cuenta de que este encuentro no solo había sido una lección sobre cuidados infantiles, sino también sobre abrir su corazón a nuevas conexiones y aprender a confiar en otros.
– Megumi... – Hablo el mayor.– ¿No te gustaría tener una mamá? – Soltó una pequeña risa tras esa pregunta ya que sabía que su pequeño no le daría una respuesta.
Y así con la luz del atardecer iluminando su camino, Fushiguro Toji caminó junto a Megumi, sintiéndose agradecido por el giro inesperado que había tomado su día y emocionado por la posibilidad de tener a alguien como Jin a su lado en esta nueva etapa de su vida.
Deseando volver a verlo en el futuro.
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– Conocí a alguien... – Las compras fueron dejadas en la mesa, los pañales y la leche que eran de sus gemelos también pues si conversación era demasiado interesante como para dejarla a la mitad– Es interesante, tiene un hijo pequeño y se veía muy perdido en esto de la paternidad.
– ¿Te gusta? Pensé que después de lo que pasó con Kaori ya no te interesaría nadie, Jin. Además tiene un hijo y tú tienes dos.
– No digas eso, padre... Toji es... Interesante, solo eso y Megumi es un niño muy lindo al igual que mis gemelos.
– "Solo eso" – Repitió Wasuke, negando pues el veía esa sonrisa de enamorado de su hijo.
