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—Estarás bien. A Jisung le gustas, y también a los demás, —dijo Jaemin.
Se detuvieron en el estacionamiento cerca de la ruidosa caseta del camino donde se suponía que se encontraría con los otros antiguos Alfas Cautivos y sus compañeros. El letrero de neón en el edificio de un solo piso decía "Dancing Tiger". El nerviosismo revoloteó en su estómago. El aire nocturno le limpió la cara. Renjun se estremeció.
—¿Sí? ¿Estás seguro? Porque me dan escalofríos cada vez que Mark me mira, —se quejó, frotándose los brazos. Se le puso la piel de gallina en la carne.
—Mark vendrá, —dijo Jaemin.
Renjun no tenía la misma confianza que tenía su compañero. Renjun tocó la marca de compañero de Jaemin en su cuello por coraje. Al darse cuenta de él, Jaemin colocó su brazo sobre sus hombros. De repente, apenas sintió el frío.
Renjun no podía creer que estuviera aquí, a punto de unirse a Jaemin y sus hermanos, que eran máquinas de matar, para una noche de copas, diversión y karaoke. Esas fueron las tres palabras de Jisung. Divertido. Renjun no podía recordar la última vez que experimentó eso.
Maldición, pero todavía era humillante pensar que los otros Alfa Cautivos salieron de ese agujero infernal, encontraron a sus compañeros y lograron forjarse una vida. Después de hablar con Jisung, sabía que no había sido un viaje fácil para todos ellos.
—¿Listo? —Jaemin preguntó.
—Sí. —Renjun respiró hondo. Él podría hacer esto. Además, ansiaba conocer a los demás, ganar su aprobación para poder hacerse un lugar en este grupo.
Tres noches antes, todavía recordaba el momento en que Jaemin lo llevó a la casa de Mark y Jisung. Le calentó cuando Jaemin le dijo a Mark que se iría con Jisung, pero él conocía a Jaemin.
A Jaemin le dolería vivir lejos de los otros antiguos Alfas Cautivos. Eran la familia de Jaemin, y él esperaba que ellos también pudieran ser la suya. Como estaban dispuestos a darle una oportunidad invitándolo aquí, nunca planeó arruinarlo.
Entraron en el bar lleno de gente. Le sorprendió lo normal que parecía todo. Se escuchó música a todo volumen por altavoces oxidados. La gente se reía, besaba, bailaba y conversaba. El Dancing Tiger olía a alcohol, humo y sexo. Jaemin lo condujo a una puerta que decía "privado", y pudo escuchar voces fuertes en el interior, y alguien cantando fuera de tono.
—Un partidario del grupo posee este bar, —dijo Jaemin en su oído.
Se enteró de que Jaemin y sus hermanos lideraron un grupo lleno de otros shifters afectados por el Proyecto AC. Estaban compuestos principalmente por amigos y familiares de shifters robados que querían vengarse de las personas que destrozaron sus vidas.
Jaemin llamó a la puerta. Jisung la abrió con una sonrisa en su rostro.
—Finalmente, estaban apostando cuándo ustedes dos tendrían las agallas para entrar, —dijo Jisung.
