❝ once

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Media hora después, Izana y Grace se encontraban caminando por las calles del Hyde park mientras pasaban el rato juntos, no buscaban mas, pasar el tiempo con el otro era mas que suficiente. 

Aunque, hay un detalle que nos falta mencionar.

—¡Ada! no corras. —Grace reprende a su hermana menor, quien logro venir con ellos a pesar de la negativa de la castaña.

Ada ignora las palabras de su hermana y da vueltas mientras corre. 

Grace suspira con algo de fastidio y luego mira a Izana apenada.

—Lo siento, ella siempre se comporta así. 

—No lo sientas, Grace. —Izana hace un ademan con la mano y sonríe con comprensión. 

Grace se sonroja por la mención de su nombre, y es que, a pesar de que no es la primera vez que Izana le llama por su nombre sigue causándole nervios; toma su abanico y se tapa parte del rostro con el.

Izana nota el gesto y vuelve a sonreír, pero ahora con ternura. 

Ambos se miran durante unos segundos que parecen ser eternos, donde no necesitaban de las palabras para comunicarse. 

Ambos tenían algo en común.

Y era que ya se querían. 

Ada es quien rompe el contacto visual cuando se cae y suelta un quejido en voz alta.

—¡Ajj! 

Grace camina hacia su hermana, preocupada, y se agacha a su lado.

—¿Ada? ¿estas bien? 

La menor de las Potter se levanta y con la cabeza gacha asiente, Grace se levanta también y le da un abrazo.

—No deberías estar corriendo por aquí Ada, es peligroso... 

Ada niega con la cabeza rápidamente y señala una piedra. 

—Solo fue un accidente, no vi esa piedra. 

Grace sonríe y le da un beso en la cabeza. 

—Ve con la doncella y quédate con ella —se acerca a su oreja y susurra. —Rose tiene algunos dulces de menta que puede darte. 

Ada se separa de su hermana y sonríe emocionada, yéndose rápidamente a comer dulces con Rose.

—Eres una gran hermana, Grace. —dice Izana a sus espaldas.

La castaña rápidamente se voltea y ladea un poco la cabeza.  

—¿Quizás? no lo se... Es lo que cualquier hermana haría. 

Izana quisiera decirle que no, pero tampoco quisiera explicarlo, así que simplemente sonríe y ya. 

—¿Kakucho también era así? —pregunta Grace refiriéndose a Ada. 

—No... —Izana se ríe. —Yo era como Ada, Kakucho es quien me detenía.  

La castaña forma una pequeña O con la boca, pero se ríe al imaginarse a un pequeño Izana haciendo travesuras mientras Kakucho lo reprende. 

Grace nota que Izana la mira fijamente, por lo que deja de reírse y se sonroja levemente. 

—¿Paso algo? —la castaña le pregunta mientras se relame los labios, gesto que no pasa desapercibido para Izana, quien carraspea y mira hacia otro lado.

—Creo que te vez muy hermosa cuando te ríes. 

—Ya lo he hecho varias veces, no creo que tenga algo de especial. —confiesa Grace y traga en seco al encontrarse con la mirada de Izana de nuevo.

—Es diferente esta vez.

Grace se sorprende por sus palabras, entreabriendo los labios. 

—Diferente...

—Si.

Izana no puede explicar que, pero todo en este momento es diferente al resto, quizás porque no se verán en varios días, no lo sabe, pero a pesar de que es diferente, es mas especial. 

Grace suelta un suspiro y cae en cuenta de eso, estaba tan acostumbrada a que Izana ya formara parte de su vida que se le hace muy extraño pensar que pasara unos días sin verlo.

—¿Cuanto tiempo planeas quedarte en el campo, Izana? —pregunta la castaña en un susurro.

 A pesar de que hace un rato en su casa le hizo la misma pregunta en su casa, Grace siente la necesidad de volver a preguntarle y de que su respuesta sea diferente. 

Pero claro, Izana no ha cambiado sus planes por lo que la respuesta es casi la misma a la que le dio anteriormente.

—No lo se, espero que solo sea una semana. 

Ambos se quedan en un angustioso silencio, donde se dedican a caminar sumidos en sus pensamientos. 

A pesar de que Izana le temía al matrimonio, también temía el dejar ir a Grace. Ese es un debate interno que tiene consigo mismo y que espera poder resolver en el campo.

Para sorpresa de ambos, es Ada quien rompe el silencio.

—¡Vamos a ver a los patos!  —dice con emoción mientras corre al lago. 

Rose va en su dirección tratando de alcanzarla. 

Grace e Izana se dirigen en silencio hacia ellas.

Mientras miran los patos siendo alimentados por institutrices y algunas mujeres de la alta sociedad, Grace retoma la conversación que tenían hace un rato.

—Una semana... No es tanto tiempo. —dice en un tono optimista, tanto para el conde como para ella misma.

—Tienes razón, pero no quisiera estar alejado de ti, Grace. —confiesa Izana sin mirar a la castaña, quien se queda unos segundos en silencio por sus palabras. 

—Lo se. —dice con una sonrisita de felicidad. —Porque yo tampoco quiero hacerlo. 


❍❍❍

Capitulo corto pero soft para comenzar el 2023. <3

¿Que les ha parecido? ¿Extrañan al conde y a nuestra querida Grace? ¡Los leo!

Pd: También los extraño, intentare actualizar mas seguido. :(


Conde Kurokawa ; Izana KurokawaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora