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Ya no soporto encontrarme a solas conmigo mismo cada noche, cada hora del día todos los días. Mis pensamientos son tan horribles como peligrosos y constantemente debo forzarme a no encajar las uñas en las venas de mi cuello, como consecuencia de estos.

¿Cuál es el sentido de seguirme conteniendo?

Llevo años dentro del interminable sufrimiento de dañarme y mis fantasías se han vuelto tan abundantes e insistentes que estoy obligado a escribirlo, sólo para no sucumbir esta noche y trazar el camino nítido que la sangre puede llegar a recorrer en mis brazos, profundo, cortando el músculo y exponer el hueso. Me sería tan doloroso como mentalmente anestésico a la ansiedad que me lleva consumiendo por el.

¿Estoy loco? Firmemente creo estarlo, pero tan seguro estoy que temo llevar mis preocupaciones a alguien y decidan que lo mejor es encerrarme y dejarme sólo con mis pensamientos... No podría soportarlo, mi mente moriría inevitablemente, de una manera tan horrible que me es imposible describirla con palabras. Sería más dolorosa que la muerte física, más angustiante que mil infiernos juntos. No sabía cuánto dolor podía causarme la voz de mi cabeza, las ideas aterradoras que se cuelan hasta mis sueños ¡O incluso cuando no estoy durmiendo!

¿Dónde?
¿En qué lugar puedo estar a salvo de mi mismo sin tener que enfrentarme?
Mi sincera petición es que alguien me lo dijese. Lamería los pies de la persona que disminuyera la velocidad con que se tejen aberraciones en mi mente, no sería más humillante que verme diario al espejo y sentir que no estoy.

Y la única razón por la que prolongo mi miserable vida es que no quiero fallar acabandola. Es un fracaso que no estoy dispuesto a experimentar, sería aún más insoportable que salir al trabajo mientras intento no tirarme de un puente o fingir que los personajes que describo son más miserables que yo.

Oh...  ¿Dónde estarán las almas de Osamu,  Akutagawa? ¿Por qué debo arriesgarme a pensar que siquiera alguien con quién pudiese hablar no pensaría que estoy fingiendo? ¿Estoy haciéndolo? Oh, Dios mío, si alguien me arrancara el corazón realmente podría averiguar que es lo que en verdad siento. Podría dejar de consolarme, entonces, pensando que otros se han vuelto tan patéticos como yo.

No hay otro lugar dónde pueda contarlo. Es humillante pensar que no puedo llevar mi propia existencia como se supone que debo hacerlo. Más humillante pensar que alguien me mire sabiendo que en mis pensamientos tales ideas fluyen diario.

Hoy fue un buen día, los últimos años han sido todos buenos días, pero mi desesperanza sólo crece mientras estudio, mientras estoy en el trabajo, mientras estoy ocupado aseando la casa, haciendo ejercicio o paseando con mi perro en el parque. Converso con las personas que veo a diario y mientras estoy riendo junto a ellas sólo pienso en que debería morir.

Y otra vez me oculto de mi mismo obligándome a creer que es algo que Dazai diría...





De Atsushi, para nadie.


Del autor:
En realidad ya no sé cómo darle contexto a Atsushi en este desborde de... Cosas. Si pudiera dejar la entrada sin título lo haría, porque bueno, Atsushi no tiene nada y si lo tiene no correrá el riesgo de averiguarlo.

Anatomía de los hubieraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora